Augusto César Sandino: “Imitemos a Bolívar”
El autor es historiador, docente y abogado.
Néstor Rivero Pérez
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El 21 de febrero de 1936 fue fusilado en las adyacencias de Managua (Nicaragua), Augusto César Sandino, líder de la resistencia que entre 1927 y 1933 quien desarrolló al pueblo nicaragüense contra la invasión militar estadounidense de ese período.
“Imitar a Bolívar”
Al frente de su pequeño Ejército Defensor de la Soberanía Nacional con campesinos al norte de Nicaragua Sandino, -quien poseía formación doctrinaria socialista-, cultivó su vocación bolivariana.
Así en 1928 escribirá carta a los gobernantes del continente: “Somos noventa millones de hispanoamericanos y solo debemos pensar en nuestra unificación y comprender que el imperialismo yankee está propuesto a terminar con nuestro honor y la libertad de nuestros pueblos (…) debemos imitar a Bolívar, Hidalgo, San Martín… antes que aceptar una vida de vergüenza”.
Algo de historia
En 1909 un levantamiento armado con apoyo de Estados Unidos provocó la renuncia del presidente antiimperialista José Santos Zelaya.
Este, en 1902 había promovido la unidad centroamericana en favor de la Venezuela amenazada de agresión militar por Inglaterra y Alemania.
Al lado de los gobernantes Eloy Alfaro de Ecuador y de Cipriano Castro, Zelaya propendía a la unión de los países suramericanos.
En Nicaragua, tras la deposición de Zelaya asume al cargo José Madriz, quien a su vez sería depuesto por intereses pronorteamericanos, al punto que en febrero de 1910, tropas norteamericanas desembarcaron en la localidad de Corito y provocaron también su renuncia.
Luego de múltiples maniobras tomará el poder Adolfo Díaz Recinos, estrechamente vinculado a empresas mineras de EEUU. Y en contra de la errática gestión de Díaz Recino se inicia la “sublevación en julio de 1912”, entre cuyos líderes se encontraba Benjamín Zeledón, mentor antiimperialista del todavía adolescente Augusto César Sandino.
Exilio
Tras viajar y permanecer varios años en Costa Rica, México y EEUU, Sandino, luego de nutrirse con lecturas y tertulias con círculos políticos y literarios críticos, regresó a Nicaragua en 1926. Al año siguiente se produce el retorno de las tropas estadounidenses, que entre 1912 y 1925 habían ocupado la tierra nica.
Al año siguiente Sandino acaudillará un movimiento insurreccional contra las fuerzas invasoras desde la sierra de las Segovias, al norte de Nicaragua.
Con un puñado de campesinos, artesanos y algunos letrados conduce una guerrilla equipada con machetes, pocas escopetas y rifles, logrando pequeñas victorias que le convierten en figura internacional.
En el marco de la resistencia el General de Hombres Libres ha de proclamar “Mi resolución es esta: Yo no estoy dispuesto a entregar mis armas en el caso de que todos lo hagan. Yo me haré morir con los pocos que me acompañan porque es preferible hacernos morir como rebeldes y no vivir como esclavos». Así Sandino se negaba a dejar las armas y daba paso a la lucha de guerra de guerrillas contra el invasor” (http://www.laizquierdadiario.com).
Un crimen
Tras un acuerdo de paz Sandino fue invitado por el presidente Sacasa, el 21 de febrero de 1936, al Palacio Presidencial.
Al salir el vehículo en que se moviliza con dos acompañantes es detenido y llevado al monte de las Calaveras -afueras de Managua- donde, al parecer por instrucciones que diera Arthur Bliss Lane -embajador de EEUU en Nicaragua- al jefe de la recién creada Guardia Nacional, Anastasio Somoza García, se le hizo fusilar.
Al día siguiente la cooperativa de Wiwilí, fundada por aquel a quien el escritor Henry Barbusse dio el título de “General de Hombres Libres” será arrasada.
Honores
Sandino es considerado junto a Rubén Darío, el más grande nicaragüense. En los años ’60 del siglo XX la organización que liderará la revolución nicaragüense, toma como nombre Frente Sandinista de Liberación Nacional. Una avenida del sector Maripérez, Caracas, se honra con su nombre.
Sinóptico
Malcom X
El 21 de febrero de 1965 fue asesinado a tiros, en EEUU Malcom X, destacado líder de la población afrodescendiente estadounidense y seguidor del credo musulmán, quien defendía posturas radicales de indignación frente al orden supremacista y segregacionista imperante en su época en la gran potencia norteamericana.
Malcom se convertirá -al mismo tiempo que el reverendo Martin Luther King, con quien mantuvo gran amistad aunque difiriesen en el modo de reclamar los derechos civiles de la población negra- en símbolo frente a la discriminación del supremacismo Wasp y la Guerra de Viet Nam.
E igual que el reverendo King, John Lennon, o en su momento Abraham Lincoln -y en alguna medida J. F. Kennedy-, la mano que disparó las balas que segaron la vida de Malcom, se activó en medio de una ensombrecida y confusa escena: Malcom recibió once impactos de bala que le dieron muerte el 21 de febrero de 1965, en momentos en que se aprestaba a ofrecer un discurso, en instantes en que su equipo de escoltas era distraído por una riña suscitada en el Audubon Ballroom de Manhattan.