Néstor Rivero Pérez

El 9 de mayo de 1874 nació en Londres el arqueólogo Howard Carter, quien en 1922 alcanzaría celebridad mundial tras dirigir el equipo que identificó, cerca de Tebas, la tumba de Tutankamón, faraón del antiguo Egipto y quien había fallecido en el siglo XIV aC.

Pábulo

La muerte repentina, en los siguientes dos años, de varios de quienes acompañaron a Carter en el examen del interior de la tumba, dio pábulo a una supuesta maldición proferida por el joven faraón contra quien profanase dicho lugar; sin embargo, la prolongación por 17 años, de la existencia de Carter, el personaje de mayor responsabilidad en la incursión y examen de los pasadizos y habitaciones del sepulcro, contribuyó a desmitificar la teoría de la “maldición”.

Egiptología

Arqueólogos, historiadores y estudiosos de los idiomas acompañaron a Napoleón Bonaparte cuando, en 1798, este último organizó su Campaña de Egipto. Sería durante esta incursión que dos soldados galos descubren la Piedra de Rosetta, con textos que fueron escritos en tres lenguas diferentes, y que años después darían a Jean-Francois Champollian, las pistas para descifrar la escritura en jeroglíficos. Ello, aunado a la curiosidad que desde siglos anteriores despertaban las pirámides y la historia de los antiguos faraones, mantuvo latente un interés recurrente por la civilización que se levantó a orillas del Nilo varios milenios antes de Cristo.

El Valle de los Reyes

Y uno de los focos de atención del Egipto lo constituyó por más de doscientos años el Valle de los Reyes, necrópolis ubicada en las adyacencias de Tebas (actual Luxor) y que ya desde antes de la era cristiana había sido objeto de saqueo y pillaje de sus tumbas. Gobernantes como Thutmosis I y Ramsés III, último de los grandes faraones y el más célebre de todos, Tutankamón, quien gobernó entre 1334 y 1325 a.C.

El “rey Tut”

Este es el diminutivo con el cual se popularizó la leyenda del faraón-niño, quien gobernó a partir de sus nueve años de edad y perdió la vida a los dieciocho. Cabe indicar que Tutankamón ejerció su mandato con mucho rechazo de su pueblo, debiendo la sorprendente notoriedad, de que goza, al esplendor de su tumba, dentro de la cual el oro es el mineral con el cual se construyó la mayor parte de los adornos con que se acompañó la inhumación, y donde ocupa lugar de primer orden la radiante máscara de oro que protegía su rostro.

La “maldición”

Entre 1922 y 1923 aún Alexander Fleming no había dado con el descubrimiento de la penicilina, logro que alcanzaría seis años después. Así, cuando George Herbert, el quinto lord Carnavon, financista de las laboriosas excavaciones en la tumba del “rey Tut”, fallece cinco meses después del célebre hallazgo, tras complicarse por una neumonía y la picada de un mosquito en El Cairo (Egipto) que derivó en septicemia, algunos curiosos comenzaron a relacionar coincidencias, como la de un supuesto apagón en la capital de Egipto al momento en que Carnavon fallece. Otros que penetraron igualmente en la tumba del faraón-niño, como Arthur Mace, quien había dado el último picotazo a la entrada de la recámara mortuoria y Douglas Reid, quien hizo la primera radiografía a los restos de “Tut”, también murieron meses después. Pequeños accidentes que afectaron a tripulantes de las naves donde se trasladaban piezas del Museo Egipcio de El Cairo para exposiciones en Europa, también fueron relacionados por algunos comentaristas con “La maldición”, cuyo texto reza “La muerte golpeará con sus alas a quien turbe el reposo del faraón”. En todo caso el principal gestor del descubrimiento, Howard Carter, fallecería diecisiete años después de haber penetrado en su interior”, en 1939, por una afección linfática conocida como Mal de Hodking.

 

Sinóptico

1850

Joseph Gay-Lussac

Este día murió en París (Francia), a sus 71 años, quien fue el descubridor del principio de las combinaciones o expansión de los gases, y enunciador de las llamadas Leyes de Gay-Lussac. El globo aerostático, con base en el principio del fluido caliente propuesto por Arquímedes, se utilizó en Europa desde 1709; empero, para 1804, cuando Gay-Lussac se eleva hasta los 3.800 metros en un globo aerostático, era necesaria mucha audacia para confirmar los descubrimientos ejecutados por Jack Charles 17 años atrás, cuando este último relacionó el volumen y la temperatura de una cantidad cierta de gas a presión constante. Gay-Lussac descubrió el cloro, el ácido cianhídrico y el yodo, dando así un aporte significativo “a la química industrial, mejorando los procedimientos de fabricación del ácido sulfúrico y ácido oxálico. Igualmente Gay-Lussac diseñó nuevos procedimientos en el procesamiento de la pólvora “y aleaciones para la fabricación de cañones”. Incursionó a su vez en campos como “la solubilidad de las sales, textiles ignífugos, polvos de blanquear, graduación del alcohol, las velas y los pararrayos”.

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