Juegos Olímpicos seriamente comprometidos por cambios climáticos

El máximo directivo del Comité Olímpico Internacional (COI), manifestó que para el futuro existen muchas dudas por parte de los expertos para poder organizar los Juegos durante el mes de agosto y algunas otras fechas por los cambios atmosféricos. Foto. Internet.

VEA/ Irving Guanipa Ojeda-Agencias

Ante las latentes amenazas de la naturaleza por los ataques del hombre el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, reveló que el futuro de los Juegos Olímpicos está en peligro debido a la crisis por el cambio climático y las altas temperaturas que se han intensificado en diferentes regiones. 

Thomas Bach, precisó sus declaraciones en conferencia de prensa celebrada en la capital francesa donde se llevan a cabo los Juegos Olímpicos París 2024, a los que analizó y se pronunció acerca del futuro de los mismos.  

En sus palabras, Bach explicó que el mes de agosto ya no puede ser el mes ideal para recibir los concursos y hay que analizar las mejores opciones para poder mantener activos los juegos.

“Los expertos lo han anticipado: será muy difícil organizar los Juegos en agosto. Hablamos sobre el tema de las fechas, pero no para esos países, sino para el cambio climático”, afirmó Bach.

“En París también se ha adaptado la hora de salida del maratón. Estudiaremos el problema de las fechas, pero no sólo nosotros”, añadió el director del COI.

El presidente del Comité Olímpico Internacional, (COI) Thomas Bach, insistió en que tienen que cambiar la organización del calendario de los Juegos Olímpicos y de los Juegos de Invierno para que no sufran un shock inmediato por la crisis climática.

“Todo el calendario de competiciones deportivas debe adaptarse al cambio climático. Y lo mismo para los Juegos de Invierno, por lo que la respuesta a si nos planteamos estudiar otras fechas es sí, pero no tiene nada que ver con qué países pueden organizar los Juegos”. concluyó.

Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la temperatura media en julio pasado se convirtió en la más alta jamás registrada en el planeta, manteniéndose en 17,16 grados centígrados.

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