Eugenia Russian

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El 8 diciembre de 2017, la Organización de las Naciones Unidas declaró el 16 de mayo como el Día Internacional de la Convivencia en Paz, con el objetivo de promover la tolerancia, la solidaridad, el respeto y la paz a nivel mundial. Lamentablemente, se han mantenido en la humanidad conflictos bélicos trágicos, como el genocidio del pueblo palestino, impulsado por el gobierno de Israel.

No se trata de plantear eliminar el conflicto, pues, como señala el recordado vicepresidente fundador de Fundalatin, Joaquín Undurraga: “Quien quiera conseguir una sociedad sin conflictos, ha de hacerlo por el terror y la fuerza policíaca; disminuye la intensidad de los conflictos a medida que la estructura de la sociedad se torna pluralista, es decir, ofrece muchos y variados sectores autónomos. Es la construcción democrática. El problema no es entonces el conflicto, sino su forma de tratamiento. Uno de ellos es el de la violencia para someter y anular al diferente. Contra la violencia de estos desenlaces solo hay una opción justa. Es el diálogo, es el consenso ético que busca la unidad en las diferencias.

Frente a actitudes de quienes actúan contra la humanidad, con propensión bélica, pretendiendo impedir la vigencia ética de los derechos humanos de los países, cada vez con más intensidad, gobiernos responsables y comunidades de buena voluntad del mundo, desde la diplomacia de los pueblos, tienden a reforzar la fraternidad humana como principio de convivencia y del deber de respetar los derechos de los demás hacia la construcción de la paz con justicia, verdad y cuidado de la Casa Común.

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