Infarto fulminante: Muere abuela de secuestrado por Trump y Bukele en El Salvador
Se trata de la señora Marlene Josefina Ramírez, abuela de Jonathan Ramírez. Su corazón sucumbió ante sufrimiento por el nieto cautivo, aseveran familiares. Foto Cortesía

VEA / Yuleidys Hernández Toledo
La tristeza de los familiares de las víctimas de los secuestrados en El Salvador se agudizó este domingo 18 de mayo, tras el fallecimiento a causa de un infarto fulminante de Marlene Josefina Ramírez, abuela de Jonathan Ramírez, uno de los 252 jóvenes secuestrados en el Centro de Confinamiento del Terrorismo, Cecot, por los regímenes de Donald Trump y Nayib Bukele.
«El Comité devuelta nuestros hijos, y demás familiares de los 252 secuestrados en El Salvador, expresamos profundamente nuestras condolencias y se une al duelo que a la familia Ramírez, por tan lamentable pérdida física de la señora Marlene Ramírez, la cual falleció de un infarto fulminante debido al sufrimiento que la embargaba desde el día que le secuestraron a su nieto Jonathan Ramírez quien en la actualidad se encuentra en el Cecot injustamente», reza el mensaje compartido por varias de las madres de los retenidos de manera forzosa a Diario VEA.
Luismary Gómez, madre de Luis Edixon Chacón Gómez, uno de los jóvenes secuestrados, lamentó el fallecimiento de la abuela.

Comentó a este portal que Jonathan cuando logre ser rescatado se llevará una desagradable noticia, «que su abuela falleció en la espera que él saliera de ese infierno».
En conversación vía WhatsApp, señaló que los familiares de las víctimas cada día están más cerca de volver a ver a sus familiares; pero en el largo y doloroso camino que están atravesando, «se están presentando muchísimas eventualidades. Pedimos a Dios, que el día que esos muchachos lleguen, tengamos sabiduría para poder contarle cada anécdota, cada tragedia que hemos vivido a lo largo de este camino».
Luismary Gómez quien padece a diario la ausencia del hijo y de sus tres (3) nietos que se encuentran aún en suelo gringo, comenta con tristeza en la voz, que no es fácil el dolor que están atravesando las familias de los secuestrados en este momento.
«Creo que hoy el Comité, las 252 madres que tenemos esos muchachos secuestrados en El Salvador estamos llorando la partida de la señora Marlene. Sin conocerla hemos llorado, solamente por el sentimiento que nos une a todas, que es ver como una abuela llena de esperanza de que su nieto iba a volver en algún momento de la vida, perdió la batalla antes que el regresara. Es muy triste y lamentable».
En las conversaciones permanentes que mantienen madres, abuelas y hermanas con este medio, manifiestan que uno de los mayores temores que atraviesan es que el dolor que están sufriendo las consuma antes de ver libres a sus seres queridos.