Dimensión del término “Cultor” entra con fuerza en debate de Ley de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial
Los verdaderos «cultores», que transmiten sus conocimientos de generación en generación, actualmente no forman parte activa de los planes educativos.
VEA / Prensa CDC
Un tema que se ha vuelto candente en el debate de diversas agrupaciones consultadas sobre el proyecto de Ley de Salvaguardia para el Patrimonio Cultural Inmaterial, es el de reivindicar por Ley el papel de los auténticos Maestros de Tradición en Venezuela.
Entre los grupos de la Parranda de San Pedro de Guarenas y Guatire y entre los celebrantes de San Juan Bautista en todas las regiones del país, el tema de los llamados “Cultores” ha sido de gran importancia.
La palabra «cultor», que hasta hace algunos años se usaba en Venezuela solo para definir a los miembros de comunidades portadoras de las manifestaciones del Patrimonio Cultural Inmaterial, se ha extendido de manera confusa hacia quienes practican otros oficios y labores, y entre asalariados que forman parte de nóminas gubernamentales, e inclusive, entre productores de bienes y servicios.
Los verdaderos «cultores», que transmiten sus conocimientos de generación en generación, actualmente no forman parte activa de los planes educativos de organismos públicos y privados del país, que hacen uso del concepto de las culturas populares.
En uno de sus primeros artículos, el proyecto de Ley ha previsto que para cumplir con la salvaguardia, el desarrollo y la valorización del Patrimonio Cultural Inmaterial, los órganos y entes para la Educación y para la Cultura, en articulación con las comunidades organizadas, elaborarán y aplicarán los planes, programas, proyectos pedagógicos y los servicios de educación formal, a través del Currículo Básico Nacional y Currículo Nacional Bolivariano, los textos escolares, tecnologías de la información y comunicación, medios electrónicos, telemáticos y demás recursos didácticos en los niveles de educación inicial primaria y media, desde una pedagogía social liberadora y dialógica con fundamento en los principios establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en la Ley Orgánica de Educación, en los tratados internacionales, demás instrumentos legales pertinentes y en la presente Ley.
La Federación de Cofradías de San Juan Bautista en el estado Aragua, por ejemplo, pide saber a quiénes se responsabilizará de la aplicación de la Ley una vez que sea aprobada, y proponen incluir a practicantes reconocidos en sus manifestaciones para cumplir con este tipo de tareas de formación. De la misma manera lo reafirman los celebrantes del estado La Guaira, quienes piden ser tomados en cuenta en la aplicación del Currículo Nacional Bolivariano en diferentes planteles regionales, para evitar que se tergiversen sus manifestaciones patrimoniales.
La asistencia social ha sido otro aspecto recurrente en la consulta, entre quienes exigen además mayores vínculos con las autoridades locales, tal como lo manifiestan los celebrantes de la Parranda de San Pedro de Guarenas y Guatire. Expresan recibir con los brazos abiertos el proyecto de Ley que lidera la Comisión Permanente de Cultura y Recreación presidida por el diputado Earle Herrera, pero también son enfáticos en exigir su cumplimiento, una vez que sea aprobada y reglamentada por el Ejecutivo nacional.
La amplia consulta se puso en marcha en todo el territorio, a propósito de la realización del Foro Permanente de la Diversidad Cultural en su edición 13ª, en alianza con la Subcomisión de Cultura de la Asamblea Nacional, que preside la diputada Carmen Márquez. Con tal fin, el presidente del Centro de la Diversidad Cultural, profesor Benito Irady, participó en sucesivos encuentros virtuales sobre la Ley, con todas las manifestaciones del país inscritas en las listas de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y con aquellas que actualmente se evalúan en la sede de la Unesco en París, para considerar un próximo ingreso al reconocido inventario internacional.