Néstor Rivero Pérez

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El 8 de agosto de 1879 nació en Morelos (México) el caudillo revolucionario Emiliano Zapata, cuya gesta agraria se inscribe en la tradición continental de Miguel Hidalgo y Costilla, José Gervasio Artigas y Ezequiel Zamora, impulsores de un nuevo orden para la distribución y titularidad de la tierra. Hijo de un hogar de campesinos, Zapata protegió la propiedad comunal, la alfabetización y los derechos territoriales de los indígenas.

En la villa de Ayala

El pronunciamiento de la villa de Ayala, el 28 de noviembre de 1911, conocido como “Plan de Ayala” proclamó una justicia agraria que se corresponde con el sentir del México profundo de las primeras décadas del siglo XX. Desde la Colonia, como ocurrió en el resto de las naciones latinoamericanas, México padeció de la alta concentración de la propiedad de la tierra en manos de pocas familias. Y en una formación histórica donde el grueso de la población se asentaba en zonas rurales, la mayoría de las personas se vinculaba con la tierra en condición de peones enfeudados, frustrándose el anhelo de hacer producir un trozo de tierra cuyos frutos beneficiasen directamente al labrador. De allí el acompañamiento que recibió de gruesos sectores del México expoliado y de intelectuales liberales.

Ejército Libertador del Sur

El 6 de noviembre de 1918, el Caudillo del Sur al frente de varios miles de soldados entra a la ciudad de México, al tiempo que, por otro sector de la capital, lo hace el Centauro del Norte, Pancho Villa. Aquel constituyó el momento de mayor ímpetu de la Revolución Mexicana y su carácter agrarista, al simbolizar por instantes la toma del poder por quienes, al igual que sus antecesores de los días de Miguel Hidalgo y Costilla en 1810, movilizados tras la Independencia, la abolición y reparto de tierras, siguieron al padre Hidalgo cuando tras la victoria del Monte de las Cruces este desistió de tomar la capital. Y ahora, en 1918, en momentos en que el presidente Venustiano Carranza había abandonado el Palacio Nacional, Pancho Villa y Emiliano Zapata, como jefes revolucionarios, compartieron por horas el sillón presidencial para decidirse finalmente a salir de la ciudad de México con el propósito de seguir la guerra contra fuerzas enemigas, Villa en el norte y Zapata regresando al sur, sin percatarse del significado político de mantener bajo control la capital y los símbolos del Poder Ejecutivo. Al año siguiente, Zapata será asesinado en celada de un agente de Venustiano Carranza.

Desheredados del suelo

El Plan de Ayala iba al centro del problema de la tierra. En su punto 7º se lee “En virtud de que la inmensa mayoría de pueblos y ciudadanos mexicanos no son más dueños que del terreno que pisan sufriendo los horrores de la miseria sin poder mejorar en nada su condición social ni poder dedicarse a la industria o a la agricultura por estar monopolizados en unas cuantas manos las tierras, montes y aguas…se expropiarán, previa indemnización de la tercera parte de esos monopolios…a fin de que los pueblos y ciudadanos de México obtengan ejidos…o campos de sembradura o de labor, y se mejore en todo y para todo la falta de prosperidad y bienestar de los mexicanos.

Defensa armada del Plan

En su punto 8vo, el Plan contemplaba la nacionalización de bienes de quienes se opusiesen a la reforma prevista, y llamaba a su defensa armada: “Los…que se opongan al presente Plan, se nacionalizarán sus bienes y las dos terceras partes que a ellos les correspondan, se destinarán para indemnizaciones de guerra, pensiones de viudas y huérfanos de las víctimas que sucumban en la lucha por presente Plan (…). Pueblo Mexicano: ¡Apoyad con las armas en la mano este Plan, y haréis la prosperidad y bienestar de la Patria! Reforma, Libertad, Justicia y Ley.- Plan de Ayala / Noviembre 28 de 1911.- Generales Emiliano Zapata, José T. Ruiz – Jesús Morales – Eufemio Zapata – Próculo Capistrán”.

Sinópticos

1909

Lazo Martí y el criollismo poético

Este día falleció en Maiquetía, a sus cuarenta años, aquejado de apoplejía Francisco Lazo Martí, una de las máximas voces en la transición del romanticismo al modernismo dentro de la poesía venezolana en las postrimerías del siglo XIX e inicios del siglo veinte, en su expresión del criollismo. Tras graduarse de médico en la UCV, en 1892, Lazo Martí se regresa pronto al llano, mostrando escaso apego por la capital. Como galeno se inició en San Fernando, Apure, pasando luego a otras localidades de dicho estado y del Guárico, y más adelante en Barinas (…). Era hábito suyo visitar a sus enfermos en canoa, llevando él mismo el canalete o palanca (http://cuentaelabuelo.blogspo). Su obra más conocida, el extenso poema Silva criolla, está dirigido, no a un individuo en particular, como sugieren los primeros versos sino, de acuerdo a Alberto Arvelo Torrealba, a la intelectualidad que se deja atrapar por la candileja de la metrópoli, instándola a dejar correr dentro de sí la presencia del paisaje que en su memoria acecha.

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