¡De la peor calaña! Exfuncionaria gringa: El problema no fueron las sanciones a Venezuela sino el orden en que las aplicamos

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Así lo dijo Carrie Filipetti, ex subsecretaria de EEUU para la patria bolivariana y Cuba durante el régimen de Trump, al justificar los fracasos de los planes imperiales. Foto Internet

VEA / Yuleidys Hernández Toledo

Tras manifestar su completo apoyo a las medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela, por parte de Estados Unidos, Carrie Filipetti, ex subsecretaria de Estado para la patria bolivariana y Cuba durante el régimen de Donald Trump, aseguró que estas acciones criminales contra la nación suramericana fallaron por el orden en que las aplicaron. Así lo afirmó en una entrevista que concedió a la BBC Mundo.

Al ser consultada por el medio londinense, «La política de alta presión del gobierno de Trump incluyó sanciones petroleras, e incluso amenazas militares veladas, pero no consiguió su objetivo de una transición democrática en el país. ¿Qué falló?«. La exfuncionaria gringa respondió: «Algo que creo que podríamos haber hecho de manera diferente y que salió mal fue que desde el principio había esta sensación de que esto no tomaría mucho tiempo y como estábamos operando con un calendario según el cual Maduro se iría en cuestión de semanas o meses, eso significaba que podíamos desplegar las sanciones más agresivas al inicio».

En la entrevista, que fue difundida el martes 12 de julio, en el marco de la respuesta que ofreció Filipetti, quien asumió el cargo el 23 de enero de 2019, el mismo día en que se autoproclamó el golpista Juan Guaidó, dijo: «Así se decidió pasar las sanciones al sector petrolero a principios de enero de 2019 y parte del problema allí fue que para el régimen de Maduro fue difícil manejar esas sanciones, pero una vez que lo hicieron, cualquier otra cosa que les lanzamos fue muy menor porque ya habían recibido el mayor golpe que iban a recibir. Así, lo problemático no fue el hecho de que hayamos aplicado las sanciones, algo con lo que estoy de acuerdo, sino quizás el orden en el que lo hicimos».

En marzo de 2015 el entonces presidente estadounidense Barack Obama aprobó una orden ejecutiva en la que declara a la Patria Bolivariana como una supuesta “amenaza inusual y extraordinaria” para la seguridad estadounidense. Esta acción dio paso a un sinnúmero de medidas administrativas particularmente emanadas por parte del Departamento del Tesoro de EEUU a través de la Oficina de Control de Activos (OFAC).

Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, en enero de 2017, las medidas coercitivas unilaterales de EEUU contra Venezuela se agudizaron. En ese contexto, el 24 agosto de ese año, el magnate gringo emitió la orden ejecutiva número 13.808 mediante la cual se “persigue las operaciones financieras desde o hacia Venezuela, y prohíbe al sistema financiero internacional participar en cualquier operación de compra, venta, negociación o renegociación de deuda soberana de Venezuela así como cualquier operación relacionada con la deuda de la compañía petrolera nacional, Pdvsa. El decreto también negó a filiales de Petróleos de Venezuela, S.A. -como la empresa Citgo con sede en EEUU- repatriar dividendos o utilidades hacia el Estado venezolano”.

Trump impuso otras cuatro órdenes ejecutivas para castigar la economía venezolana. Una de ellas fue la orden 13.857, del 28 de enero de 2019, que establece el bloqueo – congelamiento de los activos de Pdvsa (Citgo) en EEUU, refiere la publicación: “Impactos del bloqueo económico y las medidas coercitivas unilaterales. Crimen de lesa humanidad contra Venezuela”, un documento difundido en 2019 por el Gobierno nacional, y citado en el libro Venezuela siempre grande.

