Néstor Rivero Pérez

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El 7 de julio de 1938 falleció Constantin Stanislavski, renovador del arte teatral y quien colocó su talento y prestigio al servicio de la construcción del socialismo, que por esos años iluminaba al mundo como esperanza redentora en la naciente Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Este dramaturgo fue el creador de un método de caracterización de los personajes, conocido hoy como “Método Stanislavski”, que compromete al intérprete con los rasgos psicológicos y afectivos que configuran la personalidad del representado.

Arte de la pre-Revolución

El ímpetu del arte ruso que antecedió a la Revolución Bolchevique de 1917 y creación de la URSS, se expresó desde las postrimerías del siglo XIX en figuras como el pintor Vassily Kandinsky, precursor del arte abstracto, Máximo Gorki, iniciador del realismo socialista, y los escultores Antoine Pevsner y Alexander Rodchenko quienes diferían mucho entre ellos en lo que a sus ideas se refiere” (https://www.redalyc.org). Ya para 1902 funcionaba en Rusia la Sociedad del Arte y Letras, fundada por Stanislavski, ya consagrado como autor, director, docente y actor.

Método Stanislavski

El “Método” contempla doce reglas para el exitoso cumplimiento del rol, entre las cuales destacan la Concentración, imaginando al personaje en su circunstancia y “aprendiendo a pensar como el ‘personaje’ que se está interpretando”. Asimismo su método prevé las Circunstancias dadas, de acuerdo a las cuales el actor debe ejercitar sus “habilidades anteriores para crear el mundo del libreto (circunstancias dadas en el texto) por medio de verdad y medios orgánicos”. Del mismo modo indica la necesidad de “descubrir el sentido social, político y artístico del texto, y viendo que esas ideas están contenidas en la actuación”.

 

Críticas a Stanislavski

Algunos contemporáneos del genial creador ruso, incluso dentro de la propia URSS, formularon observaciones a su desempeño, no en cuanto al Método, inobjetable en todo punto de la actuación y del cual todos reconocen su mérito universal, sino en tanto el carácter del compromiso que adquiría el autor, director o autor de una obra en tanto su contenido. Entre otros Vsévolod Meyerhold observó la siguiente: “¿Estamos como agentes simplemente a actuar? Debemos pensar seguramente también. Necesitamos saber por qué estamos actuando, lo que estamos actuando, y quiénes somos, qué mandan o qué atacan con nuestro funcionamiento. Y para hacer eso necesitamos… entender para qué sociedad o sección de la sociedad está el autor o contra”.

 

Discípulos

Intérpretes de proyección internacional como Marlon Brando y Marilyn Monroe, encarnaron sus roles más memorables a partir del Método. Incluso se ha dicho que el comprometimiento de la Monroe con el drama íntimo de personajes que debió representar en la última fase de su vida artística, incidió en gran medida en el agravamiento anímico que la indujo al suicidio en 1961. Luigi Pirandello y Bertold Bretch han sido autores y directores en cuya obra y montajes se aplican las lecciones de Stanislavski.

 

Sinóptico

 

1819

Triunfo de Boyacá

Este día se libró en torno al puente de Boyacá, al centro de Nueva Granada, bajo la conducción del Libertador Simón Bolívar, la Batalla que dio su independencia al antiguo virreinato cuya capital era Santa Fe de Bogotá. Tras un recorrido de ochocientos kilómetros, desde Angostura (Ciudad Bolívar) hasta Socha y haber cruzado Guayana, Apure y Casanare y ascender al Páramo de Pisba, el Ejército Republicano al mando del Libertador, arribó el 5 de julio de 1819 a Socha, ubicada al pie del Páramo de Pisba, ya del otro lado de la cordillera y en rumbo a los valles centrales neogranadinos. Sin creer en los primeros momentos que Bolívar con su tropa de llaneros se hubiese atrevido a cruzar el helado Páramo, el realista J.
M. Barreiro se dispuso a impedir nuevos avances insurgentes. Ambas fuerzas se contactaron con las armas en Tópaga, Gámeza y Corrales de Bonza, aunque sin formalizar una batalla general hasta toparse en Pantano de Vargas. Por esos días Bolívar arengaba a sus tropas: “¡No pudiendo retirarnos por el páramo, debemos vencer o morir!”.  Cerca del Puente de Boyacá el jefe de la vanguardia realista, Jiménez, desconociendo la proximidad de los republicanos, ordena a sus soldados ranchear (almorzar), viéndose repentinamente atacado por escuadrones al mando de Francisco de Paula de Santander y Andrés Ibarra, a quienes Bolívar envió para impedir que el enemigo tomase el puente. Los llaneros acometieron el ala derecha realista con apoyo de la infantería republicana, la cual estaba al mando de José Antonio Anzoátegui. Este último, si bien al inicio de las acciones se encontraba a legua y media de distancia, pronto se colocó como cuña entre la gruesa reserva comandada por Barreiro y la vanguardia de Jiménez, dividiendo “el ejército español en dos” (http://www.banrepcultural.org). Tanto la actuación de la vanguardia patriota como el oportuno movimiento de Anzoátegui fueron la clave en esta victoria republicana de Boyacá.

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