Normalidad democrática a la española
Richard Benavides
(El autor es politólogo)
En España se ha venido discutiendo en los últimos días la realidad de la democracia española, en un toma y dame constante los socios del gobierno español, Podemos y el PSOE, luego de la detención del rapero Pablo Hasel; pero esto viene a dar relevancia y al resurgir de una vieja discusión existente en las entrañas españolas sobre la realidad democrática y reaviva el enfrentamiento constante entre ambos modelos de país, uno muy conservador rayando en el totalitarismo, y otro un poco más progresista, pero muy alejado de la izquierda.
Pero esta discusión siempre ha estado latente desde el ’78, y es que esa normalidad democrática de la que habla el PSOE y que apoyan los partidos conservadores y hasta la extrema derecha (VOX), es lo normal en España; es normal que se persiga y se encierre a un rapero por decir lo que dicen todos los medios; es normal que el dictador Francisco Franco tenga monumentos; es normal que el fascismo salga a las calles a defender a Hitler y a lanzar mensajes de odio y no pase nada; es normal que haya políticos catalanes presos por el derecho a decidir; es normal que en una protesta, una mujer pierda un ojo por balas de la policía; es normal que en una protesta por violencia policial salgan dos heridos por munición de fuego real; eso es lo normal en España; es tan normal, que fue la democracia que el dictador Franco dejó cuando murió.
La anomalía democrática española sería que se ilegalizaran los partidos y asociaciones neonazis; sería que se condenara a la dictadura franquista y se le retiraran todos los bienes robados durante la etapa más oscura de España; sería que el Partido Popular que tiene distintos juicios como la Gurtel, Púnica o el caso Bárcenas, que admiten que durante décadas se ha enriquecido de la corrupción, fuese juzgado; que se prohíban las manifestaciones fascistas de quienes añoran las épocas franquistas o las del Tercer Reich; que se pudiese investigar a la Corona española; eso sería una anomalía, eso en España sería un giro de 180º a una política de Estado que siempre ha estado pensada para beneficiar a los mismos de siempre.
Pero eso no sucederá, o por lo menos, no en el mediano plazo, porque mientras en las calles españolas salen miles de personas a protestar por las faltas de libertades, por la falta de democracia, por la falta de humanidad, son miles los españoles que ya están cansados de tanta impunidad y tanta desidia; pero se vislumbran nuevas batallas, los resultados catalanes son una muestra de los escenarios que irrumpirán en los próximos meses y mientras eso sucede seguiremos levantando nuestras voces y apoyando a todo el pueblo español en la búsqueda de sus derechos; seremos las voces de los que piden una verdadera normalidad democrática.
¡Libertad para Pablo Hasel!