San Romero

Hna. Eugenia Russian

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La conmemoración de los 45 años del martirio de Oscar Arnulfo Romero es una ocasión en diversas comunidades de la Patria Grande y del mundo para la realización de eventos reflexivos sobre su gran legado de fortaleza espiritual en la defensa ética de su pueblo, frente a las manipulaciones políticas y religiosas. Sobre todo, en estos tiempos difíciles de guerras, aún resuena las palabras de San Romero:»La paz no es producto del terror ni del miedo. La paz no es el silencio de los cementerios. La paz no es el resultado silencioso de la represión violenta. La paz es la contribución generosa y serena de todos al bien común. La paz es dinamismo. La paz es generosidad. Es un derecho y un deber«.

La conversión de Romero lo llevó ser referencia ética para los movimientos populares de su país, oprimido por una oligarquía terrateniente. Sus homilías en la Catedral de El Salvador eran transmitidas por la radio del Arzobispado, la cual sufrió atentados para hacerla callar. El 24/3/1980 es asesinado mientras celebraba una misa. Resucitó como santo, no solo en su pueblo salvadoreño, sino en toda América, y hoy cada vez es más apreciado por las comunidades de buena voluntad del mundo.

La espiritualidad liberadora la transmitía mediante sus homilías en la Catedral de El Salvador y las difundía mediante la radio del Arzobispado a todo el país, espiritualidad que partía de su compromiso en defensa de su pueblo.

Con su amplia visión, reclamando justicia, defendiendo a los pobres de cada pueblo y atendiendo el clamor de la Madre Tierra, tanto para las comunidades de buena voluntad como para los organismos internacionales como la ONU, necesitados de una urgente conversión, la espiritualidad encarnada y liberadora de Romero resulta un faro iluminador para la conformación de la conciencia planetaria.

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