¡Hallazgo! Informes públicos de Inteligencia gringa demuestran que Venezuela nunca ha sido amenaza para EEUU

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Diario Vea analizó documentos emanados por la Dirección de Inteligencia Nacional entre los años 2012 y 2025, notando que en ninguno de ellos a la República Bolivariana de Venezuela le es endilgada la calificación de amenaza inusual y extraordinaria.

Informes de Agencia de Inteligencia gringa demuestran que Venezuela nunca ha sido una amenaza para EEUU

VEA / Yuleidys Hernández Toledo

«Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz», dice el evangelio de Marcos 4:22.

La frase bíblica parece cobrar vigencia al revisar informes y notas de prensas de acceso público, difundidos desde hace más de 10 años en la página web del Director de Inteligencia Nacional (DNI, por sus siglas en inglés), de Estados Unidos, donde ninguno de ellos hace alusión o expone que Venezuela sea una amenaza para el imperio yanqui, una acusación que las distintas administraciones estadounidenses han esgrimido desde 2015, sin que hasta ahora hayan mostrado pruebas o evidencias de que en efecto esto es así. Dicha calificación ha sido utilizada por Barack Obama, Joe Biden y Donald Trump, para justificar sus agresiones contra la nación bolivariana.

Antes de entrar en detalles de los informes, establezcamos el rol primordial que desempeña el DNI , de acuerdo con la explicación del organismo en su página web: «Preside la Comunidad de Inteligencia de Estados Unidos, supervisando y dirigiendo la implementación del Programa de Inteligencia Nacional (PIN) y actuando como asesor principal del Presidente, el Consejo de Seguridad Nacional (CSN) y el Consejo de Seguridad Nacional (CSN) en asuntos de inteligencia relacionados con la seguridad nacional. El Presidente lo nombra con el asesoramiento y la aprobación del Senado».

Tras el extraño fallecimiento del Comandante Eterno Hugo Chávez, el 5 de marzo de 2013, EEUU intensificó sus agresiones y campaña contra Venezuela. En 2015, el entonces presidente Barack Obama, declaró a la nación como «una amenaza inusual y extraordinaria», narrativa que utilizó para bloquear y atacar financiera y económicamente al país.

Desde que Donald Trump asumió la presidencia el 20 de enero de 2025, los ataques se agudizaron, luego que el gobierno del republicano impulsara el relato de que presuntamente, el Tren de Aragua (organización criminal desmantelada en territorio bolivariano), pretendía invadir suelo yanqui.

Ese día declaró al Tren de Aragua (TdA) como una organización terrorista, y señaló que la organización representa una amenaza para Estados Unidos, se lee en la web de la Casa Blanca. Dos meses después, exactamente el 15 de marzo, el presidente estadounidense invocó la aplicación de la Ley de Enemigos Extranjeros, una norma que data de 1798, y que ha estado utilizando para perseguir y secuestrar a migrantes venezolanos.

«Concluyo y declaro que TdA está perpetrando, intentando y amenazando con una invasión o incursión depredadora contra el territorio de los Estados Unidos. TdA está llevando a cabo acciones hostiles y llevando a cabo una guerra irregular contra el territorio de los Estados Unidos, tanto directamente como bajo la dirección, clandestina o de otro tipo, del régimen de Maduro en Venezuela. Hago estas constataciones utilizando todo el alcance de mi autoridad para conducir los asuntos exteriores de la Nación bajo la Constitución. Con base en estas constataciones, y por la autoridad que me confieren la Constitución y las leyes de los Estados Unidos de América, incluyendo 50 USC 21, proclamo que todos los ciudadanos venezolanos de 14 años de edad o más, que sean miembros de TdA, se encuentren en los Estados Unidos y no estén realmente naturalizados o sean residentes permanentes legales de los Estados Unidos, están sujetos a ser aprehendidos, restringidos, asegurados y expulsados ​​como Enemigos Extranjeros», reza el documento emitido por Trump en la sección 01, al autorizar la aplicación de la norma.

