Alberto Vargas

@albertovargas30

Desde 1492 cuando se genera la “primera ayuda humanitaria” en nuestro hemisferio, que arrasó con poblaciones y culturas enteras (se estima que fueron masacrados más de 80 millones de seres humanos, entre niños, niñas, adolescentes, jóvenes, mujeres, hombres y abuelos), Europa proyecto un tipo de desarrollo que le permitió llegar a ser lo que hoy es, pero a costa de nuestros pueblos.

El asunto no es que exterminó y empobreció solo a una parte de la humanidad, sino que el tipo de desarrollo que produjo la modernidad occidental hoy está destruyendo las dos únicas fuentes a partir de las cuales es posible producir y reproducir cualquier forma de vida: la naturaleza y el trabajo humanizado.

Luego, los fundamentos del conocimiento desde los que habitualmente partimos no son los nuestros, sino que son conceptos muchas veces con una fuerte carga de eurocentrismo, y no nos damos cuenta.

Por eso es necesario volver a pensar, pero no desde el horizonte histórico y cultura que genera el problema, que es la modernidad, sino desde la perspectiva histórica que la modernidad sistemáticamente negó, encubrió, excluyó y empobreció.

Es en NuestraAmérica donde se pueden ver de modo más evidente las consecuencias nefastas que para la humanidad ha producido la modernidad y por las que afirmamos que la modernidad como proyecto de vida es inviable y no factible para la especie humana.

En nuestro caso, el futuro no es de la modernidad ni está delante, sino atrás, se trata de darle la cara a lo que siempre le dimos la espalda.

La colonialidad también consiste en creer que esta realidad que el colonizador sembró es la única que posee el colonizado, que más allá de esa realidad no hay más.

La modernidad ha encubierto nuestra historia, y a partir de esa historia negada podemos empezar a descubrir el carácter ideológico del discurso científico o filosófico de la modernidad.

Debemos develar la estrecha relación que existe entre la modernidad como proyecto de dominación concebida como paradigma universal de conocimiento, a partir de la cual la modernidad europeo-occidental se relaciona con la humanidad en términos de dominación, es decir, su conocimiento, su saber y su ciencia como si fuera lo único.

Ir hacia nuestra epistemología Sur-Sur es la ruta para reeditar el horizonte de la América del Libertador Simón Bolívar.

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