El sionismo contra el pueblo de Chile: En defensa de Daniel Jadue

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 Emilio Silva

           Maolis Castro es una reportera venezolana, asalariada en medios privados como El Nacional y Armando.info hasta que en 2019 emigró a Chile, alegando ser perseguida por la Revolución Bolivariana, según afirma en su artículo “Maolis Castro: Por qué, al final, me he ido de Venezuela”, publicado por el diario derechista El País, de España.  ¿Ella habrá aprendido en la Patria de O´Higgins y Allende a ser más profesional y menos tendenciosa en su oficio?

            Chile ha cobrado relevancia en la esfera internacional debido al aplastante triunfo obtenido allí por las fuerzas izquierdistas tanto en las recientes elecciones regionales como en las anteriores megaelecciones, donde no solo se escogieron a los integrantes de la Convención Constituyente que elaborará una nueva Carta Magna.

            Para tal ocasión fue electo por tercera vez al cargo de alcalde quien, con amplio favoritismo en el seno del pueblo chileno, se perfila como candidato ganador en las elecciones presidenciales pautadas para noviembre de 2021.  Ese arquitecto, sociólogo e investigador llamado Daniel Jadue, es de familia originaria de Palestina, según se desprende del enlace https://www.danieljaduepresidente.cl/.

            Tal como él lo reitera, “uno puede ser candidato presidencial siendo alcalde”, frase titular de una entrevista que le hizo Vasti Abarca, y ante quien ese miembro del Partido Comunista de Chile señala que a los 11 años de edad fue militante de la agrupación Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP).

            Por su lucha revolucionaria, esa organización es catalogada de terrorista por el jurista estadounidense Alan Dershowitz, participante en las orgías efectuadas con menores de edad por su coterráneo el empresario Jeffrey Epstein y otros sionistas como ellos dos, según explica Gilad Atzmon en el artículo “Depredadores unidos”.

            Opiniones como la del pedófilo Dershowitz se usan para justificar que a Jadue se le tilde de terrorista por su militancia en el FPLP, acusación insinuada por el leguleyo sionista Gabriel Zaliasnik, expresidente de la Comunidad Judía de Chile, quien se convirtió en abogado defensor de Jaime Mañalich y Víctor Pérez, incursos el primero en mal manejo de la pandemia y el segundo en políticas represivas contra el pueblo chileno, en sus respectivas gestiones como ministros de Salud y del Interior bajo el gobierno de Sebastián Piñera, de acuerdo al diario digital El Mostrador de Chile.

            Gabriel Colodro es más agresivo en la insinuación hecha hacia Jadue.  Aquel sujeto, presidente de la Comunidad Chilena de Israel, recibe altas sumas de dinero por parte de grupos como Hatzad Hasheni, organización de sionistas latinoamericanos impulsores del llamado “Proyecto Centinela” a nivel mundial, fomentando el terrorismo comunicacional mediante la difamación y la agresión contra personas cuyos nombres incluyen en listas por criticar las atrocidades que cometen los invasores sionistas contra el pueblo palestino.  Otros detalles los expone Pablo Jofré en las dos partes de su escrito “Eliminar el sionismo: Un imperativo de sobrevivencia”.

            No sorprende el encono aplicado por los agentes del sionismo hacia Jadue, autor de la obra Palestina: Crónica de un asedio, publicada en 2013, cuando fungía como vicepresidente de la Federación Palestina de Chile y coordinador para las Américas de las Red Internacional de apoyo a Palestina.  Tan notoria tenacidad en sus convicciones le implicó ser denigrado como uno de los 10 mayores antisemitas del año 2020 por el Centro Simon Wiesenthal, en Estados Unidos.

            Es bueno saber que desde su juventud, el sionista polaco Simon Wiesenthal era un arrogante charlatán, cuya catadura mitomaníaca pone en duda su estadía en 13 campos de concentración donde dice haber sido recluido durante la Segunda Guerra Mundial.  Ese cazador de nazis, cuya cuestionable fama es solo mediática, alquiló su nombre por $90.000 anuales al centro ya mencionado, creado en 1977 por el rabino estadounidense Marvin Hier, quien junto con su esposa y su hijo lo han manejado como un negocio familiar, con el fin de obtener dinero usando el holocausto para promover el extremismo político-ideológico del sionismo.

            Sobre tan escabrosos aspectos ahondan Lawrence Swaim, Maurice Lemoine y Norman Finkelstein en los textos “La deconstrucción de Simon Wiesenthal”, “Chile, Daniel Jadue y el antisemitismo «a la carta» del Centro Simon Wiesenthal” y “La industria del holocausto”, respectivamente.  Los mismos fueron ignorados por Maolis Castro, cuyas dotes en brujería palangrista le sirvieron para mezclar las opiniones coprolíticas de sionistas como Dershowitz, Zaliasnik, Colodro y compañía, creando así el menjurje cloacal titulado “La historia de Daniel Jadue como activista de la facción más dura del movimiento pro Palestina”.

            Si el pueblo chileno lo elige presidente, esa reportera irá a Israel pagando el viaje de su propio bolsillo como premio del sionismo a sus fétidos y fútiles servicios mediáticos.

 

El centro creado en honor al sionista Simon Wiesenthal es parte de la ofensiva contra Daniel Jadue

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