Alí y Jara: Suramérica canta.

Néstor Rivero Pérez

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La voz de Alí Primera, quien falleciera en accidente de tránsito el 16 de febrero de 1985, identifica el canto rebelde, es voz de la protesta contra la injusticia y el reclamo perenne de la fuerza del pueblo a exigir en medio de sonoridades y al rasgueo del cuatro o la guitarra, la unidad de los revolucionarios.

Canción mansa

Canción antiimperialista y que delinea la senda por donde ha de pasar el hombre bueno, quien no por generoso se conforma en la mansedumbre del sojuzgamiento, Alí invita a los latinoamericanos a elevar su tono cada vez que se topan en el camino de su dignidad, con las murallas del egoísmo construidas por los dueños del gran capital para detener el torrente de humanidad de quienes quedaron condenados a contemplar siempre del lado de afuera las vitrinas del bienestar. Por ello Alí se rebela cantando “piden la vida y les dan un siglo, pero con tal que no pase naa…”.

Cantautor

La obra de Alí Primera, con más de ochocientas canciones, es una de las más amplias, originales y retumbantes que compositor alguno haya legado a los países latinoamericanos 

manifestarse en la región algunos años antes de que Alí fuese figura reconocida, con voces como los chilenos Violeta Parra o Víctor Jara, y aun antes con las manifestaciones artísticas que ofrecían en el frente los republicanos en el curso de la Guerra Civil española, hoy resulta claro que Alí, quien junto a otros dio entidad continental al canto social, o canción necesaria, incursionó en la más vasta temática conocida, que reivindica el propósito de denuncia del capitalismo y la neocolonización imperial por parte de las grandes corporaciones trasnacionales, con su centro de operaciones en EEUU.

Acervo típico y rebelde

Sin embargo, Alí Primera trasciende con su mensaje; y la letra y música que difunde, y que numerosos intérpretes siguen recordando hoy en sus presentaciones, recoge motivos que conceden la estética al discurso político, como en aquella pieza donde hace la alegoría del Libertador conversando con un niño, y este pregunta al gran héroe si su brazo ya no siente cansancio “de tantos que se han colgado / para escudarse en tu nombre” (Canción Bolivariana). Típico y rebelde es el acervo musical que dejó a los venezolanos y demás pueblos del continente el hijo de don Rafael Primera y Carmen Adela Rossell. En sus canciones honra a figuras como Luis Mariano Rivera, Simón Díaz y Armando Molero -a cuya esposa por cierto, le dedica una bellísima melodía titulada Doña Josefina.

Recio y sentimental

La notoriedad en el caso de Alí llegó como algo natural, por cuanto a la par de la disciplina y esmero en calificar su labor creativa y como ejecutante e intérprete, la vida le dio un torrente de voz con facultad de alcanzar los agudos sin perder la prestancia de la vocalización. Así el Cantor del Pueblo lo mismo emocionaba al entonar ese como un himno infantil “La piel de mi niña” cuya ternura es difícil de emular por los sentimientos que despierta en quienes le escuchan, como por enardecer y potenciar la valentía y la indignación en el público que le acompaña al denunciar Alí que solo descansan las costillas del pueblo entre uno y otro vaivén del palo sostenido por el verdugo “y que de cualquier astilla / se puede sacar la cuña / vamos mi pueblo no fuña…” (Abrebrecha).

Solidario

Hombre de profundas convicciones socialistas, Alí Primera militó de estudiante en el Partido Comunista de Venezuela. Como se sabe, en los años ’70 se divide esta organización y surge el Movimiento Al Socialismo, que nació como referencia de un nutrido grupo de no obstante que su mensaje trascendía líneas partidistas y en todo momento manifestaba su solidaridad con grupos y corrientes sociales que aun discrepando entre sí, constituyesen expresión de los clamores del pueblo. Así se verá a Alí Primera fomentar con sus composiciones la unidad de la izquierda y acompañar en jornadas presidenciales al Dr. José Vicente Rangel, quien para la época encarnaba la opción de unidad y amplitud dentro de las fuerzas antiimperialistas y de vocación socialista del país. El 16 de febrero de 1985, tras salir de su casa, Alí pierde la vida en accidente vial.

Sinóptico

1973

Asesinado Francisco Caamaño

El líder del bando constitucionalista durante la Revolución de Abril escenificada en 1965 dentro de República Dominicana, terminó fusilado por efectivos leales a Joaquín Balaguer.

Caamaño, un capitán de vocación patriótica y seguidor del presidente constitucional Juan Bosch, derrocado en 1963, y cuya reposición exigían las mayorías dominicanas, había radicalizado sus posturas y conducido la resistencia armada contra las tropas nativas que con apoyo militar estadounidense pugnaron en 1965 por asegurar la sumisión de los quisqueyanos a la geopolítica norteamericana.

Así Caamaño, habiendo marchado al exterior, regresó el 3 de febrero de 1973 con el designio de jefaturar una guerra de guerrillas, siendo capturado a poco del desembarco. Tras su detención y ya desarmado, fue ajusticiado por fuerzas balagueristas.

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