Golpe de Timón: Una orden con reflexiones

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Una de las pautas que trazó el líder de la Revolución Bolivariana fue fortalecer la construcción de las comunas. Asimismo, multiplicar la eficiencia del Gobierno.

Yuleidys Hernández Toledo

Este miércoles 20 de octubre se cumplen nueve años de uno de los lineamientos más importantes para la Patria, anunciados por el Comandante Eterno Hugo Chávez, en el primer Consejo de Ministros luego de haber sido reelecto Presidente en las elecciones del 7 de octubre de 2012, con 8 millones, 191 mil 132 votos (55,07 %).

Estas líneas de trabajo, dictadas desde el Salón Simón Bolívar, Palacio de Miraflores, tomarían luego el nombre de Golpe de Timón. Una de las pautas que trazó el líder de la Revolución Bolivariana fue fortalecer la construcción de las comunas. Asimismo, multiplicar la eficiencia del gobierno.

El «Arañero de Barinas» también llamó a la crítica y a la autocrítica, para rectificar y “no para seguirla haciendo en el vacío, o lanzándola como al vacío”. A los medios públicos les pidió dar a conocer las obras de la Revolución Bolivariana.

“Otra crítica, y espero que nadie se sienta mal, no voy a nombrar a nadie, pero en estos días he estado viendo, como siempre, televisión. Veo algunos programas de nuestro canal, el canal de todos los venezolanos, y seguimos aferrados a aquello que ya pasó, incluso dándole vocería a quienes casi no tienen nada qué decirle al país, poniendo videos, que esta persona dijo tal cosa. ¿Será eso lo más importante en este momento? ¿Y la gestión de gobierno? ¿Por qué no hacer programas con los trabajadores?”, preguntó, como refiere la reciente publicación Golpe de Timón, publicada por el Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información (Mippci).

“No hay un Sistema Nacional de Medios Públicos, no lo tenemos. Vamos a crearlo; tenemos los instrumentos. Lo que nos falta es más voluntad y, a lo mejor, seguramente, más capacidad. Atrevámonos, hagámoslo. Es necesario”.

Socialismo novedoso y democrático

En Aquel Consejo de Ministros, destacó la esencia democrática del socialismo, contraponiéndolo al capitalismo que tiene en su esencia “lo antidemocrático, lo excluyente, la imposición del capital y de las élites capitalistas. El socialismo no, el socialismo libera; el socialismo es democracia y la democracia es socialismo en lo político, en lo social, en lo económico”, señaló.

“Por eso el socialismo en el siglo XXI que aquí resurgió como de entre los muertos es algo novedoso; tiene que ser verdaderamente nuevo, y una de las cosas esencialmente nuevas en nuestro modelo es su carácter democrático, una nueva hegemonía democrática, y eso nos obliga a nosotros no a imponer, sino a convencer, y de allí lo que estábamos hablando, el tema mediático, el tema comunicacional, el tema de los argumentos, el tema de que estas cosas sean, lo que estamos presentando hoy, por ejemplo, que lo perciba el país todo; cómo lograrlo, cómo hacerlo”, agregó en aquella inolvidable faena.

Territorializar los modelos

“Tenemos que territorializar los modelos, territorializarlos. Yo me imagino, por ejemplo, Sarría. Aquí está, vamos a suponer que esto sea un sector de Sarría… la calle real de Sarría, el edificio y la panadería… y el Pdval y la Farmapatria; son elementos, elementos nuevos, como de un injerto… insisto en lo del injerto. Ahora, compañeros, compañeras, camaradas, si este elemento no formara parte de un plan y por tanto, bueno, sistemático, de creación de lo nuevo, como una red por aquí… esto sería A… y esto sería B… esto sería C, D, E, etc, y una red… una red que vaya como una gigantesca telaraña cubriendo el territorio de lo nuevo; si no fuera así, esto estaría condenado al fracaso (…) esto sería absorbido por el sistema viejo; se lo traga, es una gigantesca amiba, es un monstruo el capitalismo”, manifestó.

Autocrítica para rectificar

Aquel día, que además de reflexivo sirvió para la crítica y la autocrítica, el Comandante Eterno pidió asumir –colectivamente la consolidación de una de sus mayores aspiraciones: Las comunas.

“Ahora, la autocrítica; en varias ocasiones he insistido en esto, yo leo y leo, y esto está bien bonito y bien hecho, no tengo duda, pero dónde está la comuna. ¿Acaso la comuna es solo para el Ministerio de las Comunas? Yo voy a tener que eliminar el Ministerio de las Comunas… lo he pensado varias veces. ¿Por qué? Porque mucha gente cree que a ese Ministerio es al que le tocan las comunas. Eso es un gravísimo error que estamos cometiendo. No lo cometamos más. Revisemos”, exigió.

Así como asumió su responsabilidad el 4 de febrero de 1992, cuando lideró la rebelión cívico-militar de ese año, también lo hizo en esta ocasión cuando reflexionó: “Seguimos entregando las viviendas, pero las comunas no se ven por ningún lado, ni el espíritu de la comuna, que es mucho más importante en este momento que la misma comuna: La cultura comunal. ¿Me explico? ¿Será que yo seguiré clamando en el desierto por cosas como estas? Todos aquí tenemos que ver con esto, todos, desde mi persona, la Presidencia de la República”.

Resaltó que la autocrítica “es para rectificar, no para seguirla haciendo en el vacío, o lanzándola como al vacío. Es para actuar ya, señores ministros, señoras ministras, las comunas, manden a buscar la Ley de las Comunas, léanla, estúdienla”.

Incentivar la producción

A incentivar la producción y a construir zonas productivas en los urbanismos de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV), formaron parte de los llamados de entonces, colocando a Ciudad Caribia, en el estado Vargas, como uno de los ejemplos. Resaltó que para ese instante allí ya debía estar edificado “un sistema de posadas, restaurantes con vista al mar”.

Recordó que un mes antes se inauguró la carretera Mamera-El Junquito, para acto seguido preguntar: “¿Díganme si han visto la primera granja ahí, colectiva? Recuerdo que hace como tres años fui por ahí, y la primera imagen que tuve, qué potencial tan grande, qué territorios tan bonitos, qué colinas tan hermosas, qué clima tan hermoso. Terminamos la carretera y no hay una sola unidad productiva que hayamos creado nosotros”.

“Creemos que la carretera es el objetivo, ¿será el ferrocarril el objetivo?, ¿será la carretera el objetivo? ¿O cambiar toda la relación geográfica-humano socioterritorial y cultural de sus inmediaciones a lo largo de un eje? Este último sí es, pero a veces no lo queremos entender, a veces no, casi nunca lo entendemos”.

En aquella oportunidad dijo a su gabinete, con quien compartió helados Coppelia y bromeó: “Lo que estoy dando es una orden con las reflexiones, para que ustedes ajusten las cosas con los que trabajan y trabajen de verdad en equipo y se comuniquen y trabajemos en equipo y le demos el máximo valor agregado a todo, por más pequeño que sea un proyectico por allá, en un pueblito de Mérida. No, que esta es una cría de truchas, ¿y más allá qué hay? Por más pequeño que sea, tenemos que darle este carácter (…) Yo espero ver respuestas a estas reflexiones y a esta autocrítica pública que estoy haciendo”.

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