Contra el levantamiento de sanciones petroleras

Carrie Filipetti, quien actualmente es directora ejecutiva de Vandenberg Coalition, una organización no gubernamental, ONG, ultraconservadora, «que cree en el poder del liderazgo estadounidense para proteger la seguridad nacional estadounidense»; como refiere el organismo en su web, es una de las voceras gringas que se opone al levantamiento de medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela en el área petrolera.

Al referirse en la entrevista con la BBC Mundo, a las dos (2) reuniones que se han dado entre delegados del régimen estadounidense liderado por Joe Biden y el Gobierno constitucional del presidente Nicolás Maduro este 2022, Filipetti indicó que este acercamiento está motivado por el tema petrolero.

Más adelante manifestó su oposición a que se levanten las sanciones petroleras a Venezuela. «Tiene sentido poner ciertas sanciones sobre la mesa, pero me opondría mucho a hacerlo con sanciones como las que pesan sobre el sector petrolero o las del oro, que cubren una enorme cantidad de ingresos potenciales para el régimen. Sería un error hacerlo antes de que veamos verdaderas medidas de fomento de la confianza por parte de ellos», expresó.

El régimen imperial, que registra en este momento una cifra récord de inflación como no lo vivía desde 1981, y que está desesperado por conseguir petróleo, ante las afectaciones económicas que está padeciendo esa nación como consecuencia de las sanciones que aplicó a Rusia por el conflicto con Ucrania, en mayo de 2022, autorizó a la empresa petrolera estadounidenses Chevron, la italiana Eni, y la española Repsol para que negocien y reinicien operaciones en Venezuela.

El exsecretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, durante el régimen de Trump, confesó en su libro Un juramento sagrado: memorias de un secretario de Defensa en momentos extraordinarios, que el hoy expresidente «lo único que quería era adueñarse del petróleo venezolano».

El antiguo asesor de Seguridad Nacional de EE. UU. durante el régimen de Donald Trump, John Bolton, fue uno de los que planificó y ejecutó acciones contra Pdvsa. Así lo confiesa en su libro La habitación donde ocurrió, difundido en 2020. «El 14 de enero yo había convocado una reunión del Comité de Directores en la Sala de Situaciones para analizar las opciones de sancionar al régimen de Maduro, en especial en el sector del petróleo. Pensaba que ya era hora de apretar las tuercas y pregunté “¿por qué no vamos por la victoria?”, dijo.

En la reciente entrevista a la BBC Mundo, Filipetti, al referirse a las reuniones entre el gobierno de Biden y Maduro, manifestó su «temor» de que «llevar a funcionarios de alto nivel de la Casa Blanca y a nuestros embajadores a Venezuela y que se reúnan con Maduro, y no se reúnan» con el golpista Juan Guaidó «envía una señal de que nuestras conversaciones ya no son con la oposición, sino con el régimen de Maduro».

Persecución

La gringa manifestó su apoyo a que además de Maduro se sancione a sus familiares y a su «círculo interno».

«Creo que es útil tener algún tipo de amenaza creíble contra las personas dentro del régimen. No tanto una amenaza militar, pero sí una amenaza sobre su calidad de vida, su capacidad de salir y viajar por el mundo (…). Así que creo que es muy inteligente apuntar no solo a Maduro sino también a su familia, la familia de su esposa, las familias de todos los miembros del círculo interno», expresó.

Al ser consultada por el medio «¿Ustedes subestimaron a Maduro o sobreestimaron el poder de las sanciones de Estados Unidos y la capacidad de la oposición venezolana para forzar un cambio de régimen?«, respondió: «Es una gran pregunta. Lo que subestimamos fue el grado de lealtad del círculo interno de Maduro. Teníamos la sensación de que querrían hacer lo correcto, de que como militares venezolanos se veían a sí mismos como guardianes de la Constitución venezolana y que los llamados a su moral combinados con las sanciones les ayudarían a volverse contra Maduro y pedirle que se fuera. Y eso no ocurrió, así que quizás tuvimos excesiva confianza en que los jefes militares de Venezuela iban a hacer algo para sacar a Maduro».

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