VEA / Yonaski Moreno

Una pareja de novios decidió contratar a una amiga que trabaja como peluquera canina y aficionada a la fotografía para que inmortalizara su día especial. Acordaron que le pagarían un total de 250 dólares por 10 horas de trabajo, ahorrándose así una buena suma de dinero.

Sin embargo, lo que parecía un excelente negocio terminó convertido en una pesadilla.

La mujer contratada por la pareja como fotógrafa relató que su labor comenzó a las 11:00 de la mañana, cuando acompañó a la novia por distintos lugares para hacer las fotos previas al enlace. Después se encargó de que la recepción y la propia celebración quedaran bien registradas y hasta ese momento todo iba bien y reinaban la paz y la felicidad, reseñó www.elconfidencial.com.

El desastre llegó al momento del banquete. A las 5:00 de la tarde la fotógrafa se dio cuenta de que no le habían reservado un sitio para que pudiera comer “porque tenía que seguir ejerciendo de fotógrafa”. Pero eso no fue todo.

«La peor parte, al menos para mí, fue que ni siquiera se me dio un vaso de agua. Encima hacía mucho calor, por encima de 40°C, y no había aire acondicionado”, relató. Señaló además que se acercó al novio para pedirle un descanso de 20 minutos, para poder comer y reponer fuerzas para seguir adelante con su tarea y el novio se negó en pleno, amenazándola con no pagarle.

«Le pregunté si estaba seguro de lo que me decía y me dijo que sí. Así que borré todas las fotos que hice delante de él y me fui diciéndole que ya no era su fotógrafa».

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