Democracia y fraternidad para consolidar la paz
La autora es Presidenta de Fundalatin.

Hna. Eugenia Russian
Con la aprobación de la Constitución en 1999, la República Bolivariana de Venezuela ha dado ejemplo de avances en la protección y promoción de los Derechos Humanos, generando una vía de transformación social democrática, que, en medio de un mundo altamente convulsionado con conflictos bélicos, ha resultado una contribución para el tratamiento de los conflictos de manera pacífica.
Las elecciones programadas para el 25 de mayo, es una muestra adicional del camino democrático de transformación que sigue construyendo el pueblo venezolano, el cual ha tenido que sortear varios intentos desestabilizadores de grupos minoritarios opositores que desconocen todos los avances alcanzados hasta hoy.
La elección legislativa y de gobernadores permite lograr un foro político constitucional, con representación de las diferentes visiones del país, incluyendo a las de comunidades originarias, a fin de lograr un espacio dialogal para construir acuerdos, comprender diferentes perspectivas y ejecutar estrategias en función del bien común y garantizar el derecho humano de los venezolanos de elegir sus autoridades.
En medio de tantas situaciones complejas, Venezuela ha sido propulsora en la creación de organizaciones multilaterales como UNASUR, la CELAC, PETROCARIBE y ALBA TCP, para fomentar la producción sostenible en los países ubicados en las regiones sur y centroamericana. Instancias que nos permiten fortalecer la integración, referencia para otros pueblos del mundo, en medio de la enorme crisis mundial actual, como un signo de esperanza hacia una convivencia democrática, con amplia espiritualidad cristiana ecuménica, sensibilidad social, inclusión y responsabilidad ética.