¡Llora el vallenato de protesta social! Falleció su máximo exponente: Máximo Jiménez (+Canciones)

VEA / Ildegar Gil

Diversos portales reseñan el deceso del colombiano, Máximo Jiménez, a quien ubican como el máximo exponente del género vallenato curtido con letras de contenido político revolucionario.

«Falleció Máximo Jiménez, pionero del vallenato protesta», tituló Radio Nacional de Colombia, en parte informativo que ubica el precisa el fallecimiento «hacia las 4:30 de la mañana de este sábado 27 de noviembre».

Jiménez, indica la emisora, presentaba desde hace días «un cuadro de complicaciones respiratorias que lo llevaron hoy a un episodio cerebrovascular» en la Clínica Central de Montería, la ciudad que lo vio nacer hace 72 años.

Máximo José Jiménez Hernández, indica el reporte, se cuenta como de los pocos en colocar su sensibilidad artística al servicio de la razón política en género alguno. «Fue, sin duda alguna, uno de los más rebeldes y comprometidos exponentes de la música en Colombia. Testigo del maltrato, del desplazamiento y del expolio en su región, sus cantos se orientaron hacia la protesta y la revolución», agrega el informe, resaltando que «debido a ello la violencia se ensañó sobre su familia y fue obligado al exilio en Europa por años».

Afirma la entrega que  a sus 20 años dominaba ya el acordeón, manejo que entregó a los encuentros y mítines de las asociaciones campesinas de su departamento que buscaban una necesaria reforma agraria en las décadas del 60 y 70.

Su convicción en la lucha social lo orientó a formar parte de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC), que reclamaba la propiedad de terrenos baldíos en manos de dudosos dueños o injustamente entregados por el Gobierno a diversos terratenientes. «Fue el momento, como lo dijo en alguna entrevista, en que ‘empezaron a irse los malos amigos y empezaron a llegar los buenos enemigos’”, subrayó la web.

El nivel de activismo artístico-social generó en su contra muertes en el seno de su familia, «incluyendo el asesinato de su hermano y la desaparición de otros familiares cercanos».

El Festival de la Leyenda Vallenata en 1974 y 1977 fue particularmente especial en su carrera, dad que ambas ediciones sus letras causaron molestia en políticos, terratenientes y actores del conflicto. Como era de suponer, «para siguientes participaciones fue instado a bajarles el tono a sus profundas críticas, cosa que, por supuesto, no aceptó».

Al contrario de sus colegas en el género, solo logró grabar seis (6) producciones de acetato puesto que las empresas disqueras no le ofrecían cabida «en tiempos en que el género empezaba a popularizarse».

Ante las amenazas, atentados y encarcelamientos irregulares, debió exiliarse en Viena en 1989. De regreso a Colombia, lo hizo afectado por un primer accidente cerebrovascular que le repercutió en el habla y en el desplazamiento. «Ya en Montería de nuevo, en 2017, fue víctima de otro derrame cerebral. A pesar de esos serios quebrantos, Jiménez nunca dejó de grabar temas, publicados en ediciones independientes, incluyendo un último disco de 2017 llamado ‘Soy de donde nace la cumbia’».

«Así mismo, solía participar gustoso en diferentes foros y encuentros donde se habló de música, sociedad y justicia».

«Quizá Máximo cometió el único gran error que muchos hemos cometido. Desde niño fue un incansable caminante. Ello lo llevó a conocer el sufrimiento de las comarcas abandonadas, de los niños de la calle, de las mujeres maltratadas, de los negros discriminados, de las necesidades acumuladas, de la cruel violencia desatada», reflejó elvallenato.com.

«En ese avatar endemoniado, murió su padre y le asesinaron un hermano. Con su familia apenas le quedó tiempo para echar mano de alguna ropa, de su inseparable acordeón y volar allende las fronteras en busca de refugio», indicó la fuente señalada.