Oscar Sotillo Meneses

@SotilloArte

¿Cuántas dudas has tenido en estos últimos días? El orden aparente de las cosas es una ficción interesada, armada a conveniencia de los poderes. Hay un manto invisible que adormece los sentidos y la palabra, la voluntad y la determinación.

¿Desordenaste ya las ideas y los objetos de tu universo? Es necesario romper la ficción, el tinglado de los oropeles. Disipar la neblina que no deja ver la esencia y la escena cruda donde transcurre la vida.

¿Necesitas crear como quien necesita el aire en los pulmones? No sabremos nunca el origen de ese impulso, pero avanzamos en el camino difícil de hacer que exista en el universo lo que antes no existía. Es un afán imposible de domesticar.

¿Pusiste el retrato familiar boca abajo? Sin ningún propósito, solo para buscar la vieja anécdota de las formas que desaparecen para dar espacio al color puro, a las texturas, a las luces, sin más.

¿Has amado y odiado los atardeceres? Recordando la mala pintura, los lugares comunes, el desgano ante un universo profundo y digno de ser explorado.

¿Has llamado taller a la cocina, al baño, al jardín? Sin otro objetivo que saber qué hay allí y de cuántas maneras puede ser utilizado, encajado en esa idea persistente de desordenar el universo que ya está desordenado.

¿Has confundido un urinario con una buena idea? No hay inmunidad posible en esta escena de ficciones y oropeles. Allí están los objetos esperando ser seducidos en su aburrimiento.

¿Crees que eres especial en el universo o eres solamente otro elemento? De estas convicciones se alimentan las nuevas formas. El alma forja objetos e ideas desde las convicciones personales y desde las relaciones grupales.

¿Te seduce lo sagrado y los sacralizadores? O por el contrario enfrentas la crudeza de lo simple, lo obsceno de lo obvio. Ambos espacios se complementan sobre los mapas inestables de los afanes de hacer y hacer.

¿Piensas en el mundo antes o después de tomar café? En ese mundo lejano lleno de traumas y de sueños, de guerras y hambre, de poesía y brotes de esperanza. Ese mundo que es parte de la propia carne y que mientras más le huimos más cerca está del corazón.

Por último ¿Creaste algo hoy? ¿Imitaste algo hoy? ¿Plagiaste algo hoy? ¿Te escondiste de ti mismo? ¿Buscaste las viejas anotaciones del afecto? Te has sentido feliz al saber que siguen intactas las ganas de hacer. Muy bien.

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