¡Amistad y alegría presentes! Pueblo de Caracas destaca rapidez del proceso electoral

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Este domingo los venezolanos y venezolanas acudieron a sus centros de votación para seguir dando ejemplo de que en Venezuela se vive en democracia. Fotos VEA / Internet

VEA / Carlos A. Batatin

Este 28 de julio, en la otrora ciudad de los techos rojos, mientras el astro rey abría sus ojos para iluminar el imponente Waraira Repano como todos los días, la señora Yajaira Campos, de 70 años  de edad, decidió no hacer sus compras dominicales por acudir a ejercer su derecho al voto en la Unidad Educativa Rafael Pimentel, en la parroquia 23 de Enero.

Mientras ella y algunos de sus vecinos conversaban en la cola de las personas de la tercera edad, se le acercó uno de sus nietos para llevarle un envase lleno de jugo de naranja y una buena sombrilla de relucientes colores. “M’ijo, le dije a tu mamá que me mandara la más pequeña, si la abro aquí podría sacarle un ojo a alguien”.

En ese centro de votación todos los  electores se conocen desde hace mucho tiempo, y aunque se notó que cada quien tenía una inclinación política distinta y que apostaban a diferentes candidatos, siempre hubo mucho respecto, fraternidad y entre ellos intercambiaban chistes, cigarrillos y hasta café caliente, que llevó un señor conocido como El Maracucho, aunque nació en Yaracuy.

Comentó la señora Campos, que desde que tiene uso de razón, siempre «he votado en la Pimentel y cada vez que vengo a votar la cosa es más rápida. Tardé más en llegar desde mi casa que el tiempo que usé para votar». También argumentó que «estas elecciones son demasiadas importantes para el futuro de nuestro país y ni loca dejo de venir, porque muchas cosas están en juego y nosotros definitivamente tenemos que expresar nuestra opinión».

Luego el equipo reporteril de Diario VEA se trasladó a la Unidad Educativa 23 de Enero, ubicada en el sector El Mirador, a pocos metros de la sede de la jefatura civil. Allí la cola de los votantes era inmensa, tan larga que muchos de los electores y electoras se fueron preparados con sillas portátiles, suficiente agua, gorras y los bolsillos llenos de caramelos. También se pudo constatar que unos cuantos vivos saludaban algún conocido dentro de la cola para aprovechar de quedarse.

En la Escuela Técnica Robinsoniana Manuel Palacios Fajardo, ubicada en la Zona Central del 23 de Enero, la multitud de electores se notaba desde lejos. Aproximadamente unas 200 personas en forma paciente y conversando esperaban su turno para votar. La misma situación se presentaba en el Instituto Jesús Obrero, con la diferencia que en ese lugar la cola era larga y ancha.

Posteriormente el equipo reporteril se trasladó al Parque Alí Primera, a la UEN Miguel Antonio Caro, ambos en la avenida Sucre. Luego al Complejo Cultural Fermín Toro, Escuela Municipal Bolívar, en Caño Amarillo, cuyas sedes estaban repletas de venezolanos y venezolanas dispuestos a expresar su opinión a través del sufragio.

El equipo reporteril de Diario VEA también pudo presenciar amplia movilización de electores y electoras en las parroquias Altagracia y La Pastora, Caracas.

Tarde de elecciones

Toda la jornada electoral se caracterizó por haber estado acompañada con un sol abrumador. En la Gran Caracas millones de votantes salieron con sombrillas, agua potable y sillas portátiles, mientras que las venezolanas y venezolanos de la tercera edad aguardaron hasta la entrada de la tarde para cumplir  con su deber y derecho de elegir al Jefe de Estado que gobernará  hasta el año 2030.

En la Unidad Educativa Experimental Venezuela luego de las 3:00 pm, comenzaron a llegar solos o en compañía de sus familiares las personas mayores de 70 años. El señor Luis fue uno de ellos, “me vine a esta hora para evitar el bululú y votar con mayor tranquilidad. Ya yo no estoy para estar dando carreras  y prefieren sufragar  después del mediodía».

A esa misma institución educativa fue llevada por su hija la señora Laura de 90 años de edad. Sin prisa ni pausa entregó su cédula de identidad en la entrada principal y le correspondió votar en la mesa dos (2). “Yo pensé que duraría más tiempo para votar. Más rápido imposible”.

Durante un segundo recorrido emprendido por reporteros de este portal se constató la completa normalidad y civismos en los centros electorales. La afluencia de personas había disminuido considerablemente. Sin embargo, a cuenta gota comenzaban a llegar los adultos mayores o personas con alguna discapacidad.

En ninguno de los centros visitados se registró ningún incidente. El respeto a las normas electorales se cumplieron a cabalidad y la ciudadanía pudo ejercer su derecho.

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