¡Confirmado lo que se sabía! Nunca hubo fraude electoral en Bolivia
El anuncio lo hizo el martes 27 de julio el Fiscal General de Bolivia, Juan Lanchipa Ponce. Foto Internet
VEA / Yuleidys Hernández Toledo
La Fiscalía General del Estado (FGE) de Bolivia confirmó que en las elecciones presidenciales de 2019 donde Evo Morales resultó ganador, no hubo fraude, como denunció el entonces candidato de la derecha Carlos Mesa, acusaciones a la que se plegó la Organización de Estados Americanos (OEA), instancia que aupó el golpe de Estado liderado por Jeanine Áñez.
El anuncio lo hizo el martes 27 de julio el fiscal general de Bolivia, Juan Lanchipa Ponce, tras recibir los resultados del informe pericial internacional encargado al Grupo de Investigación Deep Tech Lab de Bisite, de la Universidad de Salamanca, España, sobre las elecciones presidenciales celebradas en octubre de 2019.
“El informe pericial del proceso electoral determinó que se produjeron negligencias por parte de la empresa Neotec, encargada del sistema TREP; sin embargo, se ha demostrado la inexistencia de manipulación en los datos que prueben una actuación dolosa que hubiera incidido en los resultados del proceso electoral de octubre del 2019. También demostró que los sistemas y las bases de datos del TREP y del cómputo oficial, en su funcionamiento y flujos de procesos, son completamente independientes”, señaló Lanchipa, citó la Fiscalía boliviana en su página web.
El fiscal general explicó que la Pericia de Seguridad Informática sobre la Integridad Electoral de las Elecciones Generales en Bolivia en 2019, detectó deficiencias e incidentes que no suponían riesgos para la integridad del proceso electoral, ni para los resultados del cómputo oficial, y no se advierte manipulación de los votos, debido a que el sistema informático cuenta con la consistencia necesaria y en ningún momento fue alterado, agrega la nota.
En 2019, observadores de la OEA aseguraron que encontraron supuestas «irregularidades» en actas de votación. Bajo este pretexto la organización dirigida por Luis Almagro, un aliado del régimen de Estados Unidos y agresor de gobiernos de izquierdas en la región, arguyó para sugerir que había ocurrido un «fraude» en los comicios, lo que provocó manifestaciones violentas de la oposición, que culminaron con el golpe de Estado contra Morales y la imposición de una dictadura, presidida por Jeanine Áñez.