¡Cruda realidad! En Colombia fraude electoral incluye repartición de tamales
Intelectual León Vallejo expresa que la práctica se suma al pago de dinero y desaparición de millones de votos. Foto Internet.
VEA / Carlos Batatin
El sistema electoral colombiano, integrado por primera y segunda vuelta, está hecho o estructurado de tal modo que el régimen pueda hacer reacomodos, y para que cualquier aspiración presidencial distinta a la del gobierno de turno, se derrumbe.
Así lo consideró en forma exclusiva para Diario VEA el profesor, León Vallejo, miembro del Comité de Solidaridad con los Sectores en conflicto Oziel Tapasco Quintero de Colombia, a través de una videoconferencia, vía WhatsApp, desde la ciudad de Medellín, capital del departamento de Antioquia.
Resaltó que este proceso se instauró tras la reforma de la Constitución Nacional de Colombia en el año de 1991, «la cual formó parte de una respuesta clave para introducir el neoliberalismo como sistema de Estado en Colombia, con el objetivo de avanzar dentro de los aspectos propios de la crisis del capitalismo a favor de quienes detentan el poder político».
De acuerdo a las estadísticas que maneja, su país se ha caracterizado por mantener una abstención por encima del 50%. «Siempre por encima de ese porcentaje por distinto motivos. Hay quienes piensan que por esa vía nada se resolverá, otros no votan por las distintas maneras de fraude que aplican en los comicios o simplemente no muestran algún interés».
El ganador lo decide el gobierno
Especifica el entrevistado, quien también es educador, ensayista, cuentista y autor de libros sobre economía y políticas públicas, que una vez transcurrida la primera vuelta electoral del pasado domingo 29 de mayo, se supone que el candidato Gustavo Petro, quien ha subido en las encuestas y es muy cercano a la gente, podría ganar la segunda jornada. No obstante, la última palabra no dependerá de los votantes.
–¿Cómo podría ocurrir esto?
-En esta oportunidad, los votos del candidato institucional o del Gobierno se le sumarían a Rodolfo Hernández, quien ha venido mantenido una conducta históricamente muy complicada que ha sido calificada como fascista.
-¿Han surgido propuestas de cambio en cuanto al proceso electoral actual?
-Ese tema no se ha tocado como una propuesta de fondo en lo relativo a cambiar o modificar ese proceso.
-¿Modificar ese formato beneficiaría o perjudicaría al sistema electoral?
-En Colombia el problema no es modificar su sistema electoral. El sistema electoral está hecho para lo que está hecho porque tiene sus derivaciones y desarrollos en función de intereses muy bien definidos. Tampoco se trata de que el sistema se perjudicaría. Lo importante es saber quiénes se benefician con las estructuras del sistema electoral que hace que cualquier otra opción distinta sea inocua.
-Aunque algún candidato haya ganado por un voto, ¿el proceso colombiano tiene alguna ventaja en ir a una segunda vuelta?
-La cuestión está estructurada para que las cosas funcionen y respondan a los intereses de un determinado sector, cuyos resultados lo hacen aparecer como realmente legítimos, como la mejor opción y que fue un proceso transparente.
-¿Cuál es su opinión personal del proceso colombiano?
-Ni va a resolver nada, ni se resolverá absolutamente nada. El sistema electoral es una simple herramienta que se ha institucionalizada para que un grupo se mantenga en el poder sin haber resuelto los problemas básicos que el país tiene.
–Definitivamente, ¿usted considera que la doble vuelta electoral beneficia al gobierno que esté de turno?
-Claro que sí. Ese método es uno de los muchos trucos para convertirse en inamovibles.
Tamales o 50 mil pesos
-¿Ese método tiene más fuerza que las trampas o fraudes que siempre son denunciados en época electoral? Por ejemplo, el pasado domingo 29, surgieron diversas denuncias al respecto.
-Claro. Sin hablar de los distintos fraudes o de la desaparición de millones de millones de votos. Sin hablar de otras cosas que existen y persisten, por ejemplo, la compra del voto por un tamal. En Colombia llevan a los votantes para que ejerzan su derecho y le entregan un tamal y el cotillón electoral. También le pueden ofrecer 50 mil pesos, lo sacan a pasear u ofrecen alguna otra cosa.
Entonces, ¿en Colombia gana quien entregue más tamales?
-Bueno eso es parte de nuestra realidad. También hay que aclarar, por ejemplo, no creo que en la campaña de Gustavo Petro, hayan entregado tamales, y eso hay que decirlo, pero de que se entregan tamales en Colombia, es una realidad. Mejor dicho, todo está mal.
¿En Colombia podría cambiar esa situación de realizarse las elecciones en una sola vuelta?
-Tal vez no se resolverían los problemas de fondo pero la realidad sería menos fraudulenta, para decirlo de alguna manera. También creo que surgirían otros espacios de maniobras diferentes.
En su opinión, ¿Quién cree que podría ganar la segunda vuelta?
-El régimen actual en Colombia dirá quién ganará. Esa es una pregunta que habría que hacérsela a los representantes del régimen. Respuesta concreta: pregúntele al tamal. Si no le ponemos humor a la política nos desesperamos.
-¿Cuáles son esos problemas básicos que mencionó anteriormente?
-Uno de los principales tiene que ver con el tipo de tenencia de la tierra que no solamente es sobre la propiedad de la tierra, la cual está en mano de un porcentaje muy mínimo de la población. Otro asunto es conocer cómo han construido los grandes latifundios en Colombia, cuando expulsan o asesinan al campesino para comprarle luego el terreno a la viuda.
En cuanto a la producción de alimento sostiene León Vallejo, que Colombia tiene diferentes recursos y gran capacidad para abastecerse internamente. Sin embargo, “tenemos que importar hasta el tomate, porque hasta nuestra comida típica se está elaborando con todos los productos importados. Por ejemplo: la bandeja paisa”.
A lo descrito anteriormente, “debemos sumarle los problemas de nuevas fuentes de empleos. La nueva legislación laboral le robó los derechos a los trabajadores, su derecho a la estabilidad y a sus reivindicaciones ganadas a través de las luchas sindicales. Eso ya no existe porque todo fue sustituido por la contratación por hora, cuyo modelo se ha venido impuesto en el mundo.