Brasil veta a Venezuela en Cumbre Brics: ambigüedad pragmática en política exterior
La autora es periodista y analista política. Ganadora del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2022.
Yoselina Guevara L.
@lopez_yoselina
No cabe duda que durante el cierre de la 16ª Cumbre de los Brics, celebrada en Kazán, Rusia, la noticia que acaparó gran parte de la atención de la opinión mundial fue el veto impuesto desde la Cancillería brasileña a la entrada de la República Bolivariana de Venezuela como socio dentro de la plataforma, nación que estuvo representada dignamente en primera persona por su presidente constitucional, Nicolás Maduro Moros. Esta acción que tomó por sorpresa a muchos, simboliza la genuflexión de Brasil a los intereses hegemónicos norteamericanos, pero también la imposición desde Itamaraty de mantener a toda costa una posición de liderazgo en Latinoamérica en nombre del realismo político más cínico y traicionero, que no tiene ningún respeto por la dignidad de los pueblos.
Regresan los espaldarazos desde Washington
La memoria a veces es corta y se nos olvida que hacia el final de su doble mandato entre 2003 y 2010, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva era presentado con entusiasmo por Barack Obama como “el político más popular del planeta” , incluyéndolo posteriormente en su libro autobiográfico. Obama es el mismo mandatario estadounidense que en el año 2015 emitió la Orden Ejecutiva 13692, que cataloga a Venezuela como “amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional” y la cual impuso el aumento de las medidas coercitivas unilaterales en contra de la patria de Bolívar.
Pero esta aclamación de Da Silva por el jefe de Estado norteamericano fue producto directamente de la influencia internacional que obtuvo Brasil en ese momento, derivada de su papel clave en los Brics, que ya estaba adquiriendo una importancia creciente en la gobernanza mundial, especialmente tras la crisis financiera global que se había suscitado.
Ambigüedad pragmática: Política exterior manejada a dos manos
Es necesario analizar cuál ha sido la política exterior brasileña para no caer en el juego de atribuirle todo el peso de la decisión dentro de los Brics a la persona del presidente Da Silva, sin restarle responsabilidad, pero que a la vez ha sido delineada en gran parte por el Estado brasileño y llevada cabo por su Cancillería.
En primer lugar, se observa una característica que sigue un manejo que podemos definir a “dos manos “, por una parte se ubica en lo que algunos analistas como Gilberto Rodrigues, politólogo de la Universidad Federal do ABC, define como “autonomía pragmática” o “no alineamiento activo” . Es decir no me alineo en el apoyo a Venezuela, pero en segunda instancia me mantengo dentro de los Brics, como una especie de caballo de Troya, pero que me permite principalmente usufructuar de múltiples beneficios económicos y financieros.
No olvidemos que la entrada de China en la escena global tras su adhesión en el año 2001 a la Organización Mundial del Comercio (OMC), propició un crecimiento a la nación asiática, tras lo cual Brasil se convirtió en uno de sus principales proveedores de materias primas, generando el crecimiento económico que fue un factor decisivo de la popularidad de Lula. En la actualidad el juego continúa, Brasil en esta última Cumbre de los Brics, trató de mantener una cercanía no solo con Pekín sino con todos los miembros y socios, al realizar críticas al papel del dólar en el comercio internacional; es lo que podemos denominar la “ambigüedad pragmática” , donde evidentemente prevalecen los intereses tanto políticos, geopolíticos, como económicos.
Por otra parte, el comportamiento de Brasil en Latinoamérica es el de adoptar un liderazgo con los contornos de una acción hegemónica dirigida a instrumentalizar los Brics con fines dirigidos a su crecimiento interno; útil para encontrar una salida principalmente para sus propios productos, inversión y financiamiento. Sin embargo, aunque ya se le vieron las costuras, la prueba de fuego para Lula y su política exterior llegará con la presidencia brasileña del G20 que se reunirá próximamente este noviembre .