Néstor Rivero Pérez

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El 3 de diciembre de 1913 falleció en Río de Janeiro el explorador y diplomático austríaco-francés Charles Weiner, descubridor de las primeras rutas de la cordillera del Perú que conducían a Machu Picchu, mítica ciudad-templo de los incas, y que ha conquistado la devoción de los aficionados a la historia en atención a la perfección arquitectónica de sus edificaciones y vialidad.

Machu Picchu

Esta expresión en quechua significa “montaña vieja”. Y en su momento de mayor esplendor, poco antes de que llegasen los conquistadores españoles, era centro reverencial, dentro del extenso perímetro incaico que abarcaba desde la actual Colombia al norte hasta franjas de Chile al sur. Machu Picchu aún hoy constituye el “conjunto de construcciones mejor conservadas del imperio inca, una de las civilizaciones precolombinas más poderosas de América del Sur” (https://www.significados.com). Pruebas de datación con carbono catorce y otras evidencias han permitido a los especialistas concluir en que la ciudad-templo fue construida en el siglo XV, a menos de un siglo de la llegada del español Diego Pizarro y sus conquistadores al Perú, hecho que suscitaría en pocos años, el desplome del gran imperio inca de la América del Sur.

Centro de un imperio

Y del mismo modo se ha dicho que el pachacútec, noveno emperador inca, estableció su domicilio principal en Machu Picchu, lo que le brindaba gran seguridad de alojamiento, y el reconocimiento de los súbditos que peregrinaban a tributar a las deidades incas en la ciudad-templo, para lo cual se debía recorrer un tortuoso camino en una de las regiones de más difícil acceso del período.

¿Quién fue?

Con una existencia en la cual se entremezcla la aventura, el amor a la ciencia y eventualmente actos de despojo de obras de arte precolombino, Charles Weiner se desempeñó como diplomático de Francia en varios países latinoamericanos, cultivando en medio de dicho ejercicio, su pasión por la exploración y excavación arqueológica. Al tiempo que Heinrich Schliemenn, el alemán que descubrió con sus excavaciones las ruinas de Troya, Weiner se graduaba en 1870 en la Escuela Normal de Cluny, en Lyon (Francia), dedicándose por los siguientes cuatro años a impartir clases y estudiar sobre historia y arqueología incaica. Ya en 1875 se le ve integrar una misión de exploración al interior del Brasil, y al año siguiente desembarcar en el Callao, puerto del Perú, en el marco de gestiones relativas a la Gran Exposición Universal del París, que debía inaugurarse en 1878. Tras ejecutar excavaciones en Ancón, se dirige a Chan Chan, cuyos restos indican que allí se construyó la urbe de adobe más grande de la América prehispánica. Y examinando de seguidas las pirámides de la Luna y el Sol, Wiener escala hasta el Cuzco, la imponente capital del imperio inca, adentrándose en la franja amazónica de la cordillera peruana.

Alturas de Machu Picchu

Si bien Charles Wiener, quien luego sería convocado por su Cancillería para ocupar cargos consulares en otros países suramericanos nunca penetró la ruta hasta Machu Picchu, sus bocetos de caminos y mapas, sustentados en datos verídicos proporcionados por viejos lugareños, sirvieron para que en 1911 -dos años antes del fallecimiento de Wiener-, el británico Hiram Bingham diera con las célebres e imponentes ruinas de la ciudad-templo. Dichas ruinas han conservado en tal grado su imponencia, que ante su contemplación en los años cuarenta el bardo chileno, Pablo Neruda, concibió lo que puede considerarse su poema más sublime Alturas de Machu Picchu, inserto en el volumen I de su Canto General. En dicho texto se leen versos como el siguiente “Si la flor a la flor entrega el alto germen / y la roca mantiene su flor diseminada / en su golpeado traje de diamante y arena, / el hombre arruga el pétalo de la luz que recoge / en los determinados manantiales marinos / y taladra el metal palpitante en sus manos”.

Sinóptico

2011

Celac: Integración de América Latina

Este día, con la presencia de 33 mandatarios, fue formalmente constituida en Caracas la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), entidad intergubernamental, impulsora del desarrollo e integración de la región, sin membresía de EEUU y Canadá. La decisión de crear un organismo con este perfil había sido anunciada en reunión de Playa del Carmen (México) el 23 de febrero de 2010. Desde la tentativa integracionista del Congreso de Panamá, en 1826, si bien hubo gobernantes como José Tadeo Monagas, Tomás Cipriano Mosquera, José Santos Zelaya y Eloy Alfaro, que instaron a que los países de la región diesen pasos para su definitiva integración. Y si bien en distintos momentos del discurrir latinoamericano moderno no se dieron los respaldos simultáneos indispensables para configurar un organismo integrador de la región, sin perturbaciones hegemónicas, será, así, en la primera década del siglo XXI, cuando un elenco de presidentes latinoamericanistas dé concreción, con la Celac, a ideas que apuntan al destino de unidad grannacional.

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