Néstor Rivero Pérez

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El 29 de septiembre de cada año se cumple el “Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y Desperdicio de Alimentos”, con el propósito de contribuir a la gestión responsable de los alimentos y administración de sus excedentes por parte de las distintas sociedades a lo largo y ancho del planeta, en el marco de la descomunal capacidad de la industria moderna para producir bienes de consumo.

 

Paleolítico, tecnología y cocina

Se define como alimento toda sustancia con condiciones de ser consumida por los seres vivos y, en el caso de los humanos -en tanto la única especie con cualidades para producirla en forma planificada a objeto de asegurar su sobrevivencia y abastecimiento durante lapsos prolongados-, susceptibles de proveer los nutrientes, carbohidratos, proteínas, minerales y vitaminas necesarios para su desempeño con calidad en el marco de su ajetreo cotidiano. Y no siempre los grupos humanos se alimentaron del mismo modo ni con los mismos productos. Y con el expansionismo europeo de los siglos XV y XVI, se hizo evidente que “La historia de los alimentos está asociada a la de la tecnología, a los viajes… de otras zonas geográficas, a los intercambios comerciales, pero también a los tratados dedicados a la farmacopea, a la Medicina, a la Química (…) A lo largo del tiempo se han ido añadiendo a la dieta nuevos alimentos y nuevas formas de cocinarlos” [https://www.juntadeandalucia.es]. Y si bien hace un millón novecientos mil años, y tras descubrir las ventajas del fuego aplicado, el homo erectus habría comenzado a cocinar sus alimentos, debió transcurrir un lapso de varios centenares de años, para que la agricultura y la cría de animales, posibilitasen el asentamiento de los primeros grupos humanos en territorios específicos.

Revolución Agrícola y Revolución Industrial

Y el orden social que surge de la Revolución Agrícola aparejó tal grado de consecuencias, que los estudiosos de la historia hacen a partir de la misma, un corte de largo tiempo, caracterizando con el nombre de Neolítico, con su piedra pulida y sus asentamientos humanos permanentes, aunado ello a relaciones productivas de esclavismo y servidumbre. Y entretanto, a distinto ritmo, las poblaciones de Asia, África, Europa y América, con un promedio de vida que oscilaba entre los 25 y los cuarenta años, se aboca a la mejora en la producción de alimentos, propósito que logra un salto a partir de la agricultura con regadíos, estudio y combinación de semillas e innovaciones en las técnicas de depósito y conservación de frutos, carnes y preparados, cuyos procedimientos conocieron un impulso descomunal en los últimos cien años.

Derroche de alimentos

En su sesión del 19 de diciembre de 2019 la    Asamblea General de la ONU consagró esta efemérides, que persigue la Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos y cuyo significado se hace palpable cuando sociedades opulentas del Primer Mundo, cadenas de supermercados, y establecimientos para el consumo directo, proceden al empaque en bolsas plásticas, de cantidades de alimento en estado de  descomposición y que terminan en los centros de deposición de la basura de grandes ciudades.

El derroche de gigantescas porciones de comida en los países del Primer Mundo y también ámbitos sofisticados de las regiones periféricas, y que alcanza a miles de toneladas al día, concita la atención de quienes anhelan y procuran modalidades alternas de redistribución del alimento en buen estado, mediante estrategias que aseguren su recolocación a favor de los sectores desprotegidos de la población, que padecen la carencia diaria de los nutrientes indispensables y que se designa con el término de “hambre”. Y dicho cometido se alcanza mediante la combinación de certeras políticas públicas, combinadas con estrategias de solidaridad del sector privado que controla la producción, procesamiento y comercio del alimento.

Sinóptico

1547

Miguel de Cervantes

Este día nació en Alcalá de Henares (al este de Madrid) el autor de la obra El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. En este libro Cervantes ofrece una visión del mundo como teatro de la acción consciente para plantear la justicia y el amparo a los débiles, que tal es el paradigma de don Alonso Quijano, justiciero andante de un tiempo en que la caballería y el buen hidalgo comenzaba a pasar.

Don Quijote, perfil del “héroe” por excelencia, quien sin embargo es presentado por el autor como un común mortal, sorprendiendo al lector cuando aventura sus huesos, con más de sesenta años sobre un caballo, para deshacer entuertos por el mundo. Ante un ejemplar del libro, en 1830 el Libertador Simón Bolívar dijo a su amigo Joaquín de Mier: “Aquí tiene Ud el mundo como debiera ser”. El Caballero de la Triste Figura, quien se hace acompañar de su escudero Sancho, suspira por su dama, Dulcinea del Toboso, quien le inspira en sus duras proezas contra el mal en el mundo.

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