Otra vez Venezuela

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«…nos hizo recordar la entrada triunfal de los barcos iraníes a nuestras aguas territoriales, cargados de amor, combustible e insumos para su fabricación…»

Psic. Ylenia Estrada

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@yleniaestrada

En Venezuela no paramos de vivir eventos extraordinarios; ante la imposibilidad de asistir a juramentarse para continuar su mandato, nuestro Comandante Chávez, debido a sus problemas de salud, un mar de pueblo acudió con su banda tricolor terciada en el pecho como se acostumbra en estos casos, investido de orgullo patrio, cargado de infinito amor por su Comandante, disciplinado como siempre, de tal forma que los representantes de otros países expresaron su admiración y respeto por nuestro pueblo; así nos hicimos Presidentes. Hablar de este pueblo ante la muerte de su líder merece capítulo aparte.

Ante las guarimbas de 2014, a pesar de tener como ministro de Relaciones Interiores a Rodríguez Torres, ficha probada de la CIA, el presidente Maduro anunció que las guarimbas estaban bajo control y dio algunos detalles de las últimas acciones para lograrlo; al día siguiente Venezuela amaneció en paz absoluta.

En 2017, con las calles ardiendo en llamas, convocó a elecciones para elegir a una Asamblea Nacional Constituyente.

Al siguiente día Venezuela amaneció en paz absoluta, aunque hay que reconocer que para algunos el susto fue de pronóstico, porque el ánimo del pueblo no era nada favorable, ya que las agresiones imperiales se acentuaban y la crisis con los alimentos y precios arreciaba; se preveía, como así fue, que el pueblo, gracias a la manipulación mediática, aplicaría un voto castigo para el gobierno y el PSUV.

Ambas medidas produjeron resultados mágicos, casi milagrosos, pero con ello también llegó el destape definitivo de la oposición; derrocharon todo tipo de desmanes cargados del odio de clase que los caracteriza; ante lo que debió ser un acto político de respeto, con gran dignidad como la reciente instalación de la Asamblea Nacional que les representaba el máximo control de la Asamblea, pero no pasó de ser un burdo aquelarre con consecuencias nefastas y de gran magnitud para nuestro país.

Los últimos acontecimientos, las elecciones a la Asamblea Nacional, el 6 D, su instalación y el retorno a la misma de Bolívar y Chávez, majestuosamente, en paz absoluta y derrochando dignidad, nos hizo recordar la entrada triunfal de los barcos iraníes a nuestras aguas territoriales, cargados de amor, combustible e insumos para su fabricación, otro gesto de unión fraterna entre pueblos -que luchan contra el mismo monstruo criminal-  que nos llevará  definitivamente a la liberación  de todos los pueblos del mundo.

Estamos venciendo… nuevamente.

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