El relato imperial descrito anteriormente no tiene cabida en el informe denominado: «Evaluación Anual de Amenazas de la Comunidad de Inteligencia de EEUU», presentado el 25 de marzo de este 2025 por la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (DNI), una instancia que de acuerdo a Ley de Seguridad Nacional de 1947, modificada por la  Ley de Reforma de Inteligencia y Prevención del Terrorismo de 2004, «es el jefe de la Comunidad de Inteligencia y lo designa como el principal asesor de inteligencia del Presidente». Sus responsabilidades están plasmadas en la web del organismo.

En el documento, en ningún momento consideran a Venezuela ni al Presidente Constitucional, Nicolás Maduro, como amenazas. Tampoco hacen mención a la organización criminal Tren de Aragua.

En el informe de 31 páginas, el nombre de Venezuela aparece una sola vez, en la página 8, en donde refieren que desde enero de 2025 la migración hacia EEUU disminuyó, debido a un aumento de la seguridad fronteriza.

«Los encuentros de las fuerzas del orden con migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México, fueron un 14 % menores en 2024 en comparación con el año anterior, y las detenciones de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos en la frontera suroeste en enero de 2025, disminuyeron un 85 % con respecto al mismo período de 2024. Los ciudadanos guatemaltecos, mexicanos y venezolanos fueron los más frecuentes en la frontera entre Estados Unidos y México», reza el informe en lo alusivo a Venezuela.

Vale acotar que en el prólogo del referido informe, la organización indica que: «El Consejo Nacional de Inteligencia está listo para apoyar a los responsables políticos con información adicional en un entorno clasificado». Quizás es en esa «información adicional» donde argumentan sus motivos para atacar a Venezuela; pero en esta investigación nos ceñimos al contenido que está difundido de manera pública en la web de la ODNI. En dichos documentos consultados, no queda plasmado en ninguna línea que la patria bolivariana sea una amenaza para el imperio gringo.

Donde la Oficina del Director Nacional de Inteligencia, ODNI, hace referencia al Tren de Aragua es en una nota de prensa titulada: «Primeros 100 días: El DNI Gabbard prioriza los esfuerzos de inteligencia para asegurar la frontera sur», y fechada el 28 de abril de 2025. Dicen en el texto: «(…) Después de que el Presidente Trump designara a los cárteles y pandillas transnacionales como organizaciones terroristas extranjeras, la DNI Gabbard ordenó al Centro Nacional Antiterrorista (NCTC) de la ODNI concentrar los recursos de inteligencia y verificación contra estos terroristas que trafican narcóticos mortales al país. Bajo el liderazgo de la DNI Gabbard, en colaboración con las fuerzas del orden estatales, locales y federales, NCTC ha identificado y proporcionado pistas sobre aproximadamente 750 personas en los Estados Unidos con vínculos con la MS-13, el Tren de Aragua y el Cártel de Sinaloa, como parte del proceso integrado de selección y verificación de antecedentes de NCTC (…)».

Tulsi Gabbard prestó juramento como directora de Inteligencia Nacional (DNI) el 12 de febrero de 2025.

¿Qué dice el informe de 2025?

En la Evaluación Anual de Amenazas de la Comunidad de Inteligencia de EEUU, el director de Inteligencia Nacional, señala que el documento «refleja la visión colectiva de la Comunidad de Inteligencia (CI), comprometida a proporcionar la inteligencia matizada, independiente y sin adornos que los responsables políticos, los combatientes y las fuerzas del orden nacionales, necesitan para proteger las vidas y los intereses estadounidenses en cualquier parte del mundo. Esta evaluación se centra en las amenazas más directas y graves para Estados Unidos, principalmente durante el próximo año. Todas estas amenazas requieren una respuesta de inteligencia sólida, incluyendo aquellas en las que un enfoque a corto plazo puede ayudar a prevenir amenazas mayores en el futuro».

Los Cárteles, las drogas, Isis, Al Qaeda, China, Rusia, Irán y Corea del Norte, figuran como factores de amenazas para EEUU.

Sobre el primer elemento dicen: «(…) Los cárteles son en gran medida responsables de las más de 52,000 muertes en Estados Unidos por opioides sintéticos en los 12 meses que finalizaron en octubre de 2024 y facilitaron la llegada de casi tres millones de inmigrantes ilegales en 2024, agotando los recursos y poniendo en riesgo a las comunidades estadounidenses (…)».

