Wilmer Armando Depablos

@WilmerDepablos

Hace aproximadamente dos días, en las redes se desató toda una controversia relacionada al hecho de que si el diplomático venezolano Álex Saab no detentaba su pasaporte en Cabo Verde, esa era la prueba fehacientemente e irrefutable de que no era un Enviado Especial, por ende no podía considerarse diplomático y como consecuencia de ello no gozaba de inmunidad, lo que hizo que se les escurrieran las babas a más de un palangrista.

No bastó solo eso, sino que además se hizo pública una misiva firmada por el entonces canciller Jorge Arreaza, que señala el número de un pasaporte que no coincidía con el promovido por la defensa, en un recurso ante el tribunal que conoce e instruye el expediente en Miami. Demás está decir, absolutamente viciado.

Con vista a los dos elementos antes mencionados, se activaron los Laboratorios de Guerra Sucia, que normalmente acompañan el ataque al servicio del imperialismo y los aliados que dirigen su propaganda de guerra, tres reconocidos mercenarios de la desinformación occidental: Carla Angola, Roberto Denis y Joshua Goodman.

El lanzamiento se hizo inicialmente por la plataforma de twitter y de ahí corrió y se hizo tendencia o viral, una mentira más como producto normal y clásico de la guerra de la desinformación dirigida a la mente de los pueblos, y así manipularlos.

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es La-nueva-teoria-del-pasaporte-diplomatico-de-Alex-Saab2.png

Ante este nuevo ataque me vi obligado a defender nuevamente la condición de diplomático de nuestro hermano Álex Saab; es un deber moral, y por esa razón hice lo siguiente:

Primero: Busqué mis pasaportes ordinarios y diplomáticos en el baúl de los recuerdos. ¡Todos vencidos!

Segundo: Tomé la Convención de Viena para las Relaciones Diplomáticas, vigente desde 1967.

Tercero: Las Cartas Credenciales, de estilo u comunicaciones, que el gobierno acreditante normalmente le envía al gobierno receptor y las respuestas que este le da.

Ya con estos tres insumos mencionados, procedí al análisis respectivo y por supuesto a la conclusión del mismo. Lo voy hacer más sencillo para la comprensión de todos que como lo hice en las redes, ¡ahí voy!

Como abogado, me leí nuevamente la Convención de Viena para las Relaciones Diplomáticas, que es una de las dos convenciones vigentes, pero que regula específicamente las relaciones entre los estados partes, en el mundo de la relaciones internacionales y la diplomacia. ¿Y adivinen que descubrí? Que apenas se menciona la palabra pasaporte en todo su texto.

Y luego me puse a revisar los pasaportes ordinarios que nos emite el Saime y los otorgados en la Dirección de Inmunidades y Privilegios de la Cancillería, como buen comunicador e investigador responsable. Todos vencidos y con números o seriales de titulación distintos, como parte de los mecanismos para la seguridad.

Ya al final, me leí las comunicaciones que guardo de mi designación como diplomado, suscrita por el Canciller de entonces, donde le informa al gobierno esloveno al que fui enviado, mi designación o acreditación, eso es lo que hace todo estado acreditante en la práctica, es la forma como se acredita a un diplomático sea cual sea el destino o la tarea, es la única vía; luego el gobierno receptor, responde sobre la conformidad de la aprobación para ejercer funciones en ese destino o la tarea asignada si fuera el caso.
Son las cartas credenciales, esas que les describí y las que presenté ante la autoridad correspondiente allá, que se llaman de estilo y que no es más que una copia de las anteriores, las que perfeccionan el consentimiento entre las partes, sobre la condición de diplomático para asumir funciones o para ejercer ante un gobierno o un organismo multilateral una tarea específica.
Cuando la canalla mediática internacional, pretende decir ahora que Álex Saab no es diplomático porque no cargaba el pasaporte con él en ese viaje, o porque la comunicación del canciller Arreaza no coincide con el número de pasaporte que promueve la defensa, es el desconocimiento absoluto de cómo funcionan las direcciones de protocolo e Inmunidades y Privilegios, que son las que normalmente se comunican en la práctica diplomática.
¿Han visto ustedes alguna vez, a alguno de esos embajadores que recibe el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela en su despacho, entregándole un pasaporte o en su defecto, han visto ustedes a nuestros embajadores acreditados en el exterior entregándole a los presidentes, jefes de Estado o al Parlamento, si fuera el caso, en esos países, un pasaporte?
¿Saben por qué? Porque un pasaporte ordinario y diplomático según sea el caso, solo sirve para identificarse en el exterior, ya que no puedes hacerlo con tu cédula de identidad, y para sellar en él los registros de tu movilización, sea está por vía marítima, aérea o terrestre. Es el registro de tu entrada y salida a otros países como norma internacional.
No es el pasaporte el que te da la acreditación o condición de diplomático conforme a la Convención de Viena para Relaciones Internacionales, son las Cartas Credenciales, llamadas también de Estilo u otra comunicación formal por la vía protocolar de Inmunidades y Privilegios, que tiene sus códigos cifrados de protección y el intercambio y aprobación entre ellos, lo que te hace un diplomático en funciones.
Así queda desechada la falsa Teoría del Pasaporte de Álex Saab, que ha sido y es un diplomático en funciones al servicio del estado venezolano, hoy secuestrado por el imperio norteamericano, que mueve todos sus laboratorios de guerra sucia para lavarse la cara ante el mundo, por la violación flagrante del derecho internacional público y los derechos humanos.
Por las razones expuestas de una manera sencilla, no dejemos que nos manipulen la mente. ¡No les demos ese poder!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Este contenido está protegido !!