VEA / Yuleidys Hernández Toledo

Brasil registró el martes 16 de marzo récord diario de víctimas desde el inicio de la pandemia, al presentar 2 mil 841 muertes, es decir, 555 más que una semana antes cuando tuvo 2 mil 286 fallecidos, cifra que había sido hasta ahora la más letal.

¿Por qué llegó Brasil a esta situación de descontrol? La respuesta viene quedando en evidencia desde la llegada del virus a esta nación en 2020, momento en que el ultraderechista Jair Bolsonaro comenzó a restarle importancia a la pandemia.

Brasil fue el primer país de América Latina en registrar casos de coronavirus. El primero se conoció el 26 de febrero de 2020, y Bolsonaro en vez de tomar las medidas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud, OMS, se dedicó abiertamente a ignorarlas.

El 11 de marzo de 2020 la OMS declara pandemia por la enfermedad del Covid-19. Cuatro días después Bolsonaro aupaba la realización de actos masivos en las calles brasileñas, como quedó evidenciado en un video publicado en su cuenta tuiter.

El 24 de marzo de 2020 en televisión nacional, Bolsonaro llamó al Covid-19 «gripezinha» (una gripecita), minimizando de esta forma el letal virus. En los días y meses siguientes, siguió sin cumplir el aislamiento social, sin usar mascarilla y participando en actos de masas.

Desde la llegada del virus a Brasil, varias regiones del país entraron en una situación crítica, con los sistemas de salud al borde del colapso por el creciente número de pacientes y la escasez de medios, reseñaba el 18 de mayo de 2020 la BBC Mundo.

Bolsonaro, un aliado del régimen estadounidense y de golpistas como Juan Guaidó, ha mantenido a lo largo de la pandemia disputa con gobernadores y alcaldes que han tomado medidas para impulsar el distanciamiento social.

Casi un año después, y con dos variantes agresivas del Covid-19, la P1 y P2. Brasil atraviesa un colapso histórico en sus servicios de salud a causa del coronavirus. En este momento 25 de los 27 estados tienen más del 80% de sus unidades de cuidados intensivos ocupadas, de acuerdo a un reporte del instituto de salud Fiocruz. Y en estados como Río Grande del Sur ya no quedan camas disponibles, reseñó el 17 de marzo de 2021 la BBC Mundo.

De esta forma Bolsonaro minimizó la pandemia

En marzo de 2020 cuando gobernadores tomaron medidas restrictivas de mayor o menor alcance para intentar frenar el acelerado avance del Covid-19 en el país, Bolsonaro dijo: “Brasil tiene que volver a la normalidad inmediatamente”. en entrevista con TV Bandeirantes, a la vez que admitió: «Lo lamento, algunas personas van a morir”, pero consideró que “esa es la vida”. “No puedes paralizar una fábrica de automóviles porque hay accidentes de tránsito”, agregó, citó el 28 de marzo de ese año https://www.france24.com.

En esa oportunidad Bolsonaro volvió a minimizar los efectos de la enfermedad, la cual, según él, “para el 90% de la población, es una gripecita o nada”. “Brasil no puede parar y solo pensar en el coronavirus. Hay gente con cáncer, cálculo renal, mujeres que van a dar luz. Hay que acabar con esa crisis de histeria. Brasil no va a parar”, agregó al citado medio.

Aquel marzo de 2020 también dijo: “Con la economía quebrada, habrá una pérdida de vidas gigantesca”. “Quien tenga un empleo, que vaya a trabajar”.

Ese mes también dijo que «en mi opinión, hay mucha fantasía con el tema del coronavirus, que no es todo lo que los principales medios de comunicación propagan o propagan en todo el mundo», citaba en esa oportunidad el portal español https://www.elperiodico.com.

Ese mismo manifestó«hoy tenemos información de que, debido a que tenemos un clima más tropical [en Brasil], casi hemos llegado al final [de la pandemia], o ya ha terminado (…) el virus no se propaga tan rápido en clima cálido climas como el nuestro», recordó en julio de 2020 la BBC Mundo.

