Pedro Estacio

@Urgentess

Definitivamente, la Revolución Bolivariana debe recuperar ese proceso de creación de la cultura de igualdad, solidaridad y hermandad de la que habló el Comandante Hugo Chávez y que no ha podido ser concretado por la miserable guerra de la que es objeto Venezuela.

Crear esa nueva cultura ha sido dura hasta en el mismo gobierno revolucionario, porque 20 años después sigue siendo inexplicable; por ejemplo, que no haya sido generada una política nacional de reciclaje y por eso seguimos con la vieja política de recolección de desechos a como dé lugar y de adquisición de equipos.

El alma de la revolución, como dejó dicho el Comandante Hugo Chávez, estaba en demoler las viejas costumbres, como esa del aseo urbano y domiciliario. Sin embargo, se ha perdido el tiempo, un valioso tiempo.

Hasta ahora, salvo los ocasionales operativos de limpieza, las cosas no parecen cambiar. De vez en cuando apreciamos los anuncios de la Venezuela Bella acerca de un operativo dirigido a poner en excelentes condiciones un lugar, una parte de un barrio o un sector de una parroquia. Pasa la novedad y de nuevo vemos los montoncitos de basura en una y otra esquina.

¿Quién debe ocuparse de asumir todo lo que debió hacerse y no se pudo concretar? Pues me parece que esa es una misión que deben tomar por los cachos los integrantes del poder popular, esto es, los consejos comunales, las comunas, pero tales instancias no terminan por concretar su fortaleza. La idea de asumir las herramientas de la ciencia y la tecnología, el hecho de organizarse y sistematizarse, es el camino que deben ejercer y así combatir las incómodas realidades que afectan a nuestras comunidades.

El caso de los huecos, por ejemplo, es digno de ser conocido. De repente surgen operaciones dirigidas a tapar todos los huecos de la ciudad, pero resulta que los únicos que son objeto de operativos, son aquellas vías por donde “pasa la reina”, como dice el dicho popular, porque las otras vías lo que hacen es coleccionarlos.

A esa triste y penosa realidad habría que añadir la del transporte de la ciudad, la de otros servicios como agua, electricidad, gas, seguridad, y un tema muy fuerte para la mayoría ciudadana como la especulación con los precios y asuntos como el suministro de la gasolina y los alimentos.

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