Néstor Rivero Pérez

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El 20 de octubre de 1821, hace doscientos años, el Libertador Simón Bolívar encontrándose en Tunja, escribió una carta al general Carlos Soublette, con el objeto de requerir su intervención en el caso del oficial José María Ortega, cuya familia, radicada en Guacara (Carabobo) confrontaba dificultades para su manutención, dado que Ortega había sido destinado a cumplir funciones administrativas en Santa Marta, y las distancias y carencia de vías en la época ofrecían serios obstáculos para el envío de recursos pecuniarios.

Mercedes de Ortega

En tiempos en que nacía la Gran Colombia, el general Soublette ejercía como vicepresidente del Departamento de Venezuela, pidiéndole el Libertador en su misiva que le proporcionase “un pasaje a esa familia desgraciada, entendiéndose con Pancho Toro, su primo, para su transporte hasta La Guaira”. En todo caso Bolívar mismo se ofrecía como fiador de la deuda que dicho trámite acarrease. “Cualquier gasto que haya qué hacer para esto, pídalo a Anacleto [sobrino de Simón Bolívar]; o si no, a mi arrendatario de San Mateo”. Recordaba el héroe caraqueño al general Soublette, que el padre de Mercedes Párraga de Ortega había “perecido por su heroico patriotismo y cuya miseria es tanto más dura cuanto menos acostumbrada estaba a ella”. El papá de Mercedes, Fernando Párraga, murió en el sitio de Valencia de 1814, a manos de los hombres de José Tomás Boves.

Perfil del honor

Esta y otra epístola, esta vez enviada trece días después, el 2 de noviembre, al vicepresidente Francisco de Paula Santander, muestran el perfil moral del Libertador, uno según el cual todo jefe superior queda obligado en su desempeño público y en el marco de las leyes, a procurar el resarcimiento a favor de familias que quedaron expuestas a su suerte, cuando su miembro más importante o sostén de hogar, partía a las campañas, o desaparecía en los combates.

Honras a Camilo Torres

En su segunda epístola, la del 2 de noviembre de ese mismo año, Bolívar informaba al general Santander acerca de las condiciones de precariedad en que subsistía María Francisca Prieto y Ricaurte, viuda del prócer civil Camilo Torres. Quien murió fusilado por el “Pacificador” Pablo Morillo, siendo su cuerpo desmembrado en escarmiento. Hizo además Morillo, recaer sobre los deudos del patricio, un nueva condena: La del despojo de sus bienes, obligándoseles “a vivir de la caridad pública” (Wikipedia). Así, cuando el héroe caraqueño arribó por estos días a Bogotá, se percató de tan deplorable circunstancia, urgiendo al vicepresidente para que atendiese a “La viuda del más respetable ciudadano de Nueva Granada… reducida a una espantosa miseria”. Marcaba de este modo el derrotero que debía seguir todo hombre público con poder civil o militar, en cuanto a asegurar por los distintos medios a su alcance, la debida atención a sus oficiales y las tropas bajo su mando, todos quienes arriesgan su vida en el campo del honor, al tanto que en muchos casos sus hogares, esposa, hijos y parientes, han quedado desasistidos cuando perece o queda incapacitado en la defensa de la patria, este militar que fungía como principal sostén de ingresos.

Cúcuta-Bogotá-Pasto

Habiendo salido de Cúcuta la segunda semana de octubre de 1821, el Libertador, luego de juramentarse como Presidente de la Gran Colombia, sale con destino a Bogotá, para de allí encaminarse al sur de Nueva Granada y al Ecuador, con el designio de dirigir la guerra contra los españoles. A lo largo de su trayecto Bolívar, reconcentrado en las operaciones militares que tenía por delante, disponía de lapsos para escuchar quejas de vecinos, gestionar el cumplimiento de los haberes militares para soldados inválidos y al mismo tiempo dar contestación a la correspondencia que desde distintos puntos de la Gran Colombia y el exterior le enviaban sus lugartenientes, amigos y admiradores.

Sinóptico

1944

Revolución de Guatemala

El 20 de octubre de 1944 triunfó la Revolución de Guatemala, encabezada por el entonces capitán Juan Jacobo Arbenz, el mayor Francisco Javier Arana y el abogado Jorge Toriello, quienes forman una Junta de Gobierno. Dicho movimiento, con gran respaldo de la clase obrera y estudiantes, derrocó al general Federico Ponce Valdés, cuya gestión respondía a los intereses de la corporación estadounidense United Fruit Company, establecida en Costa Rica y Honduras desde finales del siglo XIX y cuyo acceso a Guatemala se daría durante el extenso mandato de Manuel Estrada Cabrera (1898-1920) y quien se convertiría en socio minoritario de dicha empresa, un verdadero monopolio del banano. La Revolución de Guatemala se inicia con la llegada al poder de una Junta de Gobierno que de inmediato procede a convocar una Asamblea Constituyente, llama a elecciones, pone fin al trabajo forzoso y a la prisión por deudas, y habrá de conceder el voto a la mujer. Las elecciones convocadas para diciembre de 1944, las ganó el educador de izquierda Juan José Arévalo.

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