«Díganle a mi abuela que esté pendiente, nos van a mandar para Venezuela»: Dijo joven a su madre antes de ser secuestrado en El Salvador (Ver video)
Noris Carrasquel había preparado todo en su casa en Cúa, estado Miranda, para recibir a su nieto con los brazos abiertos. Nunca llegó. Trump y Bukele se lo arrebataron. Fotos Franklin Domínguez

VEA / Yuleidys Hernández Toledo
«Díganle a mi abuela que esté pendiente, nos van a mandar para Venezuela». Fue lo último que le dijo Jinder Moisés Ángulo a su mamá, el 14 de marzo, desde un centro de detención en Estados Unidos (EEUU). El mensaje, como era su deseo, fue transmitido a Noris Carrasquel, quien ya estaba alistando todo en Cúa, estado Miranda, para recibir un día después, con los brazos abiertos, a su nieto. La emoción de verlo regresar a su casa cambió a dolor, cuando la mañana del domingo 16 se enteró por un video que circuló en redes digitales, que el joven había sido enviado a una prisión de máxima seguridad en El Salvador.
La triste historia la contó a Diario VEA, Carrasquel, desde las afueras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), municipio Chacao, estado Miranda, donde el 9 de abril acudió con otros familiares a solicitar que el organismo multilateral los ayude a conseguir una fe de vida de los más de 200 venezolanos secuestrados en la nación centroamericana, y que los apoye a luchar para conseguir la liberación de los retenidos de manera forzosa.
«Yo vivo desesperada, muy poco duermo, pedí mis vacaciones en el trabajo para seguir luchando aquí con toda esta gente, con los demás familiares de los muchachos», retenidos de manera ilegal por los gobiernos de Donald Trump y Nayib Bukele, expresó.
Agrega: «Yo por lo menos no tengo vida, porque ese es mi nieto. No tengo vida. Yo estoy aquí sola. Mi única hija está en Estados Unidos, y mi único nieto» está en El Salvador.
Argumenta que seguirá luchando hasta conseguir la liberación del joven.
Contó que su nieto pasó 15 días detenido en un centro de inmigración en suelo yanqui. Ahí se comunicaba a diario con su mamá, quien lleva un año en Estados Unidos. También mantenía comunicación con su pareja, con quien tiene una bebé de siete (7) meses de nacida. Ambas viven en ese país del norte.
Mostrando los antecedentes penales, exclama que el joven no tenía problemas con la justicia ni en Venezuela ni en Estados Unidos, nación donde ya llevaba tres (3) años.

Jinder se fue de aquí graduado de bachiller y allá trabajaba como «delivery».
Destaca que su hija y la esposa de Jinder tienen pensado regresarse a Venezuela, están trabajando para ello. «Con el favor de Dios ellos se me vienen», manifestó.
Una fe de vida es lo que pide
«Le pedimos a la ONU que nos ayuden y que nos den una fe de vida de cada muchacho que se encuentra por allá», manifestó en varias oportunidades.
Indicó que en las reuniones que han sostenido con el organismo, le han suministrado a este diversos documentos, como antecedentes penales, fotocopia de la cédula, partida de nacimiento. «Uno cumple con lo que ellos nos piden».
Pide que Dios le dé fuerza tanto a los familiares como a los secuestrados por los regímenes de EEUU y El Salvador.