Impacto ético geopolítico del informe de la relatora Douhan
Guido Jorge Zuleta Ibargüen
La Cuaresma, para las comunidades cristianas de espiritualidad liberadora, es ocasión para renovar la solidaridad y aprovechar los dones de cada quien en el cuidado de la gente y de la Madre Tierra. Resulta así relevante analizar el informe divulgado el 12.02.20 por la Relatora Especial de la ONU sobre medidas coercitivas unilaterales y derechos humanos, Alena Douhan, luego de su visita al país del 1 al 12 de febrero.
Plantea que, en 2015, EEUU declaró la situación de Venezuela como una emergencia nacional que amenazaba su seguridad. En 2019, tras reconocer a Juan Guaidó como presidente le dio el control de los activos del Gobierno. Se congelan 1.200 millones de dólares en un banco portugués. Cerca de 2.000 millones de dólares del BCV se congelan en el Banco de Inglaterra.
El programa CLAP, para 6 millones de hogares, disminuye la diversidad de artículos.
El informe recoge el testimonio de familiares de niños presentados a la relatora por la Hna. Eugenia Russian, presidente de Fundalatin: El desvío de activos de Citgo ha impedido que se realicen trasplantes de hígado y médula ósea a 53 niños. (Informe ONU. Yuleidys Hernández. VEA. Caracas.12.02.2021).
Para el Experto ONU, Alfred de Zayas, el informe expresa cómo “las sanciones son un crimen de lesa humanidad. En nombre de la solidaridad internacional, tenemos una obligación hacia el pueblo venezolano”. (Geraldina Colotti. Resumen latinoamericano. 16.02.2021).
Desde Brasil, el Monje Marcelo Barros cita al obispo Helder Cámara en 1994: “Que nunca más las manos se presenten rígidas y cerradas. Manos extendidas, unidas en la solidaridad y el amor para todos”. (Barros M. La profecía sigue presente entre nosotros. Correo del Orinoco. Caracas. 11.02.2021). Aliento espiritual liberador que acompaña, en tiempo de Cuaresma, a la acción solidaria de la relatora Douhan, como invita el papa Francisco, hacia una humanidad fraterna.