Más adelante agregan: «Las OTRA con sede en México, incluyendo el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación, siguen siendo los principales productores y proveedores de drogas ilícitas, como el fentanilo, la heroína, la metanfetamina y la cocaína de origen sudamericano, para el mercado estadounidense (…)».

Otro dato interesante del informe, es que EEUU, país que desde hace años trata de impulsar la matriz de que Venezuela supuestamente es un «narcoestado», e incluso acusan al presidente Nicolás Maduro y a Diosdado Cabello de presuntos vínculos con el narcotráfico, en ninguna línea del documento hace mención a esta matriz difamatoria que tanto impulsan.

Admiten, por el contrario, el papel que juega uno de sus países protegidos, Ecuador, en el tráfico de estupefacientes. «Las OCT con sede en Colombia y los grupos armados ilegales, son responsables de la producción y exportación de la gran mayoría de la cocaína que llega a Estados Unidos, parte de la cual se transborda a través de Ecuador, lo que contribuye a un repunte de los conflictos criminales violentos que impulsa la migración regional», reza el informe.

El documento también reconoce la explotación a la que son sometidos las y los migrantes. «Los traficantes de personas, tanto extranjeros como estadounidenses, explotan a personas y grupos vulnerables prometiéndoles empleos bien remunerados, confiscando documentos de identidad, coaccionando a las víctimas para que participen en conductas de riesgo y trabajen en condiciones inhumanas (…) Los actores criminales, incluidas las OCT con sede en México, explotan a los migrantes que transitan por el hemisferio occidental hacia Estados Unidos mediante secuestros para pedir rescate, trabajos forzados y operaciones de tráfico sexual. Por ejemplo, algunas víctimas se ven obligadas a reembolsar sus gastos de contrabando mediante servidumbre por deudas al llegar a Estados Unidos. Estos migrantes suelen verse obligados a convertirse en empleados domésticos, a trabajar en la pesca, la agricultura y en el procesamiento de carne por bajos salarios, o a trabajar en cultivos ilegales de marihuana».

La descripción anterior se parece un poco a algunas de las atrocidades que han tenido que sufrir migrantes venezolanos, y que han sido rescatados por el gobierno nacional a través del Plan Vuelta a la Patria.

Casi a punto de finalizar el documento en la página 30, indican: «La cooperación entre China, Rusia, Irán y Corea del Norte, ha crecido con mayor rapidez en los últimos años, lo que ha reforzado las amenazas de cada uno de ellos individualmente, a la vez que ha planteado nuevos desafíos para la fuerza y ​​el poder de Estados Unidos a nivel global. Estas relaciones, principalmente bilaterales, en gran medida en los ámbitos de seguridad y defensa, han fortalecido sus capacidades individuales y colectivas para amenazar y perjudicar a Estados Unidos, así como su resiliencia ante los esfuerzos estadounidenses y occidentales por restringir o disuadir sus actividades».

Amenaza ni inusual ni extraordinaria

El 8 de marzo de 2015, el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, firmó la Orden Ejecutiva 13692, en donde declara a Venezuela como una supuesta “amenaza inusual y extraordinaria” para la seguridad estadounidense. Esta acción dio paso, hasta la fecha (mayo 2025), a 1.039 medidas administrativas, bloqueos y sanciones, particularmente emanadas por parte del Departamento del Tesoro de EEUU a través de la Oficina de Control de Activos (OFAC), restricciones que afectaron gravemente la economía venezolana.

Un mes antes que Obama dirigiera la agresión contra Venezuela, Nicholas J. Rasmussen, entonces director del Centro Nacional Antiterrorista, se presentó ante el Comité Selecto de Inteligencia del Senado. Ahí, en audiencia, celebrada exactamente el 12 de febrero de 2015, expuso cuáles eran las «Amenazas terroristas actuales para Estados Unidos». En ningún momento surgió el nombre de Venezuela, ni el del presidente Nicolás Maduro, ni organizaciones criminales como el Tren de Aragua. Y como las investigaciones se refuerzan con pruebas, aquí el enlace con la intervención del funcionario gringo en esa oportunidad. La intervención quedó reseñada en la web del DNI, en la sección del Centro Nacional Antiterrorista.

