Néstor Rivero Pérez

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Entre los días 7 y 8 de diciembre de 1703, se produjeron los efectos más destructivos del fenómeno atmosférico conocido como Gran Tormenta de 1703, que había comenzado el 25 de noviembre anterior y continuó causando daños hasta el 9 de diciembre sobre las islas británicas. Ya había pasado por los Países Bajos y otras regiones del norte de Europa.

La meteorología
Tanto la meteorología como la climatología tienen en la atmósfera su campo de estudio; empero a grandes rasgos se diferencian. “La meteorología estudia los elementos atmosféricos, es decir, el estado de la atmósfera en un momento concreto (…), los fenómenos que tienen lugar en las capas más bajas de la atmósfera a corto plazo, donde se desarrolla nuestra vida” [https://www.nationalgeographic.es].
Así, la meteorología incursiona con la máxima precisión tecnológica de la época en los fenómenos específicos y lo inmediato, el día a día, tales como la temperatura del momento, presión atmosférica y predicción del denominado “tiempo atmosférico” y sus pronósticos.

Climatología
La climatología, que también se ocupa de la atmósfera, es una rama del saber que si bien traza sus líneas de investigación a partir de la coyuntura, en un horizonte de veinte o treinta años abre su abanico de indagación hacia el conjunto de variables atmosféricas que se definen a largo plazo, con miras a obtener “conclusiones sobre la evolución general del conjunto de fenómenos meteorológicos más habituales de un lugar determinado” [Íbidem].
De su parte, la climatología se aboca al examen de “las condiciones medias de la atmósfera”, las variaciones del tiempo a largo plazo y, aunque utiliza los mismos parámetros, el objetivo es sacar conclusiones sobre la evolución general del conjunto de fenómenos meteorológicos” [Íbidem].

El más devastador de la historia
Se debe diferenciar entre un ciclón, tipo de tormenta cuya corriente alcanza una velocidad de entre 60 y 80 kilómetros por hora, y el huracán grado 1, el cual puede llegar a 153 kilómetros por hora.
Y entre los huracanes más violentos, causantes de los mayores desastres de la historia conocida destacan el huracán de San Calixto, sucedido en el Caribe entre el 10 y el 16 de octubre de 1780 y que impactó con gravedad sobre islas como Barbados, Santa Lucía, Martinica y otras. Su saldo fatal se estima en 22 mil víctimas.
Otros huracanes con efecto terrible han sido Mitch, en 1988, y Vince, en 2005, que dejaron más de diez mil víctimas fatales respectivamente.

¿Cambio climático?
De acuerdo con Javier Jiménez, el año 2005 constituyó, con sus 28 ciclones, un lapso excepcional en el Atlántico Norte, cuando la media anual “suele estar entre 10 y 20 por temporada (…) Fue la temporada más activa de la que tenemos registro (esto es, desde 1851) y originó uno de los huracanes más famosos de los últimos años: el Katrina que asoló Nueva Orleans” [https://www.xataka.com].

La Gran Tormenta sobre Londres
”Solo en la ciudad de Londres, más de 2.000 chimeneas fueron derribadas por la tormenta, mientras que la Catedral de Westminster perdió su tejado. Cientos de barcos sufrieron daños, y algunos incluso vieron cómo el viento, en lugar de llevarlos a costas inglesas, los mandaba hasta Suecia (…). Mucho peor suerte corrieron los barcos que volvían de luchar en la Guerra de Sucesión española, con diversos barcos hundidos y unos 10.000 soldados y marineros ahogados. También murió mucha gente ahogada en tierra, además de miles de cabezas de ganado, con la consiguiente hambruna que esto provocó. Daniel Defoe, autor de Robinson Crusoe, dejó escrito que la catástrofe sin duda fue obra de Dios, que quería castigar a los británicos por su papel bastante flojo en la Guerra de Sucesión española” [https://cadenaser.com].

Sinóptico
1824
Simón Bolívar y el “equilibrio del universo”
Este día el Libertador Simón Bolívar dirige invitación a los gobiernos republicanos del continente con miras a la reunión del Congreso Anfictiónico que se daría en el istmo de Panamá.
La concepción integracionista del Libertador evolucionó desde 1813 (cuando aludió por primera vez en un escrito, en carta a Santiago Mariño, a la idea de la Gran Colombia) hasta 1826, cuando se instaló en el istmo el célebre Congreso.
Para Bolívar había cuatro grandes porciones del globo y sus periferias, que abarcaban los cinco continentes. Una primera “porción del globo”, según la noción bolivariana, sería Europa, como centro de civilización según los cánones de la época y que por entonces atraería al África como región subsidiaria. Una segunda porción se circunscribe al Asia. Una tercera la constituye Estados Unidos de Norteamérica. Y la más importante para el mundo del porvenir, la América del Sur, llamada a practicar la democracia con libertad e igualdad.
La cita de 1826 constituye antecedente directo de la integración latinoamericana y caribeña.

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