Hace 10 años papa Francisco firmó encíclica Laudato Si sobre la crisis ecológica

Néstor Rivero Pérez
El 24 de mayo de 2015, hace diez años, el sumo pontífice Francisco firmó la encíclica Laudato Si (Alabado seas), presentándola públicamente el 18 del mes siguiente. Con Laudato Si ofrecía Francisco su relectura del cántico de las criaturas de Francisco de Asís, constituyéndola además en grito de auxilio “un grito a Dios y al hombre posmoderno a que cuide, proteja y haga un buen uso de los recursos de la madre Tierra” [http://www.scielo.org.co].
Los credos del mundo
Si bien el Islam, de acuerdo a datos tomados de la web https://es.wikipedia.org, cuenta en sus distintas ramas, con poco más de dos mil millones de seguidores, los feligreses del catolicismo suman alrededor de mil cuatrocientos millones de personas a lo cual se ha de agregar las expresiones del protestantismo con sus más de ochocientos mil creyentes, a los efectos de caracterizar un mapa global del cristianismo.
Asimismo, las religiones dhármicas (budismo e hinduismo principalmente) agrupan a unos mil cuatrocientos millones. El resto de habitantes de un planeta que en años recientes ha sobrepasado los ocho mil millones de habitantes, se segmentarían entre laicos, panteístas, agnósticos, seguidores de credos ancestrales, así como los autodefinidos de ateos.
De allí que una voz articuladora del discurso religioso con arraigo en mayor o menor grado, a lo largo de distintos continentes, como la del papa, se haga digna de atención. Y, en tal sentido Francisco dio pasos destinados a fomentar el diálogo inter-religioso.
También le distingue, en la historia del Vaticano, ser el primer Papa que de manera categórica se pronunció contra la pedofilia, o abuso de niños, tomando algunas decisiones sancionatorias, como se vio en el caso de denuncias contra clérigos del Perú, al anunciar “una medida sin precedentes…la disolución del Sodalicio de Vida Cristiana (SVC), influyente organización católica fundada en Perú en 1971 por Luis Fernando Figari. Esta decisión llega tras una exhaustiva investigación que reveló numerosos casos de abusos sexuales, malos tratos físicos y corrupción financiera dentro del grupo” [https://www.cronista.com].
Encíclicas de Francisco
Si se hace un término de comparación entre dos papas con diferentes enfoques en aspectos sustantivos de la gestión pontificia, se observará lo siguiente: Juan Pablo II, el ‘Papa Viajero’ -como se le decía por la agotadora cantidad de recorridos a otros países-, en su largo pontificado de cerca de 27 años, dictó catorce encíclicas, con una media de una encíclica cada dos años, entre las cuales la más recordada es ‘Evangelio Vitae’ (Evangelio para la vida), de 1995, texto en el cual “trata sobre el valor y la dignidad de la vida humana, abordando temas como el aborto y la eutanasia” (Fuente: IA Google). De su parte Francisco, en doce años de pontificado dictó cuatro encíclicas, las cuales si bien exponen aspectos que pudieren colidir con percepciones de algunas corrientes, respecto a dichos tópicos, ello respondería al horizonte laico y renovador que el recientemente desaparecido pontífice quiso imprimir a la Iglesia.
Así, los cuatro textos magnos de su pontificado de doce años fueron: Lumen Fidei, en la cual se asume la fe como iluminación para la vida. Del mismo modo, Fratelli Tutti, mediante la cual formula un mensaje muy actual de fraternidad entre todos los seres humanos, y el angustioso llamado a que se respete el derecho de los migrantes en países extranjeros.
Destaca asimismo el contenido de su cuarta y última encíclica Dilexit nos, donde retorna al sostenido eje en la historia del papado, sobre fe y esperanza. En todo caso, la que conmovió y obligó a muchos líderes y ambientalistas a fijar posición, fue su segunda encíclica “Alabado seas”.
Laudato Si
Esta encíclica toma su nombre de la invocación de San Francisco de Asís, «Laudato si, mi Signore», que en el Cántico de las criaturas recuerda que la Tierra, nuestra casa común ‘es también como una hermana con la que compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos’. Nosotros mismos ‘somos tierra (cfr Gn 2,7). Nuestro propio cuerpo está formado por elementos del planeta, su aire nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura (…)’ Esta hermana protesta por el daño que le hacemos por el uso irresponsable y el abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella (…) Su gemido, unido al de los pobres, interpela nuestra conciencia ‘a reconocer los pecados contra la creación’ -El Papa nos lo recuerda retomando las palabras de Bartolomé, Patriarca Ecuménico de Constantinopla: ‘Que los seres humanos destruyan la diversidad biológica […], contribuyan al cambio climático, […], contaminen las aguas, el suelo, el aire. Todos estos son pecados (…) “¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños?” [https://diocesisvitoria.org].