Cinco meses antes, el entonces director del Centro Nacional Antiterrorista, Matthew G. Olsen, acudió ante el Comité Senatorial de Seguridad Nacional, para presentar el informe “Amenazas Mundiales a la Patria”.

En esa exposición, que tuvo lugar el 17 de septiembre de 2014, ni Venezuela, ni el presidente Nicolás Maduro, figuraban como una amenaza para la nación gringa. El texto indica: «La amenaza más directa para Estados Unidos, tanto dentro como fuera del país, sigue siendo el terrorismo (…) amenaza que proviene de una amplia zona geográfica, que abarca el sur de Asia, Oriente Medio y gran parte del norte de África, donde redes terroristas se han aprovechado de la falta de gobernanza y la falta de seguridad (…)». Otra vez, la reseña puede ser encontrada en la web del Director de Inteligencia Nacional (DNI).

Diez días antes, es decir el 10 de septiembre de 2014, Nicholas Rasmussen, entonces subdirector del Centro Nacional Antiterrorista, presentó en audiencia ante el Comité Senatorial de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales, el informe: “Ciberseguridad, terrorismo y más allá: Abordando las amenazas en constante evolución a la patria”. Ni una sola alusión a Venezuela, Maduro o figuras como el integrante del Alto Mando de la Revolución Bolivariana, Diosdado Cabello. El vocero imperial centró sus alertas «en tres áreas específicas (…) la amenaza del EI, la amenaza de AQAP y la amenaza de los extremistas violentos locales».

El 21 de octubre de 2015, un Nick Rasmussen, en esa oportunidad en el cargo de director del Centro Nacional Antiterrorista, rindió audiencia ante el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes; ahí presentó las “Amenazas Mundiales y Desafíos para la Seguridad Nacional”, en ninguna de las cuatro líneas del reporte hace alusión a que Venezuela sea una amenaza, es más el nombre del país no figura en el reporte, que puede ser leído en la web del DNI, en la sección del Centro Nacional Antiterrorista. Su discurso estuvo centrando en AlQaeda y en el Estado Islámico.

En septiembre de 2016, Rasmussen volvió a rendir cuentas ante el Senado, la exposición llevó por nombre: Quince años después del 11-S: Amenazas a la Patria”. En ningún momento se refirió a Venezuela, ni al Presidente Nicolás Maduro, ni a ningún Tren de Aragua. Su discurso se centró en grupos como Al Qaeda y del autoproclamado Estado Islámico, entre otros. Así se lee en la ya mencionada web.

En 2024 avizoraban triunfo de Maduro y hablaban de los migrantes

Seis meses antes que llegara el 28 de julio de 2024, día en que Venezuela celebró la elección presidencial, la Oficina del director de Inteligencia Nacional, indicaba que el presidente Nicolás Maduro sería reelecto. El pronóstico quedó plasmado en el informe: «Evaluación anual de amenazas de la Comunidad de Inteligencia de EEUU», presentado el 5 de febrero del referido año, y en donde nunca se cataloga a la Patria Bolivariana como una amenaza para los intereses yanquis.

«El controvertido presidente venezolano, Nicolás Maduro, mantendrá un sólido control del poder y es improbable que pierda las elecciones presidenciales de 2024 (…)», reza el informe, en donde aseguraban que supuestamente la victoria sería por «el control de las instituciones estatales que influyen en el proceso electoral (…)». Más adelante señalaban que «la oposición, que a menudo se ha mostrado dividida, ocupa pocos puestos públicos de influencia».

En otros temas hacían mención a Venezuela; en uno de ellos ​​destacaban a modo de condena que «el apoyo de China, Irán y Rusia, ayuda al régimen de Maduro a evadir las sanciones».

