El desnalgue de María Corina, su Comando y la Estafa B Patético

VEA / Ildegar Gil

Era muy obvio. Ante el estrepitoso fracaso que el destino político jugaría a la ultraderechista, María Corina Machado, ella y su combo estaban en la obligación de armar una Estafa B. Sí: Estafa B en lugar de Plan B. Cuentan que tanto fue la rebanada de sesos a la que sometieron sus neuronas para tal fin, que en el sitio donde «planificaron» el plan, las migajas eran más que las ideas.

Desde el amanecer, el jueves 09 de enero de 2025 se presentó bello. Más lindo ¡imposible! Y más hermoso aún a medida que, con el transcurrir de las horas, el oleaje chavista teñido de rojo de pie a cabeza recorría las calles de Caracas para concentrarse en el Palacio de Miraflores a objeto de demostrar, a Nicolás Maduro, lealtad y resteo con la causa revolucionaria que heredó del Comandante Hugo Chávez, y que, como indican los hechos, ha sabido conducir muy por encima de sanciones al país e, incluso, de precio a su cabeza.

Eran las tres (3) de la tarde cuando mataron a Lola, precisa un nada nuevo tema musical, pero también eran las tres (3) de la tarde (minutos más, minutos menos), cuando Machado (pobre del poeta con este apellido), cual fantasma apareció en escena y exprimió a moco limpio las redes digitales de quienes aún atesoran un hilo de maltrecha esperanza a favor de la violencia en nuestro país.

Los ángulos, de gráficos y videos de su Comando Venezuela (el mismo de los sesos rebanados), lo decían todo: más gente cabía en un ascensor de un edificio de cuatro (4) pisos. Fue la purita verdad. Albergamos la fe por la sobrevivencia de ese material audiovisual. ¡Que no los eliminen! para que la evidencia se mantenga pura y sagrada. Que la vergüenza ante el barranco calculado, nos los impulse a caer en el error de borrarlos.

Ah, y tocando el asunto del barranco calculado, léase derrota absoluta, MCM y su comando loco decidieron que era hora de poner en práctica la ya mentada Estafa B. Lo que no previeron (tal vez era mucho pedirle), es que para esas cosas hay que hacer como hacen en el beisbol y en el fútbol; también en otros deportes colectivos: jugar en conjunto. No: ellos no hicieron eso. Ellos hicieron como los boxeadores: se cayeron a trompadas uno contra el otro aplastando contra la lona a la fulana Estafa B que, loca de bola como estaba, no entendía cuanto ocurría con eso de que cada quien actuaba como mejor le parecía, sin guardar las apariencias.

Por un lado, el Comando Venezuela (la ley debería quitarle ese nombre y bañarlo con agua bendita) decía que la jefa había sido detenida, y por otro, la consecuente y mal llamada luchadora aparecía en un video diciendo que estaba bien, sana y salva y que nada malo había ocurrido.

Hasta más de un salsero de los años 70, tanto de izquierda como de derecha, salió bailando luego de escucharla diciendo que lo único que había perdido era la cartera. ¡De una! la imagen de Larry Harlow (quien se despidió de nosotras y nosotros hace poco menos de cuatro (4) años) se apoderó de esa cosa que los caribeños llevamos por dentro al momento de mover el esqueleto, porque mire que ese tema La cartera en voz de Junior González, sonó, suena y sonará hasta que el mundo deje de ser mundo.

Quien crea que lo estamos montando en una Estafa C, lo convocamos a apreciar la imagen que sigue y, luego, el video adjunto. Si herimos sensibilidades, caramba, presentamos disculpas. A quien debe culpar es a MCM y su CV, por el desnalgue en el que lo metió.

Desnalgue 1

Desnalgue 2

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