Esfuerzos en defensa de la vida desde la diplomacia solidaria
El autor es integrante de Fundalatin.
Guido Jorge Zuleta Ibargüen
Dos encuentros actuales resultan de especial relevancia para los pueblos: La VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac, en México, 19/9/2021) y la 76ª Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (del 21 al 27 de septiembre de 2021, en Nueva York).
Desde la espiritualidad liberadora, la reflexión comunitaria requiere analizar la realidad para juzgarla desde el Mensaje de Jesús Liberador y actuar en función de Otro Mundo Posible Fraterno. Las comunidades eclesiales de base, al cumplirse (19/9/2021) los 100 años del pedagogo Paulo Freire, valoran su esfuerzo con su método de concienciación más vigente que nunca.
En la apertura de la 76ª Asamblea General de la ONU, Antonio Guterres hizo un valioso análisis ético-político: “La pandemia del Covid-19 ha sobredimensionado las flagrantes desigualdades. La crisis climática está golpeando el planeta… La agitación desde Afganistán hasta Etiopía ha frustrado la paz… Los derechos humanos están bajo fuego… y la solidaridad está ausente… Ahora es el momento de inspirar esperanza… La humanidad ha demostrado que somos capaces de cosas cuando trabajamos juntos. Esa es la razón de ser de nuestras Naciones Unidas (Correo del Orinoco, 22/9/2021).
Por su parte, la Celac tiende a repotenciar la integración solidaria. Destaca en la Declaración Final: “La Celac reitera el compromiso con la unidad e integración… con la construcción de un orden internacional más justo, inclusivo, equitativo y armónico, basado en el respeto al Derecho Internacional y en los principios de la Carta de las Naciones Unidas… Reafirma su compromiso con la consolidación de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, proclamada en la II Cumbre de la Celac, celebrada en La Habana, en enero de 2014”.
Iniciativas globales que tienden a potenciar la Esperanza Transformadora, hacia una Humanidad Fraterna con cuidado de la gente y de la Madre Tierra.
