Un despojo imperial.

Néstor Rivero Pérez

El 18 de junio de 1970 el gobierno del presidente Rafael Caldera, sin consultar con el país, resolvió acordar con las autoridades de Guyana y Reino Unido, la suspensión del proceso de reclamación que nuestro país mantiene desde 1899 sobre el Territorio Esequibo. Ese último año, un Laudo írrito fue dictado por un tribunal arbitral constituido en París, y del cual Venezuela no formó parte.

El protocolo
La congelación de discusiones de 1970, por un lapso de doce años, se conoce como Protocolo de Puerto España, dado que el texto fue acordado en la capital de Trinidad y Tobago. Aún hoy se discute sobre los perjuicios que dicho acto produjo a la parte venezolana en la controversia jurídica sobre los derechos a la franja de alrededor de 200 mil kilómetros cuadrados, del cual la Patria de Bolívar fue despojada en aquella ocasión por Gran Bretaña.

¿Cosa juzgada?
La teoría esgrimida por Inglaterra primero, y luego sostenida por la parte guyanesa, para sustentar su rechazo al reclamo venezolano, es la de la Cosa Juzgada, de acuerdo a la cual el Laudo de 1899 es inalterable por haberlo acordado, en nombre de Venezuela, la representación de EEUU, y que ya ha pasado más de cien años del referido Laudo de París. Obvia dicha postura, que todo acto de despojo de una potencia imperial por el mero hecho de su superioridad militar frente a un país pequeño, es nulo para el Derecho Internacional siempre y cuando el Estado ofendido mantenga su reclamación. Y en esto último ha sido consecuente Venezuela, cuyas autoridades, gobierno tras gobierno, han reiterado sus derechos sobre el territorio Esequibo y por tanto su oposición al Laudo de París.

Contención Ab-Initio
La protesta venezolana al despojo de 1899 se consagró de modo indubitable en el Acuerdo de Ginebra de 1966, al momento en que la antigua Guayana Inglesa asume con el nombre de Guyana, su independencia. Venezuela, consecuente con los procesos de descolonización del mundo contemporáneo, dio su apoyo al surgimiento del nuevo Estado, empero hizo salvedad de que del lado acá del Esequibo hasta el Cuyuní, es territorio venezolano, manteniendo su reclamación por integrarlo a la geografía venezolana. Así, la contención de 1966 prevista en el Acuerdo de Ginebra, al ser suscrito dicho documento por Guyana e Inglaterra, obliga a su respeto por todas las partes.

Vías de integración
En el largo plazo, las iniciativas de acercamiento pacífico entre Venezuela y Guyana, con reconocimiento a los derechos históricos venezolanos y con políticas de cooperación, llevarían a la solución del diferendo. Hoy no sucede así, por cuanto mientras la República Bolivariana de Venezuela y naciones caribeñas proveen vías de cooperación como ALBA-TCP y Petrocaribe, las actuales autoridades de la hermana Guyana dificultan todo diálogo. Mesas conjuntas y proyectos culturales, económicos y de integración regional, para estrechar nexos en pro del desarrollo, lucen como la opción directa para que los dos países den pasos hacia el futuro que a toda la comunidad latinoamericana y caribeña toca dar en la construcción de su futuro, delante de los poderes mundiales e imperiales.

Derechos históricos
“Venezuela tiene títulos, derechos históricos, jurídicos sobre el Territorio Esequibo. No es culpa del hermano pueblo de Guyana esta situación, lo comprendemos (…) Guyana ya no es una colonia británica (…) eso no quita que nosotros pongamos el reclamo sobre ese territorio que nos fue despojado en el Laudo Arbitral de París (…) Un laudo viciado de nulidad; no se tomó en cuenta la propiedad de ese territorio. Los límites de Venezuela, toda la vida, antes de la independencia, llegaron hasta el río Esequibo” (Hugo Chávez / En: http://www.presidencia.gob.ve).

Sinópticos
1815
Waterloo
En esta acción quedó derrotado el ejército francés comandado personalmente por Napoleón Bonaparte, por una coalición de Inglaterra, Rusia, Prusia, Austria y otros países. La Batalla de Waterloo cambió definitivamente el curso de la historia europea; de una parte impulsó la expansión mundial de Inglaterra y su revolución industrial. Y de la otra, dio ímpetu a las posiciones conservadoras y ultramonárquicas de la Santa Alianza contra todo movimiento liberal y democrático en Europa. Napoleón, a toda prisa, regresaría esa misma noche a París. El 22, tratando de embarcarse para América, cae prisionero de los ingleses.

1818
Bolívar abolió moneda de Barinas
El Libertador decretó la eliminación de una moneda regional que circulaba para las negociaciones comerciales, pero que entorpecía la política económica, al distraer el acuñamiento de monedas, en momentos en que se procuraba fortalecer la moneda macuquina, símbolo oficial para las transacciones en Angostura y los territorios liberados. El decreto “prohíbe la circulación de otra moneda que no sea la de cordón de oro y plata, la macuquina”. En todo caso, mientras se suplía a Barinas con el signo monetario de la República, se permitió el uso temporal de la moneda regional, dentro de la provincia de Barinas.

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