Ramón Rodríguez Montero

Ramón Rodríguez M.

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Las hostilidades en la cuenca del Donétsk o Donbás se agravan y a tal efecto se debe tomar en cuenta que Estados Unidos y las autoridades ucranianas bajo su control realizan deliberadamente esfuerzos para que las hostilidades se conviertan en un conflicto armado abierto.

Estados Unidos a través de la Unión Europea organiza y estimula las provocaciones de Kiev para involucrar a Rusia como parte de esta confrontación armada, cuando, por el contrario, el país euroasiático es garante del cumplimiento de los acuerdos de Minsk abogando siempre por la solución pacífica del conflicto en el Donbás y apoyando a la población rusa y su descendencia mediante el envío de ayuda humanitaria, y también asesorando a las repúblicas autoproclamadas de la región en materia política y comunicacional.

El propósito de las autoridades ucranianas es acusar a Moscú de agresión externa para aplicarle nuevas sanciones económicas y crear la imagen de un enemigo y a la vez buscar ayuda económica, financiera y militar de sus adversarios geopolíticos: EEUU y la UE.

¿A quién beneficia la reanudación de hostilidades en el Donbás? evidentemente a las autoridades ucranianas porque podrán obtener recursos económicos de organizaciones financieras internacionales, todo ello justificado con una crisis económica en ese territorio, pero, además, el empeoramiento de la situación las desmarcaría de sus fracasadas políticas, económicas, sociales y exterior; además, las consecuencias de la confrontación armada, y las hostilidades colocarían nuevamente a Ucrania en el espacio público internacional, lo que a su vez permitirá obtener asistencia militar y técnica adicional del imperialismo y sus corporaciones armamentísticas las que no solo capitalizarían saldo geopolítico, sino también económico.

Estados Unidos busca convertir el conflicto en una guerra ucraniano-rusa a gran escala para poder justificar todos los crímenes cometidos por su ejército, financiándolo y armándolo, encubriendo diplomáticamente y obligando a sus aliados europeos a hacer lo mismo. La pregunta es ¿por qué lo hacen? Ciertamente no es por el bien de Ucrania, que parece condenada a esta posible guerra de secesión, así como a una catástrofe humanitaria y económica, y, por supuesto, con las manos gringas metidas tampoco se trata de proteger los «derechos y libertades democráticas», que Kiev pisotea a diario cometiendo masacres de sus ciudadanos en el Donbás con fuego de morteros a blancos civiles.

Las palabras y acciones de políticos y funcionarios estadounidenses evidencian una guerra exacerbada de Estados Unidos contra Rusia, en la que el liderazgo político-militar ucraniano es tan solo un arma en manos de la Casa Blanca, y el pueblo mismo se usa como «carne de cañón» y se le presenta al mismo tiempo como víctima de la supuesta «agresión rusa». El objetivo inmediato de este conflicto es la separación de Ucrania de Rusia, que Bismarck estableció como la tarea geopolítica más importante de Occidente y para ello Washington ha invertido más de $ 5 mil millones para formar, sistemáticamente durante veinte años, a la élite política de Kiev.

La historia demuestra que las guerras en Europa fueron la fuente más importante de recursos para convertirse en una superpotencia económica y política ¿de qué manera? debido a la Primera y Segunda Guerra Mundial, que resultó en una gigantesca salida de capitales y mentes de los países europeos en guerra hacia América. La tercera guerra mundial, que permaneció fría, terminó con el colapso del sistema socialista mundial, que dio a Estados Unidos una afluencia de más de un billón de dólares, cientos de miles de especialistas, toneladas de plutonio y otros materiales valiosos, muchas tecnologías únicas… Todas estas guerras fueron provocadas con la participación activa de la «quinta columna» estadounidense mediante espías, oligarcas, diplomáticos, funcionarios, empresarios, expertos y figuras públicas, todos controlados, financiados y apoyados por los servicios de Inteligencia estadounidenses, y hoy, en medio de dificultades económicas, Estados Unidos trata de reeditar en Donbás el conflicto interno gestado y financiado desde Washington en 2014 en este país, para exacerbar la hostilidad del gobierno ucraniano contra Rusia, que representa un freno a sus ambiciones hegemónicas. Saque usted sus conclusiones.

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