Entre fe, oraciones y escepticismo, sucrenses vivieron desvío del ciclón
«Te puedo afirmar que aquí en Cumaná y en el resto del estado, más allá de unos chubascos y lloviznas leves no hubo mayor cosa», dijo una habitante de la entidad oriental. Foto Internet / Referencial
VEA / Carlos Batatin
Se podría decir que por tradición, por vivir cerca o rodeado por la brisa y el vaivén de las olas marinas, la gente de los estados Sucre y Nueva Esparta, tiene cierto comportamiento ante las amenazas de tormentas o ciclones.
Ante el anuncio de la llegada del Ciclón Dos a las costas del territorio nacional, «en algunas poblaciones sucrenses se comenzó a sentir algo de temor» por una supuestas series de imágenes que comenzaron a circular por la redes sociales, sobre una presunta situación de mal tiempo en la población de Güiria. Eso generó una situación de inquietud».
Así lo comentó a través de una entrevista telefónica con Diario VEA, Luis Emilio Carreño, quien relató que por experiencia propia «te puedo afirmar que aquí en Cumaná y en el resto del estado, más allá de unos chubascos y lloviznas leves no hubo mayor cosa».
De acuerdo con lo vivido por el entrevistado, «nuestra gente se comportó a la altura. La población respondió al llamado y advertencia del gobierno nacional».
Él está residenciado en la ciudad de Cumaná, y describió que el fenómeno previsto principalmente en la región oriental de Venezuela, «ocurrió dentro de algo normal, en cuanto a estos procesos naturales».
Se tomaron las medidas
A su juicio, el gobierno nacional tomó las medidas pertinentes y alertó adecuada y oportunamente a la población que potencialmente podría ser afectada. «Los organismos de Protección Civil y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana fueron ordenados a cumplir las tareas correspondientes en prevención al posible impacto que podría ocasionar el ciclón, mientras que la población mayoritariamente, asumió su responsabilidad, hizo lo adecuado a estos fines».
Narró que algunos pobladores «según sus creencias religiosas elevaron sus oraciones, pidiendo la protección divina. Otros, un tanto incrédulos, recibieron el anuncio con burlas, señalándolo como una manipulación mediática del gobierno nacional».
Igualmente dejó claro que independientemente a las distintas expectativas que tenían sectores de la población, las imágenes que llegaban en horas de la tarde, desde la parte más oriental del estado Sucre, se reflejaban en el semblante de los habitantes».
«Más intensas se hicieron las oraciones y menos dudas de los escépticos. Entrada la noche ya todos estábamos resignados a esperar las 2:00 de la madrugada, hora anunciada para la llegada del ciclón a tierra sucrense. Una llovizna pertinaz mojaba casi toda la geografía del nororiente costero venezolano», especificó Carreño.
Ante la incertidumbre, muchos sucrenses no lograron conciliar el sueño. Sin embargo, transcurrieron las horas: Las 2:00, 3:00 y las 4:00 de la madrugada y «la llovizna se fue haciendo menos intensa. Ya para las 5:00 am, se corroboraba y anunciaba que el ciclón se desvió hacia el norte y no afectaría a Venezuela».
Finalmente resaltó Luis Emilio Carreño, que «los carupaneros, parianos y margariteños tienen elementos culturales compartidos con los otros pueblos caribeños. Los enfoques y vivencias históricas sobre los huracanes, son un elemento existencial común».
Nos apertrechamos
Jorge Luis López, lleva años viviendo en la ciudad de Cumaná, «y para mí es una experiencia muy significativa, por ser poco inusual que ocurran este clase de fenómeno en Venezuela».
Comentó que ese tipo de adversidades naturales, de por sí generan angustia y temor en la población y «más si se habla de un ciclón, porque uno sabe que las ráfagas de viento son más destructivas y arrastran con todo lo que encuentren a su paso».
Tras ofrecer su reflexión detalló que en el transcursos de la noche de este martes, los cumaneses se acostaron bajo un permanente estado de tensión. «Yo me acosté después de las 12:00 de la noche pendiente y a la expectativa de la situación. Sin embargo, lleno de confianza en lo personal, porque de alguna manera uno se arma de valor y más aún cuando se es responsable o cabeza de familia».
Ante la posible contingencia, dijo Jorge Luis, «nos apertrechamos con algunos alimentos, enlatados, compramos velas y yesqueros. También tomamos previsiones con aquellos objetos que podrían convertirse en armas letales al ser impactados por las ráfagas de viento. Cada cosa la colocamos en un lugar resguardado para evitar accidentes».
Venezuela se cae, se sacude y se levanta
Al ofrecernos su relato la señora Ana Susana Muñoz Seittiffe, aseguró que nunca el ciclón tocó el estado Sucre. «Se trató de un coletazo. Aquí la lluvia fue muy leve y el cielo siempre se mostró nublado».
De acuerdo con lo relatado, «esto ha sido desde siempre. Por fortuna los ciclones nunca nos afectan directamente, llegan hasta Trinidad y Tobago, allí se desvían y enfilan su curso hacia el resto de las islas del Caribe».
-En su opinión, ¿cómo fue el comportamiento de los sucrenses en la necesidad de rezar o acudir a la presencia divina ante ese fenómeno?
–Definitivamente Venezuela tiene protectores muy grandes. Tiene a sus ángeles y a nuestro Dios que siempre nos protege, porque hemos estado amenazados no solo por la naturaleza, sino por nuestra propia gente. Es decir, por muchos políticos que por sus ambiciones personales y políticas han destruido al país, quienes han sido más dañinos que todos los huracanes juntos.
Reiteró que «gracias a Dios aquí estamos y aquí seguimos en una Venezuela completamente intocable y grande, que se levanta muy rápidamente. Se cae, se sacude y se levanta».
El pueblo multiplicó la información
El profesor Ramón Gómez Gil, también vive en la ciudad de Cumaná, y de acuerdo con su versión, «al conocerse la noticia de que un ciclón pasaría por nuestra entidad, desde ese mismo momento el gobierno regional, municipal y el pueblo en general, empezaron una campaña por las redes, específicamente por los grupos de WhatsApp».
Dijo que una vez que las autoridades explicaron con gráficas el desenvolvimiento del fenómeno tropical, «enfrentamos la situación con mensajes educativos sobre qué deberíamos hacer a la llegada del fenómeno».
Para él no hay duda que el pueblo fue multiplicando esa información y opinando sobre el particular. «Se nos instruía de aprovisionarnos de velas, fósforos, agua y otras recomendaciones útiles».
Argumentó que el pasado martes, en horas de la tarde, «la tensión de la población aumentaba, pero sin generar un estado de angustia. Prevaleció la calma y así fue transcurriendo la noche, mientras que el gobernador del estado informaba permanentemente por las emisoras de radio. A las 2:30 de la mañana, el gobernador en cadena radial informó que el ciclón había desviado su curso».
Una vez superada la adversidad natural en el estado Sucre, el profesor Gómez Gil, quien además es poeta, escribió unos versitos dedicados al ciclón:
Bendito el Santo Padre
que escuchó nuestra oración,
y junto a la Virgen del Valle
desviaron lejos el ciclón.
En esta tierra de gracia
exclamamos en un grito:
Somos gente de amor y paz,
somos un pueblo bendito.
La madre naturaleza
al Santo Padre obedeció,
se alejó de nuestras costas
La oración y nuestra fe lo sometió.
Pero no descuidemos las medidas de seguridad, a quedarse en casa y alertas y atentos a las informaciones oficiales.