Néstor Rivero Pérez

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El 16 de septiembre de 1976, en el marco de la política represora impuesta por la Junta de Reorganización Nacional de Argentina -jefaturada por el general Jorge Rafael Videla-, unidades de la Policía Bonaerense, al mando de Ramón Camp, dieron inicio, en la ciudad de La Plata, al operativo de secuestro de estudiantes de bachillerato conocido como “La noche de los lápices”.

Corrientes represoras

Inspirados en la doctrina geopolítica de la Seguridad Nacional y contención interior, cultivadas en la Alemania nazi que conducía Adolfo Hitler y la Italia fascista de Benito Mussolini, una corriente ultraconservadora del Ejército, representada por los generales Eduardo Lonardi y Pedro E. Aramburu, depuso en 1955 al presidente constitucional Juan Domingo Perón, ganador de las elecciones de 1951. Así, la junta militar que presidía el general Videla, instalada el 29 de marzo de 1976 en la Casa Rosada, implantó desde su primer día un régimen de terrorismo de Estado, en el marco de la Guerra Fría y el Plan Cóndor. Este último se adelantaba en el Cono Sur bajo la coordinación de la CIA y con participación de las dictaduras que por entonces regían Chile, Paraguay, Uruguay y Bolivia.

Represores “Camp”

Meses antes de dar su golpe de Estado, José Rafael Videla había respondido a una consulta sobre la actitud del Ejército respecto a la situación política del país “Nosotros tenemos nuestro propio modo de hacer las cosas”, insinuando el carácter expedito y violatorio de derechos humanos que habría de inspirar su administración. Y, una de las direcciones que tomó la política de persecución anti-izquierdista, plantada por la junta, fue la de identificar, perseguir y liquidar el movimiento estudiantil rioplatense, con extensa ramificación en los planteles de educación media.

Desaparecidos y sobrevivientes

Así, a mediados de septiembre de 1976 se produjo la captura en sus domicilios del grupo de estudiantes que venían alzando su voz frente al aumento pecuniario del ticket de pasaje. “Pablo Díaz, Emilce Moler, Patricia Miranda, María Claudia Falcone, María Clara Ciocchini, Francisco López Muntaner, Daniel Racero, Horacio Ungaro, y Claudio de Acha, fueron secuestrados y torturados entre el 16 y el 21 de setiembre” (https://www.clarin.com).

Militantes juveniles de izquierda y seguidores del ideario socialista, varios participaban en brigadas de alfabetización en sectores populares de su ciudad, siendo apresados por unidades de la Policía Bonaerense al mando del militar Ramón Camp. El mismo Camp bautizaría el secuestro de los estudiantes como “La noche de los lápices”, en directa alusión al tipo de víctimas encomendadas. Fueron diez los estudiantes secuestrados, de los cuales seis fueron víctimas de desaparición forzosa”, sobreviviendo los otros cuatro.

Paradójicamente el recordatorio de la fecha lo inició, durante la dictadura militar, la propia policía, con el objeto de celebrar el golpe de Estado que, en 1955, había encabezado Lonardi y Aramburu en contra de Juan Domingo Perón.

Lápices que escriben

Al año siguiente, en conferencia internacional en la cual se reunieron el almirante César Guzzetti, canciller de la junta, y Henry Kissinger, secretario de Estado de EEUU, este apuntó que se “debía resolver el problema antes de que el Congreso norteamericano reanudara sus sesiones en 1977 (…) Kissinger les dio luz verde para que continuaran con su ‘guerra sucia’” (https://ens7mediablog.wordpress.com).

Años después, a propósito de los juicios contra los implicados, algunos de estos sucumbirían ante su propia conciencia, tal es el caso de Roberto Grillo, hoy incapacitado psiquiátrico, cuya confesión es elocuente. «Yo los tuve que quemar, hacer cenizas, pero no los maté, ya estaban muertos, después no pude volver a comer carne nunca más» (Ibídem).

Sinóptico

1980

Jean Piaget

Este día falleció Jean Piaget, epistemólogo, biólogo y psicólogo, “hombre de varias aficiones” como lo calificó su biógrafo Felipe Cid, y cuyos aportes en torno los procesos de comprensión, por el niño, de la realidad -campo de investigación denominado “epistemología genética”-resultan imprescindibles en la historia de la psicopedagogía.

De hecho, en distintos países del mundo se celebra cada 17 de septiembre el Día del Psicopedagogo, justamente como reconocimiento al eminente investigador. ¿Qué y cómo aprende el niño? Este investigador del comportamiento y la epistemología plantea la necesidad de comprender los modos de conocer del niño a partir de su sustrato biopsicosocial, concluyendo en que entre el día del nacimiento y los doce años de edad, se suceden cuatro períodos o estadios de maduración cognitiva del ser humano.

Así, el primero el estadio psicomotor, desde los cero hasta los dos años de edad; el segundo, el preoperacional de dos años a siete; el tercero el de operaciones concretas, de los siete a los doce; y el cuarto, de operaciones formales, comienza a los doce años.

Piaget es padre de la psicología evolutiva o epistemología genética.

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