Hace 200 años Antonio José de Sucre buscó escenario propicio para batalla final de Independencia de Perú y Suramérica
El autor es historiador, docente y abogado.
Néstor Rivero Pérez
El 14 de noviembre de 1824, hace doscientos años, Antonio José de Sucre, al frente del Ejército Unido y en el marco de la Guerra de Independencia de Perú, estableció su cuartel general en las estribaciones del río Pampas, entre Andahuaylas, San Jerónimo y Talavera, a unos 2 mil novecientos metros de altitud sobre el nivel del mar, y a setecientos cincuenta kilómetros de la capital, Lima.
El Ejército Unido
Tras su fulgurante victoria en Junín del 6 de agosto de dicho año, el Libertador Simón Bolívar habiendo avanzado en la liberación de extensos territorios de la sierra peruana de los Andes y perseguido por varios centenares de kilómetros a los perdidosos realistas de José de Canterac, luego de ponderar el cuadro bélico que se avecinaba, resuelve el 7 de octubre, traspasar el mando en jefe del Ejército Unido, a su lugarteniente Antonio José de Sucre. A partir de ese momento el futuro Gran Mariscal de Ayacucho, iniciará a lo largo de la cordillera peruana, una estrategia de avances, zigzagueos y repliegues tácticos, manteniéndose cerca de los realistas, empero sin arriesgar combate, siempre en búsqueda de un escenario geográfico que contribuyese a aminorar su desventaja numérica respecto a las fuerzas enemigas, al tanto que a las órdenes del Virrey José de La Serna, quien se había puesto a la cabeza de las tropas monarquistas sumaban 9.300 efectivos, las tropas de Sucre alcanzaban cerca de 6 mil quinientos hombres. Tras encargar a Sucre del Ejército, Bolívar se encaminó rumbo a la costa, con el designio de retomar Lima, conseguir nuevos recursos y aguardar los refuerzos que debían llegarle de -la Gran- Colombia para llevarlos a la Cordillera y vigorizar las fuerzas de Sucre, en lo que todos avizoraban como la ineludible batalla final de la contienda contra España.
Instrucciones de Bolívar
Ya el 9 de noviembre, Bolívar desde Chancay, en la costa, hace enviar oficio a Sucre, recomendándole prudencia extrema debido al riesgo de pérdida del Ejército, el único baluarte, estimaba, de la independencia suramericana. “lo que esclusivamente desea Su Excelencia, le dice el secretario, es la destrucción del enemigo con la menor pérdida nuestra” [Vicente Lecuna, Crónicas Razonadas de las Guerras de Bolívar, 3 Tomos, Edit. The Colonial Books, N York, 1960 (Tomo III, pág 451)]. En todo caso indíquese que para noviembre de 1824, las fuerzas del virrey de La Serna se habían engrosado con el regreso de las divisiones que Manuel Valdez desde el alto perú, negoció con el disidente Pedro Antonio Olañeta.
Búsqueda de la batalla
El mes anterior Sucre, deseoso de abrir operaciones, ante un planteamiento similar del Padre de la Patria, respondió del modo siguiente: “Siempre someteré con gusto mi opinión a la experiencia de Ud en la guerra”. Sin embargo, las circunstancias de Sucre en la sierra, teniendo proximidad con el enemigo y en cualquier momento verse forzado a dar batalla, le hacía requerir de Bolívar instrucciones en el sentido de mayor libertad de decisión. Y de acuerdo a Lecuna “la orden expresa de librar una batalla cualquiera que fuesen las consecuencias, no llegaría a Sucre, sino cinco días antes de Ayacucho” [Ibídem]. Tal autorización se originó en el cambio de situación derivado de los movimientos últimos del Virrey que asomaban su disposición de pasar a la ofensiva, así como “la tardanza en el arribo de los refuerzos que debían llegar desde -la Gran- Colombia.
Ciega confianza en Sucre
“Cuando algunos decían en Andahuaylas que el Ejército Unido estaba cortado, contestaban los soldados: ‘Mejor, porque estamos ciertos de qué nos espera’. Esta confianza debíase a la seguridad de las tropas en la insuperable destreza de su general (Sucre), mostrada día por día en la manera de acampar y mover las tropas veteranas, o de situarlas para desafiar a los enemigos, pues cuando tropas veteranas están sabiamente dirigidas, como sucedía a las del Mariscal de Turenna, penetran con frecuencia el pensamiento de su general y a veces se anticipan a señalarlo. La actitud de Sucre impuso respeto a sus enemigos y llenó de confianza a los soldados independientes” [Ibídem].
Sinóptico
Día Mundial contra la Diabetes
Esta fecha busca concienciar a la población mundial sobre los riesgos y efectos de dicho mal, cuyas víctimas crecen en forma alarmante en los distintos países. En 2007, Naciones Unidas celebró por primera vez este día tras la aprobación de la Resolución en diciembre de 2006, con el propósito de dar a conocer las causas, los síntomas, el tratamiento y complicaciones asociadas a la enfermedad. El Día Mundial de la Diabetes nos recuerda que esta grave afección se halla en aumento y dicha tendencia proseguirá, a no ser que emprendamos acciones desde ahora para prevenir este enorme crecimiento.