¡A la ofensiva! Rusia prepara medidas restrictivas de visado para países hostiles

VEA / Yuleidys Hernández Toledo

El gobierno ruso está preparando un cambio de la regulación de visado, que limitaría la entrada a los ciudadanos de los países no amistosos. La información la dio a conocer el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov. La iniciativa responde al incremento de la rusofobia que se ha desatado en occidente, luego que la nación euroasiática iniciara el 24 de febrero una operación militar especial en Ucrania.

«Se está desarrollando un proyecto de decreto del Presidente de la Federación de Rusia ‘sobre medidas de represalia de carácter visado en relación con las acciones hostiles de varios estados extranjeros’, que introduce una serie de restricciones a la entrada en el territorio de Rusia», manifestó este lunes 28 de marzo, cita la Cancillería rusa en su página web.

Durante su intervención en la reunión de la Comisión del Consejo General del partido Rusia Unida, sobre cooperación internacional y apoyo a los compatriotas en el extranjero, Lavrov denunció las agresiones que están sufriendo los ciudadanos rusos en el exterior, producto de la campaña desatada por el régimen de Estados Unidos y sus gobiernos satélites, luego que la nación euroasiática iniciara la operación militar especial en Ucrania.

Indicó que EEUU y sus gobiernos satélites han «declarado una guerra híbrida total». Agregó que el objetivo no está oculto: «destruir la economía rusa, socavar la estabilidad política interna y, en última instancia, debilitar significativamente a Rusia, ‘empujarnos’, como declaran abiertamente, al ‘borde de la carretera’ de la vida internacional». 

Destacó que para ejecutar estos planes utilizan al gobierno ucraniano, que ha estado durante mucho tiempo bajo control externo. «Esto explica en gran medida la alimentación de las autoridades de Kiev con armas, dinero y todo tipo de apoyo que ha continuado durante todos estos años».

«Los occidentales en su frenesí rusofóbico no solo violan todas las normas de comunicación internacional. Despreciaron la libertad de expresión, el estado de derecho. Llegan hasta el ‘bandidaje estatal’ directo, la confiscación de la propiedad privada. Se niegan a asumir obligaciones en el ámbito financiero y económico», agregó.

Alertó que la rusofobia “cotidiana” ha adquirido un carácter sin precedentes y se observa en casi todas partes en Occidente. «Las figuras culturales, los artistas, los deportistas, los científicos, los representantes de la comunidad empresarial y los ciudadanos comunes, son objeto de una severa persecución periódica. Solo teniendo un pasaporte ruso o hablando ruso, puedes encontrarte en una situación en la que estés sujeto a amenazas físicas», señaló.

Informó que los delitos contra ciudadanos rusos en naciones extranjeras se pueden registrar «en un canal de telegramas especialmente creado, «Reubicación».. Respondemos de inmediato, incluso a través de llamamientos a las autoridades locales de los países donde todo esto está sucediendo». Agregó además que todas esas denuncias serán procesadas para asistir a las personas y también para «acumular pruebas para la adopción de medidas de carácter jurídico internacional». 

Dijo además que seguirán apoyando la labor del Fondo de Apoyo y Protección de los Derechos de los Rusos en el Exterior.  Relató que en los últimos dos años, esta organización preparó una serie de revisiones analíticas fundamentales que «exponen violaciones masivas de los derechos de la población de habla rusa en Ucrania. Estos incluyen manifestaciones de neonazismo y xenofobia alentadas por las autoridades ucranianas, hechos de persecución selectiva de la Iglesia Ortodoxa Rusa». 

Manifestó que todos esos informes se transfieren a las agencias policiales rusas, el Comité de Investigación, estructuras multilaterales especializadas, «incluso dentro del sistema de las Naciones Unidas (…) Los materiales pueden y deben ser utilizados activamente en posibles medidas de carácter jurídico internacional».

Garantizó que la diplomacia rusa «seguirá defendiendo de manera constante y firme los intereses nacionales en el ámbito internacional, haciendo todo lo necesario para proteger la vida, el honor y la seguridad de los ciudadanos y compatriotas rusos en el extranjero. Ninguna amenaza, chantaje, ultimátum, nos obligará a renunciar a la soberanía y a la independencia, a renunciar a la historia centenaria, a la más rica herencia espiritual que nos legaron nuestros antecesores».