Luego hacían referencia a la migración venezolana. «Más de 7,7 millones de venezolanos han abandonado el país desde 2017, de los cuales 6,5 millones viven en América Latina y el Caribe. Es probable que la emigración venezolana a la región y a Estados Unidos se mantenga elevada durante el próximo año, dado que es probable que persista la falta de oportunidades económicas (…)». Como se lee, dicho organismo yanqui no emite una alerta que los migrantes venezolanos sean unos delincuentes ni miembros de la extinta banda Tren de Aragua, como pretende hacer creer el régimen de Donald Trump y la derecha venezolana.

Más adelante indica el documento: «(…) La represión política y la falta de oportunidades económicas, seguirán impulsando la emigración cubana, nicaragüense y venezolana; sin embargo, estos regímenes seguirán culpando a las sanciones y políticas estadounidenses de la emigración irregular desde sus países (…)».

En 2023 admitían la xenofobia contra migrantes venezolanos

La alianzas de Venezuela con Rusia y la xenofobia contra los venezolanos, estuvieron entre los temas abordados en el informe: «Evaluación anual de amenazas de la Comunidad de Inteligencia de EEUU» presentado el 7 de febrero de 2023, por el director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos. Otra vez, en ningún momento se consideró a la tierra de Simón Bolívar ni al presidente Nicolás Maduro como una amenaza. En el documento no figuró ni una sola línea al Tren de Aragua.

«(…) Desde 2020, el aumento de los flujos migratorios desde Haití y Venezuela hacia países de América Latina y el Caribe, ha impuesto costos económicos y aumentado la xenofobia en los países receptores, lo que ha disminuido su disposición a recibir a estos migrantes. El aumento de los obstáculos para permanecer en países vecinos podría llevar a que más migrantes haitianos y venezolanos consideren la migración a Estados Unidos como un objetivo atractivo», indicaba el organismo, en el documento que puede ser leído en la web de la DNI.

También hacían referencia a que Venezuela no se recuperaría económicamente, un argumento que se cae si se toma como referencia los datos dados a conocer por el jefe de Estado, Nicolás Maduro, el 28 de abril de 2025, cuando indicó en su programa Con Maduro +, número 77, que el país lleva 16 trimestres consecutivos de crecimiento económico.

El documento imperial con fecha febrero de 2023, señalaba al respecto: (…) Venezuela enfrenta escasas perspectivas de recuperación económica, que probablemente tardarían décadas en mejorar si el régimen actual abandonara el poder. Es improbable que Venezuela experimente una restauración plena de la democracia en un futuro próximo».

En 2022 preocupaba la alianza Rusia-Venezuela

En la Evaluación Anual de Amenazas de la Comunidad de Inteligencia de EE.UU del año 2022, Venezuela tampoco figuraba como una amenaza inusual ni extraordinaria para la Administración gringa. La banda criminal Tren de Aragua tampoco fue mencionada.

En esa oportunidad solo se mencionaba a Venezuela por sus alianzas con Rusia, país al que el imperialismo considera una amenaza.

«(…) Consideramos que Moscú seguirá empleando diversas herramientas para promover sus propios intereses o socavar los de Estados Unidos y sus aliados. Estas serán principalmente herramientas militares, de seguridad e inteligencia, con la cooperación económica desempeñando un papel menor (…) En el hemisferio occidental, Rusia ha ampliado su compromiso con Venezuela, apoyado a Cuba y utilizado la venta de armas y los acuerdos energéticos, para intentar ampliar el acceso a los mercados y recursos naturales en América Latina, en parte para compensar algunos de los efectos de las sanciones (…)», rezaba el informe.

Dos años antes, exactamente el 13 de febrero de 2020, el Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad (NCSC) presentó la Estrategia Nacional de Contrainteligencia de los Estados Unidos de América 2020-2022, ahí señalaba que «la cantidad de actores amenazantes que atacan a Estados Unidos está creciendo , desde actores estatales como Rusia, China, Irán, Cuba y Corea del Norte; hasta actores no estatales como el Hizbulá libanés, ISIS y Al Qaeda; hasta hacktivistas, filtradores y aquellos sin vínculos formales con servicios de inteligencia extranjeros», resumía el DNI en nota de prensa. En ningún momento hacen mención a Venezuela como una amenaza para los gringos.