En abril del pasado año cuando Brasil acumulaba miles de muertos, Bolsonaro respondió a los periodistas después de que el país registrara más de 400 muertes en un solo día, aludiendo a su segundo nombre (Messias, en portugués), aseguró: «soy Mesías pero no hago milagros», citó el 29 de ese mes la cadena CNN en su página web.

El 20 de abril cuando Brasil acumulaba 2 mil 575 muertes, se rehusó a hablar de ese tema: «Oye, hombre, quién habla de (ese asunto)… Yo no soy enterrador, ¿de acuerdo?», dijo ante los medios. «No soy enterrador, ¿vale?», repitió el jefe de Estado ante el intento del reportero de formular nuevamente su pregunta, citó en esa oportunidad el portal español La Vanguardia.

Ese mismo día, el ultraderechista pronosticó que «aproximadamente el 70 % de la población» de Brasil, de unos 210 millones de habitantes, «será contagiada» por la enfermedad y que «no tiene sentido querer huir» de esa cifra, agregó el mencionado portal.

Bolsonaro, quien ha manifestado públicamente su critica al uso de las mascarillas para prevenir el Covid-19, y de hecho él no las usa, el 3 de julio de 2020, sancionó una ley sobre el uso de mascarillas en lugares públicos para enfrentar la pandemia del coronavirus, pero la diluyó al vetar los artículos que exigían su uso obligatorio en comercios, templos religiosos y escuelas. Asimismo, vetó cláusulas que obligaban a los poderes públicos a distribuir máscaras a la población más vulnerable y a las empresas a suministrar dicho material a sus trabajadores de forma gratuita, refirió en esa oportunidad la agencia alemana Deutsche Welle.

En noviembre, cuando surgieron los primeros indicios de que Brasil estaría viviendo una segunda ola de la pandemia, y el país ya registraba 160 mil fallecidos, Bolsonaro, insistía en desmarcarse de tomar medidas ante lo que, a su juicio, es inevitable: «Todo ahora es pandemia, hay que acabar con eso. Lamento los muertos, los lamento. Todos nos vamos a morir algún día, aquí todos van a morir. No sirve de nada huir de eso, huir de la realidad. Tienen que dejar de ser un país de maricas», aseveraba desde el Palacio del Planalto, sede del Gobierno federal, citaba el 11 del referido mes el portal español El Mundo.

Bolsonaro reiteró el jueves 4 de marzo del 2021, que no hay que «acobardarse” ante el SARS-CoV-2. Llamó a los gobiernos locales a no confinar a la población y preguntó hasta cuándo el país va a seguir llorando. Es la segunda vez que usa una frase de ese estilo. «De nada sirve quedarse en casa a llorar”, reseñó ese día el portal alemán https://www.dw.com.

Ese mismo día llamó «idiotas» a quienes piden al gobierno que compre vacunas contra el letal virus. «Hay idiotas que vemos en las redes sociales, en la prensa [diciendo] ‘ve a comprar vacunas’. Solo si es en la casa de tu madre», comentó a sus seguidores en Uberlândia, municipio situado en el estado de Minas Gerais, citó en esa oportunidad el portal ruso Russia Today.

El pasado 15 de marzo, designó a su cuarto ministro de Salud en un año, en un momento en que ese país es el epicentro de la pandemia del coronavirus. Se trata del cardiólogo Marcelo Queiroga.  El médico sustituye al general Eduardo Pazuello, quien está bajo investigación judicial debido a sospechas de «omisión» y «falta de transparencia» durante su gestión de la pandemia.  Los dos anteriores ministros fueron  Luiz Henrique Mandetta y el oncólogo Nelson Teich, quienes apoyaban el confinamiento como una medida para reducir los casos y el uso de tratamientos probados científicamente.

Hasta este jueves 18 de marzo, Brasil registra 11 millones 693 mil 838 casos de Covid-19, ocupando el segundo lugar en el ranking, de acuerdo con cifras de la Universidad Johns Hopkins. Esta nación también es la segunda en número de muertes, al contar 284 mil 775 víctimas.

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