Néstor Rivero Pérez

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El 20 de febrero de 1932 fue investido como senador de Argentina el abogado, político y polemista Lisandro de la Torre, cuyas ejecutorias y campañas contra la corrupción le hicieron acreedor al edificante sobrenombre de “Fiscal de la Patria”.

Desde muy joven de la Torre venía interviniendo en la militancia política, encabezando a sus 31 años -en su natal Rosario-, la Revolución de 1893 instigada por la naciente Unión Cívica Radical. A la cabeza de trescientos hombres toma la jefatura policial de la ciudad enfrentando a los seguidores del presidente Julio Argentino Roca.

Antecedentes

Siendo la carne el principal producto de exportación en la historia de Argentina, y constituyendo el Reino Unido mercado de primer orden, este último, cuna de la Revolución Industrial, se esforzó en los dos siglos precedentes, en asegurar su preeminencia en la relación con los países proveedores de materia prima y alimentos.

“Esta privilegiada situación inglesa a mediados del siglo XIX alcanzaría su apogeo mundial a través de la profundización de la segunda revolución industrial generando la aparición de empresas competidoras, sobre todo en Estados Unidos y Alemania.

En esta revolución cabe resaltar las mejoras en el transporte, fundamentalmente el ferrocarril y el barco, que permitió la unión entre los productores y consumidores de las diferentes materias primas o manufacturas,” (http://bibliotecadigital.econ.uba.ar).

Frigorífico y balazos

De otra parte, cabe indicar que el comercio cárnico en el antiguo virreinato del Río de la Plata operaba mediante la exportación del ganado en pie y la técnica del tasajo, mediante la cual los criadores y quienes procesaban la carne, procedían a su salamiento y secado, en modalidad inventada en la primera parte del siglo XVIII y que mantuvo vigencia hasta la segunda parte del sigo XIX, cuando la invención del hielo y las técnicas de refrigerado por industriales ingleses, modificaron los sistemas de traslado del comestible animal.

Y la presión de los mercados europeos sobre la estancia rioplatense se haría sentir de modo ostensible en 1838, cuando Francia bloqueó Buenos Aires y amenazó invadir Argentina, afanosa por controlar la provisión de carne para su población.

Ya en pleno siglo XX, durante los meses finales del segundo mandato de Hipólito Irigoyen -otrora mentor político de de la Torre-, se da en el Congreso rioplatense un ruidoso debate sobre las condiciones en que se suscribió un contrato para la venta de carne a Inglaterra en condiciones privilegiadas para empresas de frigorífico británicas.

De la Torre señaló al vicepresidente Julio Argentino Roca (hijo) de cláusulas dudosas que lesionaban el patrimonio de la nación.

La diosa “Coima”

Téngase en cuenta que desde mediados del siglo XIX hasta al menos los debates parlamentarios suscitados en las tres primeras décadas del XX, el tema de los impuestos y eventuales irregularidades en contrataciones, concitó la atención de la opinión pública.

Y en los años que antecedieron la asunción de su senaduría por de la Torre, fue un tiempo caracterizado por la diatriba en torno a dudosas relaciones y denuncias donde se mezclaba la pasión con el indicio y propósitos de transparencia.

En enero de 1929 Roberto Arlt publica en el diario El Mundo, un artículo titulado “Su Majestad, la Coima”, donde se lee “(…) es la diosa protectora de todos los tahúres que pululan en nuestra tierra, de todos los comisarios que entran flacos y salen gordos, de todos los magistrados que se taponan los oídos para no escuchar los alaridos de la justicia… La coima es la que arranca un certificado de buena conducta para un específico facineroso, la coima es la que le da ciudadanía de honestidad a un granuja cien veces más ladrón que el ‘ladrón Gesta (el Mal Ladrón)’… La coima compra al grande y al humilde que transige con tal que le den para un café con leche” (Wikipedia).

Epílogo

Su ardua defensa del interés público indujo a periodistas y público en general, a conceder a de la Torre el título honorífico de “Fiscal de la Patria”.

No obstante en sesión del 23 de julio de 1935, la ardorosa intervención de de la Torre provocó que un seguidor del presidente Agustín P. Justo le golpeara y otro le disparase, salvando de la Torre su vida por la protección que le da el diputado Enzo Bordabehere, quien recibe los impactos mortales.

Dos años después, no obstante gozar de gran estima popular, de la Torre afectado por aquellos hechos, se quita la vida de un balazo.

Sinóptico

1534

Carlos V y el Canal de Panamá

Este día el emperador Carlos V, mediante una real cédula ordenaba al gobernador de Panamá, Francisco de Riobueno, estudiar el proyecto de construcción de un canal entre los océanos Atlántico y Pacífico en la franja del Istmo de Panamá, tierras que por entonces habitaban los indios Veragua, Texbi y otras comunidades originarias.

El monarca buscaba así asegurarse el control de una ruta ultramarina que conectaba al menos cuatro continentes: América, Europa, África y Asia.

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