Néstor Rivero

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El 31 de julio de 1981 murió en un extraño accidente aéreo el general Omar Torrijos, líder de la Revolución Nacionalista de Panamá, y cuyo perfil progresista y en pro de la soberanía de Panamá, le ganó la simpatía de los movimientos antiimperialistas y de izquierda del continente. Con excepcional habilidad diplomática, Torrijos logró que EEUU suscribiera los Tratados que retornaban a la soberanía de Panamá la Zona del Canal.

Rescate del Canal

Omar Torrijos accedió a la jefatura de la Guardia Nacional y conducción del país en 1969, iniciando la Revolución Nacionalista, encaminada al rescate de la soberanía sobre el Canal de Panamá y que se concretaría mediante los Tratados Torrijos-Carter de 1977, así como a una presencia activa de Panamá en el escenario internacional.

El rescate de la Zona del Canal fue la gran herencia de Torrijos para sus compatriotas, y la desocupación de las instalaciones militares de que EEUU disponía para labores de entrenamiento como fuerza de ocupación y gendarmería continental respecto a los ejércitos latinoamericanos.

No Alineados

En el marco de una pugna internacional y doméstica, y en la cual Torrijos se cuidaba de mostrar cariz excesivamente radical que le aislase de sectores medios y conservadores panameños que también anhelaban el control del Canal por los panameños. Supo negociar con distintos factores, y contando en todo caso con el respaldo del movimiento progresista y antiimperialista de su país. Así Panamá ingresó al Movimiento de Países No Alineados y comenzó a invitar a los actos oficiales a delegaciones como la norcoreana, algo insólito diez años atrás. Asimismo dio apoyo inteligente a causas como la lucha anticolonialista de Amílcar Cabral, en Guinea-Bissau, enviando medicinas a los combatientes y aceptando estudiantes de aquella nación africana en la Universidad Nacional de Panamá.

Una extraña muerte

Dos tesis existen respecto a la muerte de Omar Torrijos, una la del accidente, por el exceso de nubosidad que afectó la visibilidad del piloto al cruzar un cañón. La segunda teoría habla del modo en que trabajaban las agencias de Inteligencia de EEUU, en el marco de la Guerra Fría, ya en la gestión del presidente Ronald Reagan, reconocido conservador. Un hermano de Torrijos habló de conspiración. Asimismo, un dominicano de apellido Oliveros indicó acerca de la operación “Halcón en pleno vuelo”: se habría colocado en el avión una caja de cocacola con el explosivo. En su libro Yo acuso, el panameño Dagoberto Franco sostiene “el exagente de la CIA, John Perkins, expone en su obra Confesiones de un sicario económico que la agencia organizó el atentado por haber firmado, el líder panameño, acuerdo con una empresa japonesa para la construcción de un canal a nivel obviando capitales de EEUU.

La convicción de lo justo

Durante el acto protocolar de firma de los Tratados con el presidente Jimmy Carter de EEUU, Omar Torrijos, en nombre del pueblo panameño, supo exponer el interés de su nación, sin estridencia frente al representante del poder imperial “…permanecen por este tiempo bases militares que convierten a mi país en un posible objetivo estratégico de represalia (…). Sin embargo, lo pactado es producto del entendimiento entre dos dirigentes que creen en la pacífica convivencia de sus pueblos y que reclaman el valor y liderazgo de enfrentarse a sus pueblos sin más armas que la verdad y su profunda convicción de lo justo”.

Sinóptico

1914

Zumaque I

Este día fue declarado comercialmente hábil por la VOC, filial de la anglo-holandesa Royal Dutch Shell, el Pozo Zumaque I, iniciándose con ello la historia de la gran industria petrolera en Venezuela. La primera concesión en recursos del subsuelo con significado para la historia económica del país fue la otorgada en 1888 por Antonio Guzmán Blanco al estadounidense Horacio Hamilton. Esta concesión fue administrada y explotada por la New York Bermudez Company -filial de la General Asphalt-, para extraer asfalto del Lago Guanoco (Edo. Sucre). En 1914, ya instalado el capital petrolero internacional en el país, la empresa VOC, filial de la compañía angloholandesa Shell, perforó en las inmediaciones de Mene Grande (Zulia), como recuerda César Prieto Oberto “el primer pozo productor comercial en la historia de los hidrocarburos zulianos. Para la época Mene Grande formaba un área selvática, debiendo trasladarse las primeras maquinarias mediante tracción animal. Ya para el 25 de julio de 1914 “…el pozo alcanza una profundidad de 135 m y se inicia exitosamente la producción de crudo por flujo natural” (Wikipedia). Y el día 31 se declara la utilidad de pozo Zumaque I, cuya utilidad comercial alcanzaba una tasa de producción de 264 barriles diarios y una gravedad específica de 198 grados API”. La alta rentabilidad, que para la época se derivaba del Zumaque I, hace que el país comience a percatarse del significado que habría de tener la actividad petrolífera en los ingresos fiscales de la Nación.