«¿Cuándo van a traer a mi papá?» pregunta a diario hijo de secuestrado en El Salvador
El pequeño tiene tan solo siete (7) años y, junto a su abuela, hace seguimiento del caso de su padre, Bruce Cedeño Contreras. Fotoscaptura.

VEA / Yonaski Moreno
A Bruce Cedeño Contreras, uno de los jóvenes secuestrados desde el pasado 15 de marzo en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), en El Salvador, lo espera en casa su pequeño hijo de siete (7) años. A su corta edad, conoce sobre la injusta situación que vive su padre y pregunta diariamente cuándo podrán reencontrarse.
«Su hijo me pregunta todos los días cuándo le voy a traer a su papá. Él me ve en movimiento todo el tiempo, porque soy de Valencia y vengo a Caracas con las demás familias, y él todos los días me pregunta ‘¿qué te dijeron de mi papá?’, ‘¿cuándo lo van a traer?’. De verdad que esto ha sido demasiado fuerte para toda mi familia», relató a Diario VEA Mirelys Contreras, madre de Bruce.
Con voz entrecortada, Mirelys expone lo mucho que el secuestro de su hijo ha golpeado a toda su familia. La angustia, la tristeza y la desesperación han tomado su casa durante los últimos meses, y la salud de la abuela de Bruce también ha sido fuertemente afectada. «Esto nos afecta a todos, a mi madre la tengo muy descompensada con todo esto», expresó desde la sede de la Defensoría, ubicada en la plaza Morelos en la capital venezolana, en donde participó en una reunión con el defensor del pueblo Alfredo Ruiz, en el marco de la lucha que llevan a cabo los familiares para lograr la liberación de los retenidos ilegalmente.
Como lo ha hecho desde el día que supo que su hijo había sido secuestrado por los regímenes de Estados Unidos y El Salvador, Contreras pidió a los organismos internacionales que se sumen a la lucha que ella y otras 251 familias mantienen por la libertad de los migrantes venezolanos. «Por favor, ayúdennos. Yo llamo a los organismos internacionales, a la ONU, a que se pronuncien», dijo.
Mirelys Contreras recuerda el día en que comenzó lo que califica como una pesadilla. Fue el 8 de febrero de este año, cuando agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) detuvieron a su hijo junto a otros jóvenes venezolanos en Carolina del Norte, donde se encontraban grabando un video musical.
Tras su detención, Bruce fue trasladado a Georgia. «Nosotros le teníamos que transferir para comprar comida, porque eran muchas las personas que estaban allá, estaban en hacinamiento, no había suficientes camas para que todos pudieran dormir», precisó Contreras.
Añadió que la familia también debía recargar saldo en una aplicación, para que Bruce pudiera comunicarse con ellos, resaltando que el esfuerzo valía la pena, porque podían verlo mediante videollamadas y en ocasiones conversaban varias veces al día.
Luego de varias semanas en Georgia, el joven fue trasladado a El Valle Detention Facility, en Texas, en donde permaneció por una semana y luego fue enviado a El Salvador. «Yo no sé nada de mi hijo desde la mañana del 15 de marzo», lamentó Mirelys, con la voz entrecortada.
«Ya mi hijo estaba desesperado de estar allí. No sé cómo estará él de salud, psicológicamente. Si nosotros aquí estamos mal, imagínese ellos que no han podido ver la luz del día y están sin saber que nosotros estamos luchando por ellos aquí, que somos su voz», expresó.
Resaltó que su hijo no posee antecedentes penales en Venezuela, Estados Unidos o El Salvador, y defiende que Bruce «no ha sido mala persona, y ella que lo conoce sabe que es así».
Además, destacó que el joven contaba con permiso de trabajo en los Estados Unidos, donde se desempeñó como ayudante de albañilería, decoración de escayola y hasta jardinería. «Él trabajaba en lo que le saliera; él nunca paró de trabajar allá, de hecho tenía un permiso de trabajo», indicó.