En 2018 mostraron preocupación por atentados con drones

En octubre de 2018, apenas dos mes después de que el jefe de Estado, Nicolás Maduro, fuera víctima de un atentado con drones, Russell Travers, entonces deirector interino del Centro Nacional contra El Terrorismo, expresaba su preocupación por este tipo de ataques en una audiencia en el senado estadounidense, eso sí sin referirse directamente al mandatario nacional y tampoco sin condenar el intento de magnicidio.

Durante la audiencia denominada “Combatiendo la amenaza terrorista mediante agilidad, persistencia y resiliencia», dijo: «(…) nos preocupa especialmente su uso, actual y futuro, de formas de comunicación más seguras, redes sociales, sistemas de aeronaves no tripuladas (UAS) y armas de destrucción masiva (…)». Más adelante añadió: «(…) los recientes ataques con UAS en Siria contra una base aérea rusa y en Venezuela contra figuras de liderazgo resaltan el potencial destructivo de los vehículos no tripulados cada vez más sofisticados, lo que aumenta nuestra preocupación de que dichos dispositivos puedan emplearse contra objetivos estadounidenses, incluso en Estados Unidos». Así se lee en el documento con fecha 10 de octubre de 2018, difundido en la web del DNI.

El 4 de agosto de 2018 dos artefactos aéreos tipo dron con cargas explosivas detonaron durante un acto por la conmemoración de los 81 años de la creación de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). El hecho ocurrido en la avenida Bolívar, en Caracas, tuvo lugar mientras el Jefe de Estado venezolano daba un discurso y abordaba puntualmente el tema de la recuperación económica del país y los esfuerzos de su gestión en ese sentido. Sus palabras estaban siendo transmitidas en cadena nacional de radio y televisión. Al menos siete cadetes de la GNB resultaron heridos.

Salvo a la referida mención sobre Venezuela, Travers no calificó al país ni a Nicolás Maduro como amenazas.

En 2013 destacaban lealtad de Maduro a Chávez

El 12 de marzo de 2013, apenas ocho (8) días después de que el Comandante Eterno Hugo Chávez Frías partiera a la eternidad, James R. Clapper, entonces director de Inteligencia Nacional, presentó ante el Comité Selecto de Inteligencia del Senado el informe: Evaluación de Amenazas Mundiales de la Comunidad de Inteligencia de EEUU. En su exposición salió a relucir el nombre de Venezuela y la lealtad del entonces presidente encargado, Nicolás Maduro, al líder de la Revolución Bolivariana.

«La muerte del presidente Hugo Chávez el 5 de marzo ha desencadenado los preparativos para unas nuevas elecciones, en las que se espera que el vicepresidente Nicolás Maduro compita contra el gobernador de Miranda y excandidato presidencial, Henrique Capriles Radonski. El canciller venezolano, Elías Jaua, anunció que Maduro asumirá la presidencia interina y que se celebrarán elecciones en un plazo de 30 días. Maduro es un fiel a Chávez desde hace mucho tiempo y es casi seguro de que continuará con sus políticas socialistas«.

Agregaba el funcionario en su análisis que «el gobierno venezolano se enfrentará a las consecuencias de un entorno empresarial cada vez más deteriorado y a crecientes desequilibrios macroeconómicos. Las obligaciones de deuda consumirán una parte cada vez mayor de los ingresos petroleros de Venezuela, incluso si los precios del petróleo se mantienen altos. Entre las preocupaciones ciudadanas que Caracas enfrentará el próximo año también se encuentra la seguridad personal, que se ha visto amenazada por una creciente ola de delitos violentos».

En ningún momento en su informe consideró a Venezuela como una amenaza.

En dicho documento, el nombre de la Patria Bolivariana figura en otra oportunidad, específicamente para hacer referencia al viaje que realizó a la región latinoamericana y caribeña en 2012, el entonces presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad.

«Teherán ha cultivado vínculos con los líderes de la Alianza para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), liderada por Venezuela, en Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua, y mantiene relaciones cordiales con Cuba y Nicaragua. Las relaciones con Teherán ofrecen a estos gobiernos una vía para establecer posiciones independientes sobre la cuestión internacional de Irán, a la vez que obtienen ayuda financiera e inversión para proyectos económicos y sociales (…)».

