Jesús Moreno

[email protected]

El pueblo colombiano masivamente, se encuentra protestando en las calles desde hace más de treinta días, enfrentando una criminal represión que ha costado más de 60 asesinados por la policía nacional, paramilitares y sicarios civiles dirigidos por el gobierno de Iván Duque y los oligarcas, hoy convertidos en jefes del narcotráfico, con Álvaro Uribe a la cabeza.

Por las instrucciones dadas por el presidente Duque a la ciudad de Cali y las órdenes a todas las fuerzas represivas, demostró que no quiere la paz, no desea escuchar al pueblo y está interesado en la violencia, siguiendo las lecciones de un viejo oligarca que hace más de cuarenta años gobernó al país como representante del partido conservador de Colombia, y decía el vetusto Laureano Gómez con crueldad y cinismo: “Hay que incendiar al país para asegurar el poder”. Por supuesto, su gobierno bañó de sangre a la nación en la lucha fratricida entre conservadores y liberales, para asegurarse el poder la oligarquía goda y no goda.

Estos oligarcas no entienden los cambios históricos y mucho menos aceptan que el pueblo colombiano ha despertado de la inacción, que tiene un grado de conciencia distinto; su problema ya no es si es liberal o conservador, ni el poder de compra de conciencia y voluntades basado en su inmenso poder político, financiero y mediático.

Para que no hubiera tormentas en ese cambio generacional, hubo que pasar muchas playas Girón, la crisis de los misiles; saboteos, crímenes, voladuras de aviones, privaciones, pestes inducidas, quema de cañaverales, bloqueo de recursos, cercos económicos por años y años, y la resistencia indomable de todo el pueblo y sus dirigentes. Así llegaron los comunistas cubanos a su VIII Congreso y en medio de esa voluntad de hierro, hicieron el más profundo cambio generacional, para seguir su marcha como pueblo libre, soberano, amigo de todos los pueblos de la tierra, en la lucha por un mundo multipolar, policéntrico y ajeno del dominio del imperialismo y eso hace muy grande a la pequeña Cuba, ahora, sin Fidel, sin Raúl. También sabrán caminar porque la Revolución continúa en manos del pueblo, y él es dueño absoluto de su destino. Y será un esfuerzo para todos los pueblos de América Latina y el Caribe y será futuro deseable de todas las naciones. Ese es su gran sueño para la humanidad.

En el fondo son los mismos, porque dentro de ellos operan los verdaderos amores del Estado, para su provecho y beneficio, sumiendo al 60% del pueblo en la pobreza, el atraso y el narcotráfico, como corolario de la nueva oligarquía que manda en Colombia, ahora que es uno de los grandes cambios que le han infligido los gobernantes en los últimos años, en criminal combinación con su gran socio y aliado, Estados Unidos.

A los empresarios grandes o pequeños solo le interesan los negocios limpios o sucios, porque lo importante es hacer cada vez más dinero a como dé lugar y la víctima de esa concepción de la vida no es más sino el pueblo, ya sea por la explotación del trabajo, la especulación, el contrabando, el lavado de dinero o el robo de tierras a los campesinos; de ahí los grandes desalojos para acercarlos a los cordones de la miseria de las ciudades. Esa es la verdad que demuestran los datos sociales de Colombia.

Entonces, aunque el gobierno de Duque busque chivos expiatorios en Rusia, en Venezuela, en la exFARC, la verdad no se puede ocultar por siempre; por eso el pueblo colombiano ahora cuando abrió los ojos no volverá a luchar sino por sus derechos y eso es muy importante.

No importa que a base de crimen y represión, la oligarquía y el gobierno, por ahora, alcancen a superar esta rebelión popular, pero hay que tener presente que tienen un pueblo distinto que no dejará de combatir, de luchar por sus derechos, su libertad y la justicia.

Creo que ya aquello de “mueran los godos” o “mueran los liberales” ya pasó, y salió de la conciencia del pueblo como objetivo de las luchas internas para enfrentar sus motivos reales, como la salud, la educación, distribución de la riqueza, la protección social y el Estado al servicio del pueblo; y después de estas grandes y masivas jornadas, los neogranadinos no volverán a ser los mismos politiqueros divididos para servir a la oligarquía y al delito.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *