Néstor Rivero Pérez

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El 17 de octubre de 1862 falleció en Maiquetía (La Guaira) el Dr. Carlos Arvelo Guevara, médico, docente universitario, pionero en la investigación de epidemias tropicales y cuya actuación en los tiempos más dramáticos de la Guerra a Muerte indujo al Libertador Simón Bolívar designarle, en 1813, como Médico-Cirujano en Jefe del Ejército Republicano.

Epidemiólogo precursor

En un tiempo en que la ciencia médica aún no daba con el origen de muchos padecimientos infecciosos ni con el modo de contrarrestarlos en Europa o América, Arvelo aún sin haber culminado su carrera se integró a quienes, trasladados en 1802 a los Valles de Aragua, procuraban poner fin a epidemias de fiebre en las haciendas de dicha región del país. Mérito suyo fue descubrir que el foco de la infección radicaba en las porciones de semillas de algodón en estado de pudrición, que se acostumbraba acumular “a la intemperie…en la época de la cosecha. Esta tuvo por consecuencias el envenenamiento de la atmósfera y la mortífera epidemia que diezmó a la hermosa y rica Aragua. Aconsejó (Arvelo) quemar todas las pilas de semillas y algodón que existan en los valles” (https://enfermedadelalma.blogspot.com).

Contemporáneos

Entre los profesores de Arvelo se destacaron José Joaquín Hernández, José de la Cruz Limardo, y Felipe Tamariz, habiendo reemplazado al primero en la actividad de campo acerca de la causa de las fiebres en Aragua, procediendo luego a redactar, en Turmero, una Memoria sobre la fiebre intermitente que ha reinado en los valles de Aragua, de mayo a octubre de 1808, con fecha 14 de octubre de ese mismo año. En 1809 Arvelo se titula como Licenciado en Medicina, y al año siguiente obtiene su doctorado. Identificado, del mismo modo que poyando como médico, del mismo que Vicente Salias, José María Benítez, José Ángel Álamo, José de la Cruz Limardo, y José María Vargas, entre otros, con la causa de la Independencia, el Dr. Carlos Arvelo integraría en 1813 una unidad llamada de Agricultores, “participa(ndo) en la batalla de Vigirima (23-25 noviembre)” (Diccionario Biográfico de Venezuela, Vol I).

Cirujano Mayor

La dedicación de Carlos Arvelo al frente de los Hospitales de Guerra y los denominados “Puestos de Sangre” establecidos en campamentos, o localidades cercanas a los combates, atrajo la atención del Libertador quien, en 1813, le nombró con el cargo de Cirujano Mayor del Ejército Libertador. Según recuerda su biógrafo y descendiente Pedro José Manrique Lander, Arvelo se vio reconocido por el propio Simón Bolívar cuando este resolvió condecorarle con “el busto de la Orden del Libertador…y había escogido para imponérsela a su propia hermana María Antonia Bolívar, paciente del Dr. Arvelo” (Dr. Carlos Arvelo y Guevara. Documentos Inéditos, Academia Nacional de Medicina, Cs, 1984, 130 Págs.). En combates, al Dr. Arvelo, se le veía con su espada al cinto y el equipo de cirujano atendiendo a todo herido “con igual celo y bondad sin que importase si era…de los patriotas o realistas” (Ibídem).

De los varios textos que escribió el Dr. Arvelo, destaca el manual titulado Curso de Patología Interna, el cual sirvió como texto de base para la formación de estudiantes de Medicina por más de 25 años.

Día del Médico

Del tenor de los de Francisco Antonio Rísquez, José Gregorio Hernández y Luis Razetti, los méritos eminentes en todo orden del Dr. Carlos Arvelo, su bondad, su contribución científica y como docente, y su civismo patrio, bien podrían disputar con los del Dr. José María Vargas, la fecha en que los discípulos de Hipócrates y Galeno celebran en Venezuela su Día. Sobre Carlos Arvelo Guevara han escrito obras, además de Manrique Lander, Ceferino Alegría, Ramón Rojas Jaén y Alberto Silva Álvarez.

El Hospital Militar de Caracas le honra como su epónimo, del mismo modo un municipio carabobeño, y un liceo de Güigüe.

Sinóptico

1760

Henry de Saint-Simon y el socialismo utópico

Este día nació en París (Francia) Henry de Saint-Simon. Hijo de una acaudalada familia. Saint-Simon renunciaría a su elevada condición para abocarse por el resto de su existencia a proyectos de reforma social, hasta quedar en la ruina; mereciendo, de Carlos Marx y Federico Engels, reconocimiento como gestor del socialismo utópico. En el curso de su vida realizó viajes y promovió distintas iniciativas con miras a reducir la pobreza que veía crecer en las calles de las grandes ciudades europeas. En 1802 publicó sus Cartas Ginebrinas, exponiendo su idea del gobierno perfecto, élite gobernante de científicos y artistas, y quienes serían sostenidos por donaciones. La noción de “lucha de clases”, elemento cardinal del marxismo, encuentra su enunciado germinal, según admite Federico Engels, en la tesis del antagonismo entre trabajadores y ociosos expuesta por Henry Saint-Simon. Para este reformador, que “los ociosos habían perdido la capacidad para dirigir espiritualmente y gobernar políticamente, era un hecho evidente”.

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