VEA / Yonaski Moreno

Los restos mortales de Tibisay Lucena fueron trasladados al salón Sucre de la Casa Amarilla, donde diversas autoridades del Estado venezolano y representantes diplomáticos acreditados en el país, le rendirán honores en capilla ardiente.

Sobre el féretro de la expresidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE) y ministra de Educación Universitaria, fue colocado el tricolor venezolano. Posteriormente, la vicepresidenta Ejecutiva, Delcy Rodríguez y los vicepresidentes para la Seguridad Ciudadana y la Paz, Remigio Ceballos; de Obras Públicas y Servicios, Néstor Reverol; de Planificación, Ricardo Menéndez, y para Ciencia, Tecnología, Educación y Salud, Gabriela Jiménez, realizaron la guardia de honor.

Notablemente conmocionada, la vicepresidenta Delcy Rodríguez dedicó unas palabras a quien describió como una mujer única y excepcional, patriota y soldada de primera. En su discurso rememoró que «Tibisay de alguna manera nos preparó para este momento, sin entender que su partida sería profundamente dolorosa. Este dolor que sentimos sus compañeros, sus compañeras, que siente el pueblo venezolano, que sentimos todos porque reconocemos en Tibisay a una mujer única, una republicana de excepción, una mujer de Estado».

Recordó que Lucena dirigió el Poder Electoral en las horas más agobiantes vividas por Venezuela y supo enfrentar con mucha dignidad a poderes extranjeros que amenazaron a la patria. «Supo derrotar con su sonrisa, con su parsimonia, al facismo y sus expresiones más terribles de odio y de intolerancia».

En su intimidad, fue una mujer amante de la naturaleza, compartió Rodríguez, quien recordó que Lucena siempre estuvo rodeada de sus gatos, sus perros, sus orquídeas y flores.

Con sus palabras, la vicepresidenta se trasladó hasta aquellos momentos en que el Poder Electoral se dedicaba a la construcción de un nuevo modelo electoral en el país. «Las palabras de Tibisay ahí eran faro para ese pueblo que había sido excluido de la democracia, que no tenía derecho al voto por ser pobre y su vulnerabilidad social».

Fue hasta el último segundo de vida una ministra ejemplar, aseguró. «Me escribía y me decía ‘vice, mi cuerpo está algo cansado pero mi mente está más brillante y lúcida que nunca’, y empezaba a escribir ideas (…) Me decía, ‘vice, me quedé en cama, pero mi mente está con ustedes’, y ese es el ejemplo trascendental que hoy, cuando Tibisay cambia de paisaje, nos puede dejar», relató.

El pueblo vibró con aplausos en su memoria durante el traslado del féretro a la Casa Amarilla, compartió por su parte la rectora de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), Sandra Oblitas. «Esperar la llegada de familiares y del cuerpo de Tibisay en la entrada de esta Casa Amarilla y ver al pueblo aplaudirla, la honra. La honra como nos corresponde honrarla, como la honrará la patria en adelante. Tibisay merece todos los honores y todos los reconocimientos», expresó.

Añadió que pensar en quien en diversas trincheras fue su compañera de labores, es pensar en trabajo, entrega, compromiso y dignidad. «Esa entrega por forjar esta patria democrática se la debemos a Tibisay».

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