Venezuela y Chávez en la mira de los informes de Inteligencia

En documentos reflejados por el DNI con fecha de enero de 2012, quedaba en evidencia el seguimiento que hacía Estados Unidos sobre el Comandante Eterno Hugo Chávez Frías.

Por ejemplo, el 31 de enero de 2012, James R. Clapper, entonces director de Inteligencia Nacional, presentó su declaración no clasificada para el registro «sobre la evaluación de amenazas mundiales de la comunidad de inteligencia estadounidense para el Comité Selecto de Inteligencia del Senado».

Ahí se refirió a Venezuela, como un país con un líder «populista» en referencia al Comandante Eterno, Hugo Chávez, que supuestamente socavaba la democracia representativa. También abordó la perspectiva de los gringos sobre las elecciones presidenciales, que fueron realizadas el 7 de octubre de 2012, y en donde el Gigante Latinoamericano resultó reelecto.

«La política venezolana será altamente competitiva y polarizada (…). En las elecciones presidenciales de octubre de 2012, lo que está en juego es si las características esenciales de los 12 años del presidente Chávez en el poder —el debilitamiento de las instituciones democráticas y la democracia representativa, y la virulenta política exterior antiestadounidense— persisten, e incluso se profundizan, o comienzan a revertirse. Chávez anunció que está libre de cáncer, pero aún existen dudas sobre su salud; y no hay otro líder que pueda igualar su carisma, fuerza de personalidad o capacidad para manipular la política y las políticas públicas en caso de que no pueda presentarse nuevamente. Además, su incapacidad para preparar a otros para liderar su Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) significa que cualquier sucesor carecería de su estatura. Una vez que comience la campaña electoral en febrero de 2012, el electorado buscará soluciones para la inflación del 25 % del país, la escasez generalizada de alimentos y energía, y el aumento vertiginoso de las tasas de delincuencia y homicidios (…)», rezaba el informe.

La unidad latinoamericana en la mira en 2012

En el documento dan a entender que tenían el ojo puesto en la unidad latinoamericana y caribeña promovida por el Comandante Eterno Hugo Chávez.

«(…) Los esfuerzos por crear organizaciones de integración regional eficaces continúan con resultados desiguales. En diciembre de 2011, Caracas albergó la cumbre inaugural de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), con la exclusión de Estados Unidos y Canadá. La Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), liderada por Venezuela y creada en parte para ampliar la influencia de Chávez en la región, apenas está saliendo adelante (…)», decían.

Como en los puntos anteriores tampoco hubo alusión al supuesto peligro que representaba Venezuela para EEUU.

Espionaje gringo desmontó tesis sobre Maduro y el Tren de Aragua

El 6 de mayo, el diario estadounidense The New York Times, daba a conocer un memorando recientemente desclasificado y difundido, en donde las agencias de inteligencia estadounidenses afirmaban que el gobierno de Nicolás Maduro no tiene «una política de cooperación con TDA y no esté dirigiendo el movimiento y las operaciones de TDA en Estados Unidos”.

La Oficina del Director de Inteligencia Nacional hizo público el documento, un memorando conocido como de “sentido de la comunidad”, en respuesta a una solicitud de la Ley de Libertad de Información presentada por la Fundación para la Libertad de Prensa. La fundación facilitó una copia al Times, refería el medio.

Con todos los elementos expuestos, cabe preguntarse ¿por qué insiste EEUU en asegurar que Venezuela es una amenaza para su seguridad nacional, si el organismo encargado de la inteligencia, no lo destaca en sus informes? ¿Cuál es, entonces, la evidencia concreta que motiva a la Casa Blanca a endilgar esta calificación contra Caracas? ¿qué se esconde detrás de esta posición?

Algo más: ¿Acaso la burocracia contratada para asesorar al poder en materia de seguridad hace su trabajo, en tanto que los contratantes (entiéndase la casta política) recibe los informes y los lanza al cesto de la basura? ¿Realmente serán leídos?

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