Pedro Estacio

@Urgentess

Sandino Primera, hijo de Alí, dijo en estos días algo interesante y que es una gran verdad, como es que “…a veces nosotros como sociedad no queremos pensar…”.

Pudiese parecer una tontería, pero no lo es, porque verdaderamente los mismos ciudadanos no le prestan atención a la calle sino a lo que le molesta. Arma un zaperoco si alguien le deja una bolsa de basura en la puerta de su casa, pero no se preocupa si el servicio es integral, si debe haber separación en los desechos, si hay un horario específico de recolección, la razón de los contenedores, la calidad tecnológica y si es diseñado con una visión futurista.

Quien es afectado de esa manera, pues si acaso toma la basura y la lanza a la vía pública y eso es todo.

No es que uno la tome con el servicio de aseo, que muy poco es urbano y domiciliario, o que hablemos del sistema de transporte masivo como el Metro de Caracas, sin compradera de caramelos, tapabocas a 1 bolívar, compradores de dólar ni bollitos de carne.

Hace más de 20 años atrás, en el ensayo La manada no va a la escuela, hacía referencia a lo que un par de universitarios conversaban sobre lo que acontecía en la avenida Baralt, desde Dos Pilitas hasta abajo en la avenida Universidad. Y en esas dos décadas, lo único claro fue la aberración política del golpe de Estado que le tiraron al Comandante Hugo Chávez.

La protesta que venía como social desde 1989, adquirió el tono político que nos atrapó y terminó por despertar en todo lo que yacía dormido. Todo bien, salvo que olvidamos otras cosas, como el ciudadano y su conducta. Asunto -reitero- que nada tiene que ver con la educación formal, al parecer solo vista como un mero escalón para ir hacia niveles superiores con mejores ingresos.

No es nada complicado elaborar una lista de las cosas acerca de las que no pensamos y continuamos viviendo como si nada pasara, de allí que pasen 20 años y todo sigue igual.

¿Tenemos resuelto el asunto de las paradas de buses en la ciudad y sus parroquias, así como sus horarios?

¿La vigilancia nocturna de las calles?

¿Los botes de agua? ¿Las alcantarillas han sido destapadas?

¿Las viejas y rotas calles y aceras?

¿Alguien se ocupa del tránsito peatonal? ¿Del rayado en las esquinas?

¿Y la señalización de las vías para evitar lo que denominan “la comedera de flechas”?

La lista es larga y si todos los ciudadanos hemos sido convocados por el presidente Maduro a darle fuerza a la soberanía e independencia con mucha moral y ética, la lógica indica que debemos pensar, pensar y pensar y sugerir. Por algo el 1×10 y las denuncias a la línea 58 del VenApp. El pensar no es local, es una movilización nacional y profunda para que no sigamos en las